Religión
El obispado y la catedral de Tortosa restauran el retablo de Sant Josep
Los trabajos de limpieza y conservación de la pieza, que hace once metros de altura, se harán en tres meses

Andamios y luces cubren el retablo de Sant Josep en la Catedral de Tortosa que se está restaurando.
El Capítulo de la Catedral y el Obispado de Tortosa han promovido la intervención para restaurar el retablo de Sant Josep, de la capilla de Sant Esteve de la catedral de Santa Maria. Es una de las intervenciones del programa de conservación y restauración del patrimonio de la diócesis. Los trabajos de limpieza y conservación «curativa» empezaron el 8 de enero y se prevé acabarlos a final de este mes de marzo.
El retablo de Sant Josep es una pieza de 11 metros de altura por 4,5 metros de anchura y de madera policromada. Su particularidad, que ha sido a la vez una de las complicaciones de la restauración, es el conjunto de piezas de diversa procedencia y época que lo forman. Hay elementos renacentistas, rococó y barrocos y otros todavía para atribuir.
El decano del Capítulo de la Catedral del Obispado de Tortosa, Víctor Cardona, ha remarcado que el retablo de Sant Josep es «uno de los mejores» que hay en la basílica y que su restauración y recuperación era imprescindible después de la última intervención, que se hizo hace 33 años. Los trabajos los ha promovido el Obispado, tienen financiación de la Generalitat, y ha contado con la colaboración y asesoramiento técnico y directivo de la obra del Centro de Conservación y Restauración de Bienes Muebles de Cataluña.
El imponente retablo de Sant Josep de la Capella de Sant Esteve está hecho con madera policromada, y es completamente «ecléctico». De arquitectura barroca y con imágenes como las del santo y dos profetas que todavía están pendientes de atribuirse, cuenta con seis tablas policromades con escenas de la glorificación de la Virgen, pintadas en 1525 por el famoso pintor leridano Baltasar Gui. También se puede ver el rococó «más exuberante en la arquitectura del piso inferior».
El proyecto se ha adjudicado al equipo del restaurador Voravit Roonthiva, formado por cinco conservadores. Les primeros trabajos se han centrado en limpiar y sacar «muchísimo polvo». Los elementos ennegrecidos vuelven a brillar con la recuperación de pan de oro y han aparecido algunas «sorpresas» con nuevas imágenes que el barniz había tapado. También se ha hecho una intervención en la madera.
Roonthiva ha destacado que el retablo «es un catálogo de escultura y pintura de diferentes épocas» y eso ha supuesto también «la complicación de lidiar» con la restauración de diferentes estas piezas, de diferentes épocas. «Cada maestro ha aplicado su técnica, sus materiales y, por lo tanto, no ha sido una restauración homogénea sino que se ha actuado de diferentes maneras», ha explicado el conservador.
«Anima a ver la obra, que realmente es bonita y es preciosa y la podemos presentar para el culto y también para la gente, para que todos podamos disfrutar, dar culto a San José y disfrutar de este magnífico retablo», ha celebrado el decano del Capítulo de la Catedral, mosén Víctor Cardona. El decano también ha explicado que la foto del Sant Josep del Viladomat que se retiró el año 1992, en la anterior intervención del retablo, y que se puede ver «desplegada» la exposición museográfica de la Catedral, está muy degradada y se cambiará por una imagen nueva, una reproducción con papel de gel como las que se han trabajado las iglesias del Románico.