Pellicer dice que el presupuesto será aprobado en enero con apoyo o sin

El gobierno aprobará los presupuestos municipales del 2018 «seguro que en el mes de enero» y, en concreto, «entre la segunda y la tercera semana». Lo hará con el apoyo, si es que se da, de una oposición donde el diálogo se mantiene abierto ahora únicamente con el PSC, o bien «poniendo imaginación». El acuerdo con los socialistas «se presenta complicado» y es por este motivo que el alcalde, Carles Pellicer, no descarta recurrir a una nueva cuestión de confianza –la segunda, después de haberse sometido por primera vez en abril– que desencalle las cuentas antes de lo que lo hizo en el 2017, cuando la luz verde no llegó hasta junio.

«No caeré en el error del año pasado, cuando confié, de buena fe como supongo que también hicieron ellos, en un partido político que al final se echó atrás», valoraba el alcalde este lunes en el marco del desayuno de Navidad con la prensa, en referencia al «no» de la asamblea que hizo el grupo municipal que encabeza Andreu Martín apartarse de un acuerdo para los presupuestos ya en las puertas del segundo trimestre. Y «a partir de enero, ya empezaremos a ver la ciudad levantarse».

Con ERC y Ara Reus como actuales socios de gobierno, Pellicer se refería este lunes al resto de opciones de cara a la aprobación de cuentas y decía que «no soy cupaire ni de ninguno ni de nada. Qué me pedirá la CUP? Internalitzar la basura. Y yo digo no, porque no forma parte de mi ADN». Con respecto a Ciutadans, Pellicer expresaba, en alusión a las denuncias que ha impulsado la formación en la fiscalía vinculadas a la presencia de la Policía Nacional en Reus, que el partido «ha actuado en la parte más miserable de la política con sus compañeros de consistorio, cosa que yo nunca habría hecho». «Negocio y negociaré con todo el mundo que quiera», decía el alcalde, que se preguntaba «por qué tengo que ir a hablar con alguien que me quiere en la prisión?».

Un «contexto de saneamiento»

«Si hay otra posibilidad, pues perfecto. Pero, si no, tendremos que buscar una alternativa que nos permita avanzar», subrayaba el alcalde, que decía que «mi obligación es sondear todas las posibilidades para sacar adelante esta ciudad con los presupuestos adecuados». En este sentido, añadía, «el problema es que no hay acuerdo político y nos encontramos con una mayonesa difícil de ligar».

Pellicer hizo también este lunes balance de la situación económica, de la cual explicaba que «nos encontramos en un contexto de saneamiento». El alcalde ponía especial énfasis en «la reducción de los gastos financieros y la reducción de la deuda de 405 millones del 2012 a 229 millones al cierre del año, una bajada de casi el 50%». El Ayuntamiento deja atrás 2017 habiendo liquidado el Plan de Ajuste –hito que ha permitido volver a recurrir al crédito– y reducido de 55 a 14 días en los últimos dos años el plazo de pago a proveedores. «Empezamos a ir a crédito. Lo hacemos muy puntualmente pero tenemos que ir», valoraba el alcalde.

Con prórrogas acumuladas en los últimos cinco años en las ordenanzas fiscales, «primero porque consideramos que no era el momento de hacerlo, que ya estábamos sufriendo lo bastante y, después, porque no hemos tenido los apoyos que nos hacían falta», la mayoría de los ingresos «provienen de la reactivación económica: más licencias».