El 60% de las calles del barrio del Carme no cuentan con ninguna tienda

El barrio del Carme no dispone de tiendas en más de la mitad de sus calles. Un 60%, de hecho, no acogen ningún negocio. Los datos se desprenden, tal como asegura el presidente de la Associació de Veïns L'Harmonia del Carme, Josep Machado, del Plan de Obras aprobado en el 2004 aunque «ahora serán peores». Machado reclama que esta zona de Reus «se abra a la ciudad y esté más conectada dentro de ella» con el fin de «recuperar la centralidad que tuvo».

El representante vecinal lamenta que la mayoría de comercios y negocios se ubiquen en la calle del Vent o en el perímetro del barrio, orientados al exterior. Y explica, en este ámbito, que es necesario que se abran «de todos los tipos a fin de que los vecinos puedan ir a comprar y que eso también atraiga compradores de fuera».

Un total de 28 vías

El raval de Jesús y la calle del Vent son «los dos grandes ejes vertebradores» y el área que delimita el barrio del Carme la integran 47 calles. Hasta 28 de las calles «no tienen tiendas». Machado pide, en este sentido, que se ejecute el Plan Urbanístico que «tenía que haberse terminado a los 5 o 10 años de aprobarse, y la fecha ya pasó en 2015» para mejorar el barrio «donde se ha hecho poca cosa más allá de la Patacada». El Carme tiene, según los mismos datos, unas 2.500 viviendas, un 7,7% de los cuales ruinosos. El 78% de los que son de cuatro plantas o más no disponen de ascensor, añade Machado, que dice que «con la modificación en los PAU de iniciativa pública ha previsto 14 nuevas viviendas y en los PAU de iniciativa pública hay unos 200. Con respecto al aparcamiento público, la previsión es crear 186 plazas».

En la línea de las obras pendientes de materializar, L'Harmonia del Carme pide que se desafecten algunas de las viviendas que inicialmente estaba programado que fueran al suelo. «Quizás no hay que hacer desaparecer 14 casas para abrir una calle, especialmente si son de obra nueva. Ni tampoco hay que tener casas afectadas durante hasta diez años», precisa Machado. El Ayuntamiento mantiene ahora litigios con alguno de los propietarios que, en sentido contrario, pide ser expropiado cuanto antes mejor si es que su casa tiene que ser en algún momento derribada para llevar a cabo una de las intervenciones en el barrio. La Associació de Veïns reivindica igualmente la creación de una mesa de trabajo con el Ayuntamiento con el fin de dar salida a las principales inquietudes del barrio.

Derribos del Incasòl

En otro orden de cosas, los derribos pendientes en torno a la calle Closa de Freixa y adjudicados hace semanas mediante el sistema de licitación por el Incasòl empezarán, tal como precisa Machado, a principios de enero, a partir del día 6.