Diari Més

Acusan a una auxiliar del hogar de querer matar al dueño en Calafell

La vista oral se complica porque, tanto la víctima como un vecino que fue testigo, murieron durante el proceso judicial

Los hechos juzgados el lunes se produjeron en la calle de Beethoven.

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La Audiencia Provincial de Tarragona juzgó ayer en Z.E.M., una empleada del hogar de Calafell a la que la representante del Ministerio Fiscal considera autora de un delito de homicidio en grado de tentativa y otro en concepto de desistimiento, aparte de otros delitos leves como son el hurto, los maltratos y el robo con violencia. Así que la procesada se enfrenta apenas que superan los diez años de prisión.

La vista oral contó con dos importantes ausencias: la de la misma víctima y la del vecino al cual pidió auxilio el día que pasaron los hechos que se juzgaban ayer.

Según consta al sumario y dincs la calificación que la fiscal, se relata que la acusada llevaba a cabo las labores de auxiliar del hogar del denunciante y de cuidar de su esposa a principios del año 2011. En aquellas fechas, se cometieron presuntamente una serie de hechos delictivos que se iniciaron con la sustracción del pasaporte, libro de familia y cartilla militar del finado. Según se cita a las conclusiones del Ministerio Público, el 7 de mayo de aquel año la procesada y la víctima, un hombre de 79 años, discutieron y ella le dio un empuje, sin lesionarlo. Al día siguiente volvió a pasar el mismo hecho, de que provocó que agentes de los Mossos hicieran acto de presencia.

Al marcharse los policías –continúa el relato de los hechos juzgados– la procesada se abalanzó sobre la víctima, en lo que arañó y en lo que sustrajo el móvil, «con intención de obtener un beneficio ilícito». Según las conclusiones de la fiscal, aquí llegó el momento más intenso de los hechos presuntamente ocurridos a una vivienda de la calle de Beethoven de Calafell.

Seguidamente, y con la intención de poner fin a la vida del propietario, «cogió un cojín con el cual le tapó la boca y cortándole la respiración», hecho del cual finalmente desistió, aunque le rompió las gafas. La víctima pidió auxilio, mientras la mujer lo empujaba contra la puerta del montacargas y las escalera, por las que cayó, aunque consiguió aferrarse a un barrote. Un vecino del inmueble, que también ha muerto, auxilió al hombre, que sufrió erosiones diversas. Al ser descubierta por el vecino, la procesada –siempre según la versión que consta en el sumario– huyó con el teléfono móvil del hombre, que era atendido en aquel momento por el vecino. Aunque tanto la víctima como el vecino, testigo del caso, no pudieron asistir al juicio al haber muerto, sí que quedó plasmada su declaración en la comisaría de los Mossos y en el juzgado de instrucción número 5 del Vendrell a su día.

Agentes de los Mossos, que fueron testigos, corroboraron que en el momento de la detención de Z.E.M, esta tiró el teléfono sustraído. Al ser detenida, la acusada presentó denuncia contra quien lo había contratado como auxiliar del hogar y para cuidar de la esposa de la víctima. Esta denuncia, que se tramitó por otro juzgado fue sobreseída.

La defensa de Z.E.M., el letrado tarraconense Héctor Bonet, manifestó en el plenario que no existían bastantes pruebas de cargo como para justificar una petición tan grave contra la suya defendida. Una por una, Bonet intentó desmontar la acusación quitando importancia a los hechos, que «incluso en caso de que se hubieran producido, no se podría dilucidar si hubo un ánimo de atentar contra la vida de la víctima». El abogado defensor alegó en la vista oral que algunas de las declaraciones se tenían que poner en duda, ya que no se habían producido sin cumplir las garantías procesales que las convertían prueba preconstituida.

Por Bonet, se trataba de un conflicto de carácter laboral, ya que la mujer trabajaba por 400 euros mensuales sin ningún tipo de contrato. El abogado declaró después de la vista oral: «Tanto mi cliente como yo mismo, lamentamos que el principal testigo del caso no haya podido comparecer al juicio, ya que esperábamos que su declaración aclarara las importantes lagunas y contradicciones que constan en el expediente judicial».

El letrado considera que las acusaciones están fuera de lugar, especialmente la que hace referencia a un homicidio, ya que el denunciante en ningún momento informó a los Mossos de ningún atentado contra su vida, sólo cuando se enteró de que la empleada lo había denunciado a él.

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