Diari Més
Ricardo Mor Solá

Ricardo Mor Solá

Cónsul general de España en Stuttgart

Antoni Gaudí. La lírica del espacio

Fotografia de l’escultura Gaudí Nen, d’Artur Aldomà. A pocs metres de distància es troba la casa natal d’Antoni Gaudí.

Fotografia de l’escultura Gaudí Nen, d’Artur Aldomà. A pocs metres de distància es troba la casa natal d’Antoni Gaudí.Tjerk van der Meulen

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Fue en 2004 cuando por primera vez una exposición organizada por el Instituto Cervantes en Bremen presentó aquí en Alemania obras del artista y arquitecto catalán Antoni Gaudí. Copio en este escrito precisamente el título de dicha exposición aprovechando los preparativos que desde el Departament de Cultura de la Generalitat de Catalunya se están llevando a cabo con ocasión de la conmemoración del Año Gaudí en 2026 en recuerdo de su fallecimiento el 10 de junio de 1926. Como es sabido, la conmemoración del centenario de su muerte comenzó el 8 de noviembre con un acto en Riudoms y Reus, dos localidades tarraconenses vinculadas a la infancia del arquitecto, y de donde con certeza biográfica provienen las primeras impresiones místicas que habrían de cristalizar en última instancia vital en los planos y primeras piedras de su obra cumbre: la Sagrada Familia de Barcelona.

El desafortunado accidente urbano que acabó con su vida no ha impedido desde entonces que su inspiración sobre las dimensiones de los espacios, expresadas conjuntamente con elementos de la naturaleza, haya servido y sirva todavía de referencia a otros artistas y arquitectos, incluso en Alemania.

La exposición de Bremen trató de presentar al público alemán lo que quien fue coetáneo durante un tiempo de Gaudí, el artista y arquitecto bremense Bernhard Hoetger (1874-1949), calificó como obra “caótica y resplandeciente, prosaica y sublime, sensual y mística, moderna y medieval”. La exposición, cuyo título en alemán fue «Gaudí. Lyrik des raums», tuvo lugar en el Museo Paula Modersohn-Becker de Bremen de septiembre a diciembre de 2004; fue una retrospectiva sobre la obra de Gaudí y contó con esbozos, dibujos, puertas, picaportes, sillas, y modelos de yeso, entre otros artefactos del taller del arquitecto.

Alemania no cuenta con edificios proyectados o construidos bajo la dirección de Gaudí, pero Bernhard Hoetger tuvo la oportunidad de conocer a su colega arquitecto catalán y se inspiró en su obra a la hora de realizar sus esculturas. Es harto curioso, sin embargo, que ambos hayan padecido destinos trágicos: en el caso de Antoni Gaudí, un tranvía acabó con un genio indiscutible, innovador en el arte de la arquitectura; Bernhard Hoetger, por su parte, acabó su vida en el exilio, en Suiza, tras ser calificada su obra como arte degenerado por el régimen nazi.

Pero, aunque en Alemania no existan obras concretas de Gaudí, sí hay cierta competencia en lo que a las alturas se refiere. Viéndolo con cierta admiración podremos descubrir que, en 2026, coincidiendo con la conmemoración del Año Gaudí, una vez se culmine la torre más alta de la Sagrada Familia, la Torre de Jesucristo, la iglesia luterana de Ulm, ubicada en el estado federal alemán de Baden-Württemberg, dejará de ser la iglesia más alta del mundo, algo de lo que se sienten muy orgullosos sus fieles hoy, con su aguja de 161,53 metros de altura, pues el punto más elevado del templo barcelonés alcanzará, una vez completada la torre central el próximo año, los 172,50 metros convirtiéndose así en la iglesia cristiana más alta, al menos, de Europa.

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