Economía
El Fondo de Transición Nuclear, el reto de relevar dos mil puestos de trabajo
Alcaldes y agentes socioeconómicos apremian la llegada de los recursos y defienden un modelo mixto de pymes y grandes industrias
El Fondo de Transición Nuclear es la última baza que puede «salvar» un futuro sin las centrales nucleares en las Terres de l'Ebre y el Camp de Tarragona. La mitad de los ingresos del impuesto nuclear - que se recauda desde hace dos años en las propiedades - tienen que servir para impulsar y financiar proyectos que generen empleo antes de que cierren. El reto es generar – y relevar - los más de dos mil puestos de trabajo de las plantas de Ascó y Vandellòs, y hacerlo con las mismas condiciones y calidad, «puestos de trabajo técnicos, cualificados y bien remunerados». Ayuntamientos y agentes socioeconómicos apuestan por promover un modelo mixto entre pequeñas y medianas empresas locales y la llegada de grandes industrias, y reclaman más suelo industrial a la Generalitat.
ERC, impulsora del impuesto nuclear, lo tenía muy listo para que el primer dinero del Fondo de Transición Nuclear (un 20% de la recaudación) llegara a principios de este año y permitieran financiar proyectos y empresas en los pueblos situados en un radio de diez kilómetros de las nucleares (la zona Penta 1). El objetivo de este retorno y de esta discriminación positiva tiene que permitir generar empleo en los ámbitos de la industria, el turismo o las energías renovables.
A final del año pasado, el grupo parlamentario del PSC presentó una proposición de ley que modificaba las reglas del juego, y conseguía más dinero (50% de la recaudación) y para más municipios, también los ochenta de pueblos del Penta 2. Junts dio apoyo para aprobarla. La iniciativa la lideró el diputado socialista en el Parlament, alcalde de Batea desde 1991, y candidato de la UPTA (Unió per la Terra Alta) a revalidar el cargo, Joaquim Paladella.
Mientras el Gobierno actualiza el reglamento a la nueva normativa, la ley prevé un reparto excepcional este año. La mitad de la recaudación del 2022, que fue de unos 155 MEUR, tiene que volver al Ebre y Tarragona. La mitad de la mitad (unos 39 MEUR) se tiene que repartir equitativamente entre los ayuntamientos de la zona Penta 2. Los otros 39 MEUR se tienen que otorgar a proyectos que se presenten en la zona Penta 1 para crear puestos de trabajo y diversificar la economía.
En la primera reunión del órgano que tiene que gestionar estos recursos se decidió que, también extraordinariamente, la veintena de ayuntamientos del Penta 1 recibirán la misma cantidad que el resto. A pesar de eso, el alcalde y candidato de ERC en Flix, Francesc Barbero rechaza esta «fórmula de la repartidora», porque pone a luchar a los ayuntamientos.
El alcaldable republicano insiste en que el Fondo Nuclear tiene que tener el único objetivo «de atraer inversores» y potenciar las empresas autóctonas. De hecho, entidades que también forman parte del órgano de gobernanza de los Fondos, como PIMEC, remarcan que el modelo tiene que ser mixto, con gran industria que venga de fuera, pero también con una apuesta más decidida por las empresas del territorio. Los alcaldables republicanos reclaman que los Fondos tienen que repercutir en las empresas, los autónomos, las cooperativas, la economía social y el tejido productivo.
Radiografía empresarial
La patronal de las pequeñas y medianas empresas en Tarragona se ha adelantado y está elaborando un listado de todas las empresas que hay en las áreas nucleares del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre, «para ver en qué condiciones están y si tienen capacidad de crecimiento». Como ha apuntado el presidente de PIMEC Tarragona, Jordi Ciuraneta, tiene que servir para «acelerar» los negocios del territorio que «no necesitan incentivos para venir», sino que necesitan ayudas «para proyectarse adelante». «Si tienen 2 trabajadores, que sean 4, si son 4, 8, si 8, 16, y así ir escalando. Sabemos que el tejido es de micro y pequeña empresa y que se tiene que atender cualquier proyecto que puedan impulsar», ha defendido Ciuraneta.
