Diari Més

La Generalitat abre expediente por una muerte en la residencia Marià Fortuny

El Servicio de Inspección y Sagessa también están investigando las circunstancias en que un abuelo habría caído por las escaleras del centro

El equipamiento se encuentra ubicado en la calle Escultor Sunyol.

La Generalitat abre expediente por una muerte en la residencia Marià FortunyOlívia Molet

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El Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias ha abierto un expediente a la residencia de abuelos Marià Fortuny para investigar las circunstancias en que se produjo, miércoles pasado día 13 de junio, la muerte de uno de los usuarios del centro. La Generalitat confirma la defunción del hombre, que tuvo lugar a raíz de un «accidente», pero no aclara de qué manera este se dio ni tampoco si tendría relación directa o indirecta con las medidas de seguridad que se estuvieran aplicando o no en el equipamiento.

Aparte del expediente, fuentes de Trabajo detallan al Diari Més que la residencia había recibido la última visita ordinaria del Servicio de Inspección –el cual funciona de manera autónoma e independiente en el Departamento– en enero de este mismo 2018 y que, a raíz de los hechos, se ha realizado una nueva para hacer un «seguimiento especial» de la situación de las instalaciones. Concretan, a falta de completar las conclusiones en relación al suceso, que el mismo Servicio de Inspección «está valorando la posibilidad de iniciar acciones sancionadoras» contra la empresa gestora del edificio, que en este caso es Sagessa, y que la decisión no estará vinculada a los resultados del expediente.

El hombre murió el miércoles 13 de junio cuando habría caído escaleras abajo mientras esperaba en el rellano de una de las plantas de la residencia, que está integrada en el edificio del CAP Marià Fortuny. Según parece, la silla de ruedas en la que iba sujeto el abuelo –quién tendría una movilidad muy limitada– habría resbalado por los peldaños por motivos que todavía se desconocen. El personal de centro se habría encontrado al usuario herido gravemente por la caída y este fue trasladado al hospital, donde finalmente murió. Sin confirmación oficial, fuentes próximas al caso aseguran que la escalera sólo estaría protegida por una pequeña cadena para impedir el paso y habría resultado insuficiente para evitar que la silla de ruedas cayera escaleras abajo. Conviene recordar que muchas residencias para personas mayores acostumbran a proteger los tramos de escalera con vallas de seguridad, similares a las barreras infantiles que se ponen en los hogares.

A su vez, fuentes de Sagessa consultadas por este medio se limitan a precisar que también desde el centro, el cual mantienen que «cumple con todas las medidas de seguridad establecidas por el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias», en este momento «se están estudiando las circunstancias de este accidente fortuito». Son tres, por lo tanto, las líneas de investigación que se han puesto en marcha para aclarar la muerte del hombre así como las responsabilidades que se puedan derivar.

Un edificio que se abrió en el 2015

La residencia de abuelos Marià Fortuny, ubicada en la calle Escultor Sunyol del barrio Fortuny, se levantó en el 2010 pero no se inauguró hasta el 2015. Su puesta en marcha estuvo vinculada a la revocación, por parte de la Generalitat, del convenio que mantenía 20 plazas públicas en la residencia de abuelos Aljesa Vallmoll d'Alforja. Los 20 usuarios de Alforja se trasladaron a Marià Fortuny para estrenar el equipamiento. Sagessa lo presenta en su sitio web como «pensado para personas mayores con algún tipo de dependencia, que necesitan recuperarse y requieren de apoyo para desarrollar las actividades de la vida diaria».

El servicio de residencia se encuentra integrado en el edificio del Centro de Atención Primaria Marià Fortuny, dando lugar a un CAP similar al que acoge la residencia de Horts de Miró, la cual se encuentra pendiente de entrar en funcionamiento. Al momento de la apertura, además de las 20 plazas públicas, el centro disponía también de 12 privados y hasta 10 de centro de día. Un año después, en el 2016, la segunda planta del centro también quedó ocupada para hacer el pleno de la capacidad, que es de 64 usuarios. El centro dispone de «instalaciones adaptadas, patio, consulta, calefacción, sala de rehabilitación, habitaciones exteriores individuales o dobles y baño adaptado, cama articulada, televisor y timbre de llamada». Y la integración al CAP ofrece «atención médica y de enfermería de forma permanente». Fuentes sindicales de la plantilla de la residencia preguntadas por la cuestión declinaban pronunciarse, esta semana, sobre el «accidente» que desembocó en la muerte de un usuario.

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