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Sociedad

Aumentan en un 21% los jóvenes ebrenses atendidos por problemas de salud

El Programa de Intervención en Crisis mejora la reinserción escolar y laboral y el GUIA reduce las conductas delictivas

Los doctores de la Fundación Pere Mata, José González, Ana Belén Castellà y Toni Coello, el director de Salud Ferran Roche, y el gerente Enric Cardús.

Los doctores de la Fundación Pere Mata, José González, Ana Belén Castellà y Toni Coello, el director de Salud Ferran Roche, y el gerente Enric Cardús.ACN

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La red de atención a la salud mental de niños y jóvenes en las Terres de l'Ebre atendió el año pasado a 1.961 pacientes, un 6,4% de la población de este colectivo. Desde 2021, ha habido un incremento del 21% que se relaciona con los nuevos servicios integrales, de atención domiciliaria y red comunitaria que permiten llegar a casos que rehúyen la atención convencional.

Con el Programa de Intervención en Crisis (PIC) y el programa GUIA, los jóvenes y niños son atendidos en casa, en su «entorno natural», y reciben una intervención individual, pero también familiar y sistémica. Con el programa PIC todos los jóvenes y niños atendidos se reincorporan a los estudios y al trabajo, y con el GUIA se reduce el riesgo de conductas delictivas y distorsiones graves.

Desde la puesta en marcha de los programa GUIA y PIC, el 2021 y 2022, se ha pasado de atender 1.620 niños y jóvenes ebrenses con problemas de salud mental a 1.961. Los dos servicios han mejorado los recursos asistenciales y ha facilitado que llegue a más personas del colectivo, así como «romper el estigma que tienen las patologías mentales muchas veces».

Cómo ha recordado el gerente de la Fundación Pere Mata Terres de l'Ebre, Enric Cardús, el territorio ebrense es pionero en la puesta en marcha de estos dos programas, que por primera vez se han creado lejos de las áreas poblacionales elevadas. Los doctores de la Fundación Pere Mata han hablado de los «excelentes» resultados de los programas GUIA y PIC, «una evolución de la asistencia a domicilio» que permiten ofrecer «un abordaje integral y multidisciplinario» y «una continuidad asistencial» para jóvenes y niños con trastornos mentales graves y en situación de vulnerabilidad social y familiar.

«Nos dotamos de unos recursos adicionales para poder tratar de forma mucho más intensiva todas aquellas situaciones que están en una fase más crítica o con más crisis. Todo esto nos mejora la accesibilidad», ha insistido el gerente de la Fundación Pere Mata Terres de l'Ebre, Enric Cardús. En este sentido, el director médico de la Fundación Pere Mata Terres de l'Ebre, Toni Coello, ha apuntado que los programas permiten «llegar a pacientes de altísima complejidad que no van a las consultas» y «hacer un abordaje totalmente diferente y diferencial», con la aproximación a los espacios personales de los niños y los jóvenes afectados.

Programa GUIA interdepartamental

En el caso del programa GUIA, que se inició el 2021, se atienen jóvenes entre 12 y 25 años con un diagnóstico de trastorno mental severo, como TDAH, TEA, depresión mayor grave, trastorno bipolar, trastornos psicóticos, entre otros. Un equipo especializado y multidisciplinario, formado por dos psiquiatras, una enfermera y un trabajador social, ofrece atención dos días en la semana. La capacidad actual del programa es de unos diez pacientes activos.

El psiquiatra José González ha señalado que el programa «tiene dos virtudes». Por un lado, que «considera el alta complejidad desde la colaboración, con otros discursos y con otros departamentos que forman parte del tejido social». Un comité técnico operativo reúne semanalmente responsables de Derechos Sociales, Enseñanza, Justicia e interior, para valorar los casos conjuntamente y «establecer estrategias comunes» para hacer un acompañamiento.

La segunda virtud es que el programa GUIA «desdibuja y redefine» el «tratamiento estándar» de los problemas de salud mental, «que no servía para este tipo de pacientes». Se trabaja desde un modelo asistencial «más dinámico y próximo» y un enfoque familiar y sistémico. «El resultado es muy positivo en la hora de reducir, por ejemplo, la aparición de conductas delictivas y disrupciones graves, y también en cuanto al absentismo escolar y la desadaptación de los entornos laborales», ha apuntado el psiquiatra. Además, evita hospitalizaciones y mejora la integración comunitaria de los jóvenes atendidos.

Intervención rápida y de choque

El Programa de Intervención en Crisis (PIC) ofrece «una respuesta rápida» a jóvenes en crisis, «refugiados en casa», y los hace una intervención de proximidad, en el domicilio, para «evitar la cronificación y el deterioro de los casos». Está destinado a personas entre los 6 y los 17 años. Se los atiende en menos de 72 horas, y en dos meses, hay diagnóstico. «Tenemos que tomar una decisión rápida, una orientación rápida y en red», ha explicado doctora Anna Belén Castellà, directora de la Red Infantojuvenil Terres de l'Ebre.

Cómo ha apuntado la doctora Castellà, no solo atienen crisis «a consecuencia de un trastorno psiquiátrico grave, sino también a consecuencia de circunstancias de vida o de historias de vida, que en muchos casos son muy problemáticas».

El PIC ofrece dos visitas semanales con un equipo de dos profesionales. La totalidad de niños y adolescentes atendidos ha acabado volviendo a la escuela o al trabajo porque el programa «permite una estabilización rápida en el entorno habitual de la persona joven». «Nos ha permitido incluso retirar tratamientos farmacológicos porque, sin una atención intensiva y una respuesta inmediata, muchas veces la crisis acaba en sufrimiento y en un momento de riesgo», ha añadido Castellà. Anualmente, unos 75 pacientes de PIC reciben el alta. El año pasado se dieron 27 altas Centro de Salud Mental Infantojuvenil (CSMIJ) de Amposta, 34 en Tortosa y 11 en Móra d'Ebre.

Más malestar adulto, menos salud mental juvenil

La jefa del servicio ha apuntado que el aumento de la demanda se da por «un aumento del malestar» en la sociedad, en el adulto, y en consecuencia, en el adolescente. «Muchas veces no lo saben gestionar y lo hacen de forma desproporcionada, porque no tienen buenos referentes. Con la intervención intensiva se detecta si en este malestar o esta conducta autolesiva hay una patología psiquiátrica o no», ha explicado Anna Belén Castellà.

En el caso de programa GUIA, el doctor José González ha remarcado que los tiempos y el objetivo «son diferentes» que en el PIC. En GUIA se atiende una pequeña proporción de pacientes de alta complejidad que remiten a otros departamentos, enfermos «que han pasado por experiencias de fracaso en el acompañamiento y están desvinculados de los centros». «No creen en los tratamientos estándares y tenemos que definir un modelo en el que se impliquen y se sientan identificados», ha explicado el doctor. «Esto requiere un tiempo largo y un proceso para rehacer, con muy afecto y mucho entusiasmo de los profesionales, el vínculo roto».

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