Tanto la patronal, los representantes políticos y los sindicatos insisten en que no se tiene que perder de vista que el objetivo es «intentar revertir con suficiente tiempo la destrucción dos mil puestos de trabajo» que se perderán cuando cierren las tres unidades nucleares de Ascó y Vandellòs, un cierre previsto en diez años. De hecho, desde la UGT, su representante en el organismo, Juan Luís Canton, incide que este empleo «tiene que ser calidad», y que la transición tiene que garantizar puestos de trabajo «técnicos, cualificados y bien remunerados». «Tenemos que intentar que la mayoría de estos trabajos estén en esta línea», ha insistido.
Aterrizajes compartidos
Barbero también ha defendido que para implantar proyectos e industrias «potentes» a través de los Fondos Nucleares, los municipios y el territorio tienen que trabajar de manera «cooperativa». «Si no dejamos de lado ciertos debates de campanario, no sacaremos todo el jugo que se puede en una herramienta que cualquier territorio nuclear del resto del Estado (de las cinco áreas nucleares) mira con envidia», ha defendido el alcaldable de ERC.
Mientras en Flix hablan de hacer «aterrizar» grandes proyectos en los que se trabaja desde hace tiempo – también desde la Mesa de Reindustrialización de Flix, creada con los primeros indicios de la desbandada de Ercros del complejo químico -, en Batea ya han anunciado una primera implantación industrial, una compañía que ha escogido el municipio terraltí atraído por la posibilidad de beneficiarse de los Fondos Nucleares. Es una planta de fabricación de paneles de información con tecnología Smart y LED que puede generar hasta una cuarentena de puestos de trabajo, en la fase inicial.
Hacer los deberes
Joaquim Paladella ha preguntado al Gobierno que aclare cómo se podrán presentar los proyectos este año y ha recordado que en caso de que no se adjudiquen a los municipios del Penta 1, el dinero lo pueden reclamar para proyectos de la zona Penta 2.
La segunda reunión del órgano de gobierno de los Fondos tiene que empezar a evaluar proyectos en el mes de julio - y repartir el dinero en los ayuntamientos. «No sé cuáles evaluarán si han dicho que no tienen ninguno», ha ironizado Paladella sobre el posicionamiento de los republicanos. «No permitiremos que se marchen a Barcelona otra vez o se queden sin repartir», ha dicho. En este sentido, el diputado del PSC propone que el Penta 1 haga el mismo reparto excepcional del dinero que se prevé este año en la zona 2, es decir, a partes iguales entre todos los ayuntamientos.
Suelo industrial a punto
La falta de suelo industrial para ofrecer a las futuras industrias es una desazón compartida en muchos de los municipios de las áreas nucleares. El alcalde de Móra d'Ebre, y candidato de Junts a la reelección, Rubén Biarnés, pidió recientemente al INCASÒL que la tercera fase del polígono de la Verdeguera se incluya en los presupuestos de del organismo porque con los Fondos de Transición Nuclear el polígono de la capital de la Ribera d'Ebre «es una opción más que interesante» y la segunda fase está ya está desarrollada e implantada.
También en Batea y Gandesa, los dos únicos polígonos desarrollados de la Terra Alta, necesitan más suelo industrial. El candidato socialista recuerda a la Generalitat que «tiene la obligación de desarrollar más» porque no puede ser que no tengan para ofrecer. «Los recursos se tienen que utilizar bien y que empresas y ayuntamientos puedan ofrecer oportunidades para dar equilibrio en el territorio», ha defendido.
Para Paladella, el polígono de Camposines, ahora reconvertido a una explotación de fruta seca, tiene que ser una opción a tener en cuenta. «Hace años se apostó, el suelo es propiedad del INCASÒL, tiene los trámites urbanísticos hechos y es fácil sacarlo adelante. Se podría ligar a grandes empresas porque para la Ribera d'Ebre y la Terra Alta, Camposines es una zona estratégica e importante y no nos podemos permitir el lujo que esté plantado de almendros», ha reivindicado.