El restaurante del Gaudí Centre servirá las últimas comidas el 6 de enero

El restaurante del Gaudí Centre, la Capsa Gaudí Espai Gastronòmic, recibirá a sus últimos comensales el día de Reyes y cerrará el próximo lunes, 7 de enero. El establecimiento pondrá fin a la actividad después de que sus gestores, del grupo propietario de Casa Coder, no hayan encontrado «ninguna oferta lo bastante seria» para materializar un traspaso. Fuentes del mismo grupo detallan al Diari Més que han formalizado la voluntad de renuncia, la cual requiere seis meses de antelación, y que no continuarán al frente de este negocio dadas las dificultades en compatibilizarlo con el día a día de otros dos locales y porque «hacer subir a la gente es muy difícil».

La adjudicación del restaurante en este grupo, Gaudí Up&Down, la hizo el Ayuntamiento de Reus el 2014 mediante un procedimiento negociado y después de haber convocado un total de tres licitaciones consecutivas que resultaron desiertas. La duración del contrato se previó inicialmente hasta el 31 de diciembre del 2025. El precio del alquiler se fijó entonces en torno a los 3.000 euros mensuales, unos 36.000 euros al año. Entre otras cuestiones, los pliegos de condiciones redactados para regir aquellas licitaciones marcaban que la oferta gastronómica de los que optaran a la explotación del restaurante tendría que ser «de calidad, vinculada a la cocina mediterránea y de mercado, y que abarque diversidad de oferta y precio,» que «no se admitirán propuestas gastronómicas del tipo comida rápida» y que «la adjudicataria tendrá que ofrecer menús». Acceder a un traspaso habría permitido, quien lo quisiera sacar adelante, completar la concesión hasta el 2025.

Mantener la actividad

Fuentes municipales detallan que la concesión para la explotación del restaurante del Gaudí Centre establece que la renta fijada por contrato tenga que seguir abonándose en los seis meses posteriores a la fecha en qué haya tenido lugar la comunicación del cierre. Y que, en caso de que la explotadora del restaurante no satisficiera este punto, el Ayuntamiento, a través de Redessa, seguiría el procedimiento previsto para reclamar toda cantidad pendiente. También que el Ayuntamiento «tiene la intención de mantener la restauración en el sitio y verá como hacerlo posible». Una de las opciones que están siendo sopesadas en estos momentos, tal como explican las mismas fuentes, es la de convocar un nuevo concurso público para que el establecimiento reabra.

Desde el grupo propietario de Casa Coder concretan que «el día 6 haremos el último servicio y, después, terminaremos» y precisan que «no se puede atender todo a la vez y se tiene que sacrificar algo» y que «está todo muy complicado y, allí arriba, un poco más. Los días fuertes la gente sube sin embargo, el resto, no tanto y se hace difícil». La plaza del Mercadal vivió una reconfiguración de terrazas en verano que limitó los metros correspondientes a la del Gaudí Centre y otros negocios. Este hecho, sin embargo, «no nos ha influido de manera negativa ni positiva, todo continuó tal como estaba hasta entonces», apuntan desde el mismo grupo.

El edificio más visitado

El servicio de restauración localizado en la parte de ático del Gaudí Centre –que es de titularidad municipal, y de aquí los sistemas de adjudicación para explotarlo– fue concebido como un complemento de la oferta expositiva para que los visitantes del equipamiento encontraran un segundo atractivo. El centro de interpretación dedicado al arquitecto Antoni Gaudí sigue siendo la principal puerta de entrada de turismo en la ciudad y se perfila como la propuesta patrimonial con más visitantes. Con datos facilitados por el Ayuntamiento, entre junio y en julio del 2018 habían pasado a 11.315 personas. A pesar de continuar posicionado como líder, y según estos datos, el Gaudí Centre también vivió el pasado verano un ligero descenso en la cifra de entradas contabilizadas. En una década, ha registrado más de 750.000 visitas.

Nueva iluminación

Recientemente, y mediante una inversión de 10.000 euros, la fachada del Gaudí Centre ha estrenado iluminación incorporando un sistema de alumbrado led y renovando la instalación original que tenía el edificio desde que se abrió al público, en 2007. Desde noviembre, luce una amplia gama cromática y ha ganado posibilidades a nivel de colores, intensidad y frecuencia de cambio de tonalidades. Esta nueva versatilidad permitirá identificarlo con motivos y campañas concretas, como cuándo se ilumina el patrimonio para conmemorar fechas especiales, como muestra de solidaridad en campañas determinadas u otros acontecimientos. El nuevo alumbrado se puede apreciar cada día desde que se hace oscuro hasta tocadas las doce de la noche.