El Cafè de Reus pone en marcha el lavado de cara para la reapertura

El local del Cafè de Reus se encuentra, desde la semana pasada, inmerso en trabajos de limpieza para empezar a preparar su reinauguración. Los trabajos en este sentido son el preámbulo de la intervención que vivirá el establecimiento antes de ofrecer servicio y que implicará «una remodelación interior, un lavado de cara integral» para volver a presentarse al público «con una barra de pinxos, cervezas, copas de vino y tapas», explicaba hace algunas semanas Joan Urgellès. El chef y el Espai Prioral quieren abrir puertas en los bajos ubicados en la calle Metge Fortuny en un par de meses.

En el pleno del pasado 6 de marzo, el voto favorable del grupo municipal del PSC sirvió para aprobar, a propuesta del gobierno y todo y el «no» de Ciudadanos, CUP y PP, una modificación de las condiciones del traspaso del contrato de arrendamiento del local, ubicado en el mismo edificio del Ayuntamiento y que es de propiedad municipal.

El trámite facilitará, tal como concretaba al concejal de Hacienda, Joaquim Enrech, al nuevo inquilino que tiene la forma de esta alianza entre el Espai Prioral y el chef Joan Urgellès, un año de carencia en el pago del alquiler, el cual cifra la cuota mensual en 2.177 euros. El contrato tendrá una duración de 10 años y la posibilidad de una prórroga de 6. En total, entre mensualidades pendientes y este primer año de moratoria, el Ayuntamiento dejará de ingresar cerca de 44.000 euros para propiciar la reapertura del negocio. El Cafè de Reus está cerrado desde hace cerca de un año, después de que el anterior inquilino bajara la persiana al no poder hacer frente a los pagos y habiendo acumulado una deuda con el Ayuntamiento de 30.000 euros. Las reformas en las instalaciones, el chef Joan Urgellès y el Espai Prioral las han concretado en 100.000 euros, una cifra «necesaria» para devolver el establecimiento a la actividad.

El estado de conservación

En este sentido, Enrech precisaba en el transcurso del pleno que «el solicitante del traspaso no pudo dar cumplimiento|cumplido a las condiciones –iniciales– porque, al entrar en el local, el estado de conservación y antigüedad exigía obras de mayor envergadura e inversión». Es para paliar el desembolso que el futuro arrendatario «pidió que se le compensara con una carencia mientras se realizaban las obras».

La propuesta fue criticada por el portavoz del grupo municipal del PP, Sebastià Domènech, que lamentaba que «12 meses más moratoria en alquiler, junto con los que ya no se han cobrado, son 21 meses. A 2.100 euros, hablamos de 44.000 euros que no se pagarán cuando nos presentan una inversión de 100.000». El portavoz de Ciudadanos Juan Carlos Sánchez, apuntaba en el pleno que «hay margen de negociación y es importante que no generemos agravios con el resto». Desde la CUP, el concejal Xavier Angelergues pedía «que se ponga fin al capitalismo de amiguets». En caso de que este traspaso del contrato de arrendamiento del local del Cafè de Reus no se consumara, la licencia actual se perdería y, con ella, la posibilidad de que el espacio pudiera operar de nuevo como un establecimiento de restauración. En este sentido, el alcalde Carles Pellicer recordaba que «la operación ha sido avalada por secretaría e intervención» y decía que «como gobierno, no podemos perder el Cafè de Reus porque es un establecimiento emblemático que da voz a la ciudad». Por su parte, el portavoz socialista Andreu Martín decía que «no vemos inconveniente que continúe la actividad de restauración».