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Sostenibilidad

El Eurecat estrena un nuevo laboratorio para fomentar la bioeconomía en Amposta

La sede del nuevo centro de Eurecat estará en un edificio pionero de Amposta que monitora el clima y se puede «descontruir»

Investigadores y científicos trabajan en el Living Lab del Centro de Resiliencia Climática de Amposta.

El Eurecat estrena un nuevo laboratorio para fomentar la bioeconomía en AmpostaACN

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El Centro de Resiliencia Climática (CRC) de Eurecat en Amposta ha puesto en marcha el Living Lab Ebre Bioterritori, un espacio creado para fomentar «la bioeconomía» a través de proyectos participativos consensuados con el territorio. Por una parte, se trabaja al definir propuestas de nuevas infraestructuras verdes, priorizarlas y planificarlas para favorecer un desarrollo sostenible, en este caso, del delta del Ebro. El laboratorio también trabaja, a través del BioResilMed, para formar los agentes socioeconómicos en prácticas «más sostenibles». El CRC tendrá pronto la nueva sede en Amposta. Será «el edificio semilla», el primero que monitora el clima y la interacción de sus usuarios y que se puede «deconstruir», una apuesta para «generar cero escombros».

El nuevo centro, ya ha puesto en marcha los primeros proyectos como el PECT EbreBioTerritori, un programa para desarrollar infraestructuras verdes –como rutas reciclables, nuevas comunicaciones o complementos activos para el turismo sostenible–, que se trabajan desde el nuevo laboratorio con la participación y la opinión de los actores territoriales. De momento, han hecho un proceso participativo con agentes socioeconómicos, administraciones, empresas y ciudadanía para «recoger diferentes propuestas». Ahora las tienen que priorizar y hacer un plan|plano de desarrollo que las administraciones «puedan hacer suyo y llevar a cabo en un futuro, de manera sostenible». El Living Lab del CRC también tendrá «un papel relevante» en el proyecto BioResilMed, de la Fundación Biodiversidad, que se financia con fondos europeos Next Generation, y que quiere «fomentar la bioeconomía de los paisajes mediterráneos». La investigación|búsqueda desde Amposta se centra en el delta del Ebro, pero también forman parte del proyecto espacios como la Albufera valenciana, Doña Ana o los cultivos de secano del interior de Granada, Almería y Murcia. A través del Living Lab «transferirán conocimientos» y se centrarán al «formar» a los agentes socioeconómicos «practicas más sostenibles», ya sea sobre el cultivo ecológico del arroz o de los cultivos leñosos de las mesetas interiores, saber fomentar el vínculo entre ecología y biología, o como obtener un «posible beneficio» para reducir gases de efecto invernadero. Álvarez recuerda que Europa desarrolla una ley sobre los mercados libres de carbono y los «crédito de carbono» para los agricultores –compensaciones económicas para reducir emisiones.

Laboratorios en marcha

El CRC quiere generar otros Living Lab por todo el país. El director científico del centro, Carles Ibáñez, ha hecho valer que las Tierras del Ebro sean «el kilómetro cero» de la investigación sobre el cambio climático, pero apunta que «quieren llegar a todas las necesidades del país». Ibáñez ha arreciado|afianzado que los Living Lab son espacios para «trabajar con los actores económicos y sociales, crear una dinámica de colaboración y de mejora continuada, y establecer objetivos que interesen a la sociedad y la economía local». Los investigadores apuntan que la sequía extrema de este año «tiene que ser una oportunidad para ver cómo puede ser la situación del delta del Ebro en el futuro», y generar datos valiosos, con el análisis de los impactos actuales, y herramientas de adaptación. Actualmente, el CRC ha generado 14 puestos de trabajo en Amposta una decena de los cuales en la línea de Cambio Climático. Las perspectivas de crecimiento, para los próximos cinco años, es aumentar hasta la treintena el número de proyectos

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