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Naturaleza

El agua del tramo bajo del Ebro se calienta dos grados en la última década y tiene más conductividad por las sales

Un centenar de expertos del sector hidráulico debaten en el CAT sobre los efectos del cambio climático en la potabilización

El río Ebro, con la estación de bombeo del CAT al margen izquierdo, al fondo.

El río Ebro, con la estación de bombeo del CAT al margen izquierdo, al fondo.ACN

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La temperatura del agua del tramo final del río Ebro ha aumentado dos grados centígrados en la última década. El calentamiento es uno de los efectos del cambio climático, así como la tendencia del caudal a disminuir. También se ha detectado un incremento de la conductividad del agua por la presencia de más compuestos salinos.

Estas son las primeras conclusiones del proyecto europeo de investigación SafeCREW, en el que participa el Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT) y el centro tecnológico Eurecat. Un centenar de expertos del sector hidráulico en Cataluña se han reunido en la estación potabilizadora del CAT en l'Ampolla (Baix Ebre) para debatir sobre el impacto del cambio climático en los procesos de tratamiento del agua.

En el proyecto europeo de investigación SafeCREW participan el CAT y Eurecat y nueve entidades europeas más, de países como Italia, Alemania y Ucrania. Cuenta con un presupuesto de 4 millones de euros. La investigación tiene que permitir conocer los efectos del cambio climático en aguas superficiales y subterráneas, y la incidencia que eso tendrá en las propiedades del recurso, en los procesos de tratamiento y en la distribución.

La investigación empezó en el 2022. Con SafeCREW se han analizado datos relativos del tramo final del río Ebro de los últimos veinte años y se ha constatado el calentamiento del agua y el aumento de la conductividad por el incremento de la concentración de sales.

Las primeras conclusiones también señalan que en el Ebro, como en el resto de ríos, "la calidad y la cantidad del agua es cada vez más fluctuante" y que si se mantiene esta tendencia, "hará falta transformar y adaptar los procesos de potabilización".

En los últimos dos años se han hecho campañas de muestreo en el río y en la red de potabilización y también en el agua servida. Los investigadores han llevado a cabo estudios de proceso y modelos físicos y de datos para predecir la calidad del agua. También se han instalado nuevos equipos de análisis en línea, como unos nuevos sensores de trihalometanos, que miden la calidad del agua de manera continua.

El Consorcio destaca que el sistema ofrece "una visión panorámica de la evolución de la calidad del agua a lo largo de todo el proceso de captación, tratamiento y abastecimiento". Conociendo "la evolución de las propiedades del agua durante los diferentes procesos operativos" en la Estación de Tratamiento (ETAP) de l'Ampolla, se puede detectar, por ejemplo, en qué fases se reduce más cantidad de elementos orgánicos y se puede optimizar el uso de productos de desinfección, como puede ser el cloro. El CAT quiere "reducir al mínimo" estos subproductos que se generan.

El proyecto también creará "modelos predictivos" y "sistemas resilientes" para potabilizar aguas subterráneas y superficiales sin incrementar las cantidades de productos de desinfección; o trazará patrones de comportamiento del caudal del río para ajustar el proceso de potabilización según las características del agua captada en cada momento.

Los expertos de Eurecat han añadido que el cambio climático también afecta a las "actividades humanas que impactan en el río" y que estudios como SafeCREW permitirán conocer mejor el agua y "mejorar y optimizar los procesos de tratamiento" para garantizar que llega a los consumidores con la máxima calidad.

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