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Jordi Jordan, alcalde saliente de Tortosa: «Hay inversores de fuera que apuestan por rehabilitar casas en el casco antiguo»

El alcalde, que será relevado por Mar Lleixà, reivindica el proyecto de la Ley de barrios y carga contra la oposición

El alcalde saliente de Tortosa, Jordi Jordan, en su despacho del Ayuntamiento

El alcalde saliente de Tortosa, Jordi Jordan, en su despacho del AyuntamientoACN

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Después de dos años y medio en el cargo, el alcalde de Tortosa, Jordi Jordan (Movem-PSC), formalizará su renuncia en el pleno ordinario del próximo 5 de enero para ceder el paso a Mar Lleixà (ERC), de acuerdo con el pacto suscrito entre las dos formaciones. Justo en las postrimerías de un mandato cargado de crispación dialéctica con la oposición de Junts per Tortosa, Jordan celebra la inclusión del proyecto del gobierno municipal en las ayudas de la Ley de barrios. Un reconocimiento que tiene que servir para impulsar la todavía pendiente transformación del casco antiguo situando la vivienda como prioridad, según subraya en una entrevista con  ACN. Asegura, de hecho, que ya detectan «inversores de fuera de la ciudad» que apuestan por rehabilitar casas en el casco antiguo.

Jordan saca pecho de haber situado el proyecto presentado por el Ayuntamiento Tortosa como el tercero mejor valorado entre los más de 80 presentados en la nueva convocatoria del Plan de barrios. Es y será, sin duda, uno de los proyectos estrella del mandato y el siguiente. El municipio recibirá los próximos años 25 millones de euros –«la mayor subvención de la historia» de la ciudad, precisa- que tienen que servir para ir más allá de las actuaciones impulsadas por la primera convocatoria de la Ley de barrios hace dos décadas. Se hicieron obras en calles y edificios públicos, pero el alcance de los cambios sociales y de la vivienda anunciados tuvo un alcance muy limitado en un sector que continúa profundamente marcado por la degradación en todos los ámbitos.

En este sentido, señala la falta de ayudas en materia de restauración de viviendas como una de las grandes carencias de aquel primer proyecto que, precisamente, sigue siendo evidente en el casco antiguo tortosino. «Por eso, el nuevo Plan pone mucho el énfasis en las ayudas a la vivienda porque tiene que facilitar que el sector privado se involucre en la rehabilitación y se vuelva a hacer atractivo vivir en el centro y el casco antiguo», ha asegurado.

Observa el todavía alcalde, de hecho, que el gobierno municipal ha detectado varias operaciones por parte de inversores privados de otros lugares de Cataluña que, «ven Tortosa como una oportunidad de futuro», están adquiriendo casas –«algunas emblemáticas»- en el centro pero también en la parte más antigua. Eso hace que mantenga viva la esperanza que, como en Girona, la dinámica involutiva del sector cambie gracias a la acción de las políticas públicas recuperando estos espacios «para volver a vivir allí».

El proyecto de transformación urbanística incluye, además de las ayudas para la rehabilitación de viviendas -como una primera promoción pública de 22 viviendas en el barrio del Castillo-, mejoras de plazas y calles en espacios de Remolins, Santa Clara y el Centro, integrando la reforma del primer tramo de la avenida de la Generalitat. También se prevén actuaciones en materia de impulso comercial. En eso, además, se le suman las obras de rehabilitación del castillo de la Suda y el parador de turismo.

El nuevo puente y la recentralización del casco antiguo

«Hay políticas patrimoniales, de seguridad, sociales que también estamos implementando. Políticas para favorecer, por ejemplo, el comercio, valorando el mercado municipal, que también está en el centro, que es la ciudad histórica, y todo eso, poco a poco, tiene que ir generando, religando todos estos espacios importantes», apunta Jordan. El reciente anuncio de construcción de un nuevo puente sobre el Ebro para el tránsito rodado a la altura de Remolins, que tendría que ayudar a mejorar la movilidad interna en la ciudad, junto con el proyecto para abrir la ciudad al río, recuperando como espacio de ocio la fachada fluvial, se presentan como dos de los grandes arietes para «atar» y «coser» la ciudad desde el punto de vista urbanístico, recentralizando el casco antiguo en una «posición central» y favoreciendo su «integración».

El anuncio de las ayudas del Plan de barrios ha marcado un cierto punto de inflexión en la vida política municipal, polarizada por un ambiente de crispación dialéctica constante entre el gobierno y la oposición de Junts per Tortosa, formación que había dominado el panorama político de la ciudad y que, sin mayoría de concejales en las últimas elecciones, no pudo mantener la alcaldía.

«Es una oposición que hace ruido, que es totalmente destructiva, demagógica y que seguramente tiene su reflejo en el hecho de que la denuncia -por supuesta opacidad informativa- que hicieron al Síndico de Agravios se les haya girado en contra», ha asegurado Jordan. Ha recordado también, en este sentido, que la resolución constataba un «abuso indiscriminado» de las peticiones de información en un intento de «colapsar» el funcionamiento de la administración local.

La oposición ha marcado el paso

A pesar de eso, admite al alcalde que su gobierno ha actuado durante parte del mandato a remolque de las críticas formuladas por la exalcaldesa Meritxell Roigé, que ha conseguido, desde la oposición, marcar en muchos momentos la agenda política del consistorio. «En una primera fase sí que nos ha condicionado», ha admitido. «Cuando empezábamos a gobernar encontramos también toda la situación económica y todos los proyectos que había encima de la mesa, la mayoría de los cuales eran anuncios sin financiación, fue complicado», ha añadido. Ahora, asegura que el gobierno está focalizado en el trabajo para implementar su modelo de ciudad.

