Sociedad
El municipio de Santa Bàrbara apuesta por la cultura como herramienta de resiliencia después de los aguaceros
El festival Rihihiu mantiene toda la programación en un ejercicio de recuperación de la normalidad

Un grupo de personas se acercan a una de las intervenciones artísticas de la quinta edición de Rihihiu al Molino de Foguet de Santa Bàrbara, uno de los municipios afectados por la borrasca 'Alice'
Los efectos de los aguaceros no han encogido las ganas de hacer comunidad en Santa Bàrbara a través de la cultura. La quinta edición del festival Rihihiu se erige como una herramienta de resiliencia para hacer frente a momentos de «luto».
«La contradicción era decidir si hacíamos el festival en un momento de dolor del pueblo, pero se ha demostrado una solidaridad, una resiliencia y un poder de la gente que valía la pena celebrarlo», ha afirmado una de las codirectoras, Zoraida Roselló. De toda la programación, sólo se ha trasladado un concierto que se había planteado hacer en una finca que ha quedado muy estropeada a causa de la lluvia. En paralelo, el pueblo se encuentra en una fase de «recuperación de la normalidad» a la espera de que la próxima semana se reabran tres caminos rurales.
El aguacero de la tormenta 'Alice' llegó sólo cinco días antes de la celebración de una nueva edición del festival Rihihiu en Santa Bàrbara. La organización del festival, después de evaluar la situación, optó por apostar por la cultura como una herramienta de resiliencia y celebración colectiva. Así, el programa de la quinta edición se ha celebrado con un único cambio de ubicación: el concierto previsto en la Masada de l'Alto de este domingo se ha trasladado a la escuela municipal de música.
El mal estado en que ha quedado el espacio planteado inicialmente ha obligado a hacer el cambio, si bien el resto de la programación se ha mantenido de pie. «La inauguración fue un momento de celebración y muchas personas del pueblo nos reunimos a un mismo espacio, con la música de la jota. Eso hace subir un poco los ánimos, crear comunidad y crear este espíritu de estar juntos y de poder superar momentos difíciles», ha indicado Anna Zaera, codirectora del festival.
Más allá de las consecuencias de la borrasca 'Alice', el Rihihiu se centra este año en la alimentación y todo el conocimiento popular en torno a la comida. Con este tema principal se han tejido las intervenciones artísticas que se representarán durante todo el fin de semana, en una reflexión comunitaria sobre la soberanía alimentaria, la hibridación gastronómica o la colonización gastronómica, entre otras cuestiones.
La decisión de mantener la programación intacta ha sido compartida con el Ayuntamiento, que ve en el festival una manera de recuperar la normalidad poco a poco. En este sentido, el alcalde Lluís Gimeno ha explicado a la ACN que hoy por hoy quedan tres caminos rurales por reabrir, mientras que al resto de fincas próximas al pueblo ya se puede acceder de forma «provisional».
Si bien inicialmente estaba previsto que la maquinaria de Infraestructures trabajara este sábado para abrir el paso en la antigua vía Augusta, la carretera de la Carrova y un tercer camino rural, no ha sido posible dado el trabajo pendiente en poblaciones vecinas. Por el contrario, está previsto que las tareas se inicien la próxima semana.
Con todo, Gimeno defiende la aplicación de medidas estructurales y la declaración de zona de alta sensibilidad al cambio climático para garantizar una dotación presupuestaria anual que ayude a mitigar los efectos del cambio climático.