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Opinió

Elisa Vedrina

Elisa Vedrina

Portaveu adjunta del GM del Partit Popular y diputada al Congrés per Tarragona

Abrir puertas al alma: educar con historia y belleza

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Los grandes retos del presente no pueden abordarse sin una educación que mire al futuro sin renunciar al pasado. El presente nos interpela con desafíos nuevos cada día, frutos de un cambio constante: la ciencia, la tecnología, la cultura y hasta las relaciones humanas se desarrollan sin pausa, y con ellas, el modo de aprender y formar a las nuevas generaciones. Precisamente en ese contexto de incertidumbre, resulta imprescindible ofrecer a nuestros jóvenes una brújula, un anclaje, unos referentes sólidos desde los que proyectarse.

El acercamiento al legado histórico, cultural y patrimonial supone una herramienta pedagógica de primer orden. Permite a los alumnos encarnar el conocimiento en la realidad concreta, conectar con su entorno, despertar su pensamiento crítico y cultivar una sensibilidad estética y cívica que difícilmente se puede adquirir entre cuatro paredes. Negar ese acceso por motivos económicos empobrece su formación y les priva de una dimensión esencial del aprendizaje: la de la experiencia directa, la emoción, el vínculo.

Nuestra historia, nuestro patrimonio y la cultura compartida que nos han traído hasta aquí constituyen, sin duda, cimientos firmes sobre los que seguir construyendo. Siempre que el Partido Popular gobernó en el Ayuntamiento, el acceso a los monumentos fue gratuito. Por eso presentamos esta moción para restaurar esa gratuidad, junto al transporte escolar en las salidas educativas. La educación no puede quedar limitada a las aulas ni restringida por barreras económicas. Los monumentos de Tarragona no son solo piedra y memoria; son espacios vivos, cargados de significado, que nos interpelan y nos ayudan a entender quiénes somos y hacia dónde queremos ir.

Resulta revelador —y profundamente incoherente— que quienes, desde el gobierno municipal anterior (ERC y En Comú Podem), impulsaron la imposición de un precio público para las visitas escolares a los monumentos municipales, en el pasado pleno municipal apoyaran una moción que propone exactamente lo contrario. Aquel acuerdo de 2021, que introdujo el pago de entrada para los centros educativos, fue aprobado con los votos a favor de ERC, En Comú Podem y Junts, mientras que tanto el PSC como el PP votamos en contra. Entonces, el PSC compartió nuestra defensa del acceso gratuito a la cultura para los escolares de la ciudad. Sin embargo, ahora que se presenta una iniciativa para revertir ese error, ERC, Comuns y Junts cambian de criterio y votan a favor de la gratuidad, y es el PSC quien decide desmarcarse y votar en contra. Vivir para ver.

Los argumentos ofrecidos por el PSC para justificar su rechazo a la moción no solo resultan sorprendentes, sino preocupantes. Alegaron, por un lado, que el número de escolares que visitan los monumentos se ha duplicado desde que se instauró el pago. Sin embargo, esos datos no se referían a escolares de Tarragona, sino al cómputo global, incluyendo centros educativos de fuera de la ciudad. Además, defendieron que hacer pagar a los niños resulta educativo, porque “aprenden que el patrimonio y la cultura cuestan dinero”. Se me ocurren mejores iniciativas para la educación financiera y tributaria que cobrar la entrada de los museos municipales a los hijos de quienes ya padecen una fiscalidad desorbitada y un presupuesto sobredimensionado.

Este vaivén de posturas evidencia una contradicción difícil de justificar. Quienes defendieron instaurar un coste ahora lo rechazan. Quienes se opusieron entonces, como el PSC, ahora lo respaldan. Esa falta de coherencia resta credibilidad a cualquier discurso sobre igualdad o defensa de lo público.

El Partido Popular, en cambio, ha mantenido una posición clara y firme desde el principio: facilitar el acceso al patrimonio histórico a todos los escolares de la ciudad, sin discriminaciones económicas. Mientras unos rectifican y otros se contradicen, el PP ha defendido en ambas ocasiones el mismo principio: que la formación en la belleza, la historia y el arte debe estar al alcance de todos los niños y adolescentes tarraconenses, sin distinciones.

Nuestra moción nace de una convicción profunda: que Tarragona quiere cuidar la formación de los más jóvenes no solo en conocimientos, sino en identidad, en belleza y en pertenencia; que Tarragona quiere educar con lo mejor de su pasado y proyectarse con esperanza hacia el futuro. Restaurar la gratuidad en el acceso a los monumentos y facilitar el transporte escolar supone un modo más de ofrecer a nuestros estudiantes lo que merecen: una ciudad que los forma, los inspira y los cuida.

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