De hecho, muchas de las críticas recibidas desde la oposición de Junts se han centrado en la supuesta incapacidad de Jordan y su equipo de vehicular subvenciones de administraciones superiores para proyectos que había tramitado el gobierno anterior y renunciando a ayudas concedidas. Uno de los casos más recurrentes es la construcción de un pabellón polideportivo en el antiguo colegio de los Josepets, en el casco antiguo.

El consistorio disponía de 1,5 millones de euros asignados por parte del gobierno español. «Pero el anterior gobierno obvió que no se podía derrocar el colegio», ha indicado, dado que se encontraba catalogado por Patrimonio. Para ejecutar igualmente la obra, había que excavar buena parte de la montaña. «Igualmente redujimos el proyecto para hacerlo más realista y aún así quedó desierto» ante su complejidad técnica, ha apuntado.

El proyecto, pues, se acabó descartando y se ha optado por dar otros usos al espacio. «Nosotros hemos conseguido 1,5 millones más para rehabilitar el edificio», catalogado por Patrimonio, que se sumarian a 3 millones adicionales para restaurar la piscina, los patios y otras naves dentro del proyecto del Plan de barrios. En una de estas naves, justamente, se ha anunciado la puesta en marcha de un espacio de creación artística y la voluntad es que el antiguo colegio albergue también una residencia de artistas.

Será el espacio desde donde operará también el proyecto de festival de danza que el bailarín y coreógrafo tortosino, Roberto Olivan, trasladará desde Deltebre, según anunció recientemente acompañado de los representantes del gobierno municipal. «En este espacio también queremos que muchos jóvenes y personas del barrio antiguo tenga una oportunidad a través de la cultura, una palanca de transformación personal, ligando totalmente este proyecto de cultural, con la dinamización y la cohesión social», ha indicado.

El alcalde rechaza que el anuncio de la vuelta de Olivan a Tortosa, donde puso en marcha inicialmente su festival antes de emigrar al Delta, pueda generar quejas en el territorio. «No hemos ido a buscar a nadie, ha sido al revés», ha asegurado. «Independientemente de si venía a Tortosa u de otros lugares del país, quería iniciar una nueva etapa», recordando que el creador tenía sobre la mesa otras opciones fuera del territorio. «Lo que ha hecho Tortosa es retener un festival que se hubiera podido marchar de las Terres de l'Ebre», ha sentenciado.

Equilibrios internos y externos

Ahora, pocos días antes de su renuncia, Jordan ha pasado revista también a la salud del pacto que le permitió ser proclamado alcalde como cabeza de lista, con siete concejales, de la segunda fuerza más votada, gracias a un acuerdo con los tres concejales de ERC y el apoyo externo de la concejala de la CUP. Reconoce que ha habido que recurrir a diferentes formas de «equilibrios» para poder salir adelante, pero reivindica la validez de la propuesta. «Estamos trabajando para tener unos terceros presupuestos. Eso contrasta con el mandato anterior, cuando no se aprobó ningún presupuesto, y se está cumpliendo todo aquello que dijimos en relación con el cambio de alcaldía», ha manifestado.

El próximo día 10 de enero, después de dos años y medio al cargo, cederá la vara a la republicana Mar Lleixà. Será un intercambio de papeles, en realidad. Jordan se convertirá en primer teniente de alcalde, cargo que ha ocupado esta primera parte del mandato la próxima alcaldesa. Con todo, afirma que seguirá trabajando para defender a un modelo de ciudad «que piense más en las personas, en más servicios, abierta al río, que haga del patrimonio su bandera y con más dinamismo».

Todo eso, siempre, con el permiso de la CUP. La formación anticapitalista, con una concejala al pleno, se ha convertido en el árbitro del complejo rompecabezas político tortosino. «Las relaciones con la CUP son constructivas», ha valorado Jordan, «lo bastante satisfecho» de la colaboración con un grupo «ideológicamente más separado» de los partidos que forman el gobierno.

«Hay veces que en determinadas cuestiones no podemos llegar acuerdos porque las diferencias son muy grandes» pero destaca que intentan encontrar puntos de encuentro que los unan, como han plasmado las votaciones de presupuestos. ¿Se han cumplido los compromisos alcanzados con ellos? «También saben la dificultad que en tan poco tiempo se puedan implementar todas las acciones, pero yo creo que como un gobierno claramente que apuesta por la transición energética» u otros aspectos clave para los cupaires, como la vivienda o la puesta en marcha de los jardines de infancia municipales.

«No me planteo ninguna otra situación»

Jordan se muestra reticente a la hora de adelantar cuál puede ser su papel en el escenario político local a un año y medio de las elecciones. «En estos momentos no me planteo ninguna otra situación», más allá de agotar el mandato como primer teniente de alcalde. Recuerda que renunció al acta de diputado en el momento de acceder a la alcaldía «a diferencia de lo que han hecho los alcaldes anteriores, que siempre han utilizado la palanca» del cargo. Reitera, sin embargo, que la experiencia de la candidatura unitaria Movemoy PSC, que ha encabezado, ha resultado positiva y se podría reeditar.

De momento, declara que se mantiene concentrado en el trabajo para «culminar» los proyectos impulsados por el gobierno que ha encabezado. Entre otros, más allá del Plan de barrios, cita la construcción de la pista de atletismo, la zona de ocio en la fachada fluvial, la ampliación del auditorio, lo impulsa en la ampliación del Hospital Verge de la Cinta así como la compra de los terrenos para el futuro nuevo equipamiento.

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