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Nace la plataforma Parem Lo CatSud contra la ampliación del polígono de Tortosa y l'Aldea

Una cuarentena de personas presentan el movimiento social contrario «a una industria intensiva» que depreda el territorio

Miembros de Parem Lo CatSud con pancartas delante de Kronospan.

Miembros de Parem Lo CatSud con pancartas delante de Kronospan.ACN

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Una cuarentena de personas han presentado la nueva plataforma Parem Lo CatSud a los pies de la macrofactoría de Kronospan, antesala de la ampliación del polígono Catalunya Sud de Tortosa y l'Aldea a la que se oponen. El nuevo movimiento social es contrario a un modelo de desarrollo industrial «caduco y depredador» del territorio que supone un alto consumo de agua y energía, potencial contaminación y la destrucción de centenares de hectáreas de campos y campos de olivos que supondrá la ampliación. Parem Lo CatSud propone un modelo alternativo de desarrollo basado en el campesinado activo y diversificado, servicios públicos que fijen población o la economía de los cuidados y una industria pequeña y arraigada que reutilice los polígonos ya existentes.

La nueva plataforma Parem Lo CatSud se opone a la ampliación de 675 hectáreas del polígono Catalunya Sud de Tortosa y l'Aldea, un proyecto que todavía tiene pendiente la aprobación del Plan de Desarrollo Urbanístico, prevista este verano, un año más tarde del compromiso del anterior Gobierno de ERC que planificó la aprobación inicial en un «ambicioso plazo de 18 meses».

La plataforma está formada por la Associació de Veïns Bado - Mas Roig, el Casal Popular Panxampla i GEPEC i compta amb el suport de Salvem la Montsià, Associació Sediments, Som Terra Roja, Graëllcia, Grup Berlomeda, ICRA -Institut de Conservació dels Rapinyaires, el Parc del Mussol, Picampall, l'Econau, Assate, l'Assemblea Vaga Feminista, Terres de l'Ebre en Palestina, la CGT, USTEC, Surt al Castell y Sobirania i Salut.

Parem Lo CatSud se opone en una ampliación industrial en el Ebre «de una extensión comparable a la petroquímica sur de Tarragona» y alertan de que el desarrollo del polígono entre dos parques naturales, los Ports y el Delta del Ebro, dentro de la Reserva de la Biosfera, «supone una agresión directa al patrimonio natural y social». «Los puestos de trabajo no compensan ni de lejos el coste social y ambiental que tendrá el macropolígono», ha denunciado a través de la portavoz Gemma Domingo.

Proponen una alternativa que «no hace falta inventarla, basada en el campesinado diversificado, el ecoturismo, los servicios públicos, la economía de los cuidados y una industria pequeña y arraigada que reutilice los polígonos ya existentes. La plataforma exige la paralización inmediata de la ampliación del CatSud, la redacción de un plan territorial diseñado «desde el territorio y para el territorio», y la defensa de las economías locales sostenibles. «Porque en las Terres de l'Ebre no nos resignamos a ser territorio de sacrificio y no renunciamos al derecho a decidir qué queremos ser», concluye la reivindicación.

Antes y después de Kronospan

Entre los manifestantes, había muchos vecinos de la zona próxima a la macrofactoría de Kronospan que hace meses que denuncian los problemas de ruido, polvo, y olores que sufren. Lluís Berenguer, además, vive en una finca dentro del ámbito de actuación de la ampliación del polígono industrial. Berenguer alerta de que industrializar 600 hectáreas supondrá perder toda la tradición agrícola y ganadera de Campredó y l'Aldea. Añade que la disposición de parcelas muy grandes, de entre 40 y 100 hectáreas, «dará pie a que cualquier empresa que venga aquí ya pueda arrancar los olivos y empezar a hacer obras, instalarse cómocuándo le dé la gana, incluso siendo potencialmente peligrosas como lo puede ser esta – Kronospan-. «Quieren hacer terrenos industriales sin tener ninguna industria y la forma tradicional de vivir se verá totalmente rota. Evidentemente, el paisaje de l'Aldea también», ha denunciado.

De hecho, otros vecinos como Josep Ayora, lamentan que el entorno ya está muy estropeado desde que está en marcha la fábrica de tablones de madera. «Me gusta disfrutar de las zonas naturales próximas a Campredó, pero desde que se puso Kronospan, hay humos, mal olor, ruidos, y ya no se disfruta de la misma manera. Si se hace una ampliación del polígono Catalunya Sud, todavía perderemos más este valor natural que tanto amo y tanto amamos la gente de este pueblo y Terres de l'Ebre», ha lamentado.

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