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Medio natural

El parque natural del delta del Ebre bate el récord de pájaros invernantes

La mayor superficie con agua, el frío en el norte de Europa y la sequía en otras zonas húmedas explican los datos

Ejemplares de flamenco en la alberca de la Encanyissada, en el delta del Ebre.

El parque natural del delta del Ebro bate el récord de pájaros invernantesACN

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El parque natural del delta del Ebre ha contabilizado este año más pájaros invernantes que nunca, pero sigue pidiendo que se mantengan inundados los arrozales para garantizar la capacidad de acogida. El censo efectuado durante las últimas semanas ha sumado más de 317.425 pájaros y los flamencos también han alcanzado una cifra histórica, con 6.470 ejemplares. Unos datos, según el técnico del parque natural, Toni Curcó, que se explican por el hecho que la superficie de campos inundada ha subido hasta el 60%, por el frío en el centro y al norte de Europa así como por la sequía en otras zonas húmedas. A pesar de la tendencia global positiva, el censo detecta diferencias entre grupos de pájaros: los que dependen más de la inundación de los arrozales notan de forma negativa el secamiento.

El censo, que se elaboró entre el 3 y el 24 de enero pasado con la participación de 27 observadores –entre técnicos del parque natural y agentes rurales, detectó hasta 96 especies diferentes. El grupo de las anátidas, el más numeroso en el Delta –con 181.333 ejemplares y un 57,1% del total- ha experimentado un incremento considerable: un 51% más respecto del periodo entre 2005 y 2010, el momento considerado de máxima inundación invernal a la zona, antes de la llegada de la plaga de la caracol 'maçana' y la introducción de esta medida para erradicarlo. El pato real ha llegado a los 105.157 ejemplares, mientras el cuchara común y la cerceta común se han aproximado a los 30.000.

Por el contrario, de la misma familia, especies|especias como la raya de ningún rojo, el pato colorado o el ánade rabudo norteño han experimentado importantes caídas porlo que respecta a la población invernal. También el habitualmente abundante focha se ha quedado con 18.621 ejemplares –uno 34% menos- y lejos de los valores de hasta 40.000 individuos de hace unos años.

La otra gran familia de aves invernantes presente en la zonal los limícolas –con 73.069 ejemplares, un 23% del total, también ha incrementado su presencia un 13% pero experimentado una importante variabilidad entre las diferentes especies. Así, las que prefieren las zonas de los pantanales naturales han tendido a presentar valores muy altos, como el correlimos común, con 37939 ejemplares, un 39% más, o la avoceta común, con 3.591 ejemplares y un 219%.

Al otro lado, las especies más dependientes de los arrozales inundados han presentado decrementos considerables. Es el caso de la disminución en un 51% de la avefría, que suma 7.242 individuos, o la dorada grande, que ha caído un 55% hasta los 1.750 ejemplares, manteniendo la tendencia de los últimos años.

Finalmente, el censo ha constatado una reducción a la mitad de los ardeidos -6.470 ejemplares-, que se centra en la reducción de especies abundantes en invierno como la garcilla bueyera –con un 73% menos-, el garceta –uno 64% menos- o la garza real-51% menos. También se caen los cuervos marinos, con sólo 2.011 ejemplares –uno 46% menos- sin embargo, por el contrario, especies como el morito común –con 11.358 ejemplares- y el flamenco –con 21.146-, que habitan lagunas y bahías, alcanzan sus propios récords particulares.

Variaciones en la inundación de los arrozales

Al margen de los factores climáticos –los fríos en el centro y norte de Europa o la sequía en las zonas húmedas próximas del Mediterráneo- y reproductivos propios de cada especie, los técnicos remarcan que el secado invernal de los arrozales para luchar contra la plaga del caracol 'maçana' a partir del año 2011 es uno de los principales factores explicativos de estas diferencias de comportamiento según entre los grupos más vinculados a hábitats naturales y los que lo hacen preferentemente en los arrozales. Una medida que ha sido aplicada de forma fluctuante a lo largo de los años, entre el 15% y la práctica totalidad de la superficie, y que este 2022 ha llegado al 57,9%, una cifra que no se alcanzaba desde hace seis años.

«Para nosotros es importante que la superficie de espacios inundados se mantenga el máximo posible porque eso determina la capacidad de acogida de muchas especies», ha subrayado Curcó. En este sentido, desde el parque consideran que ante la necesidad de garantizar los compromisos de conservación con la Unión Europea y mantener la capacidad de acogida de la zona, tendente a disminuir a largo plazo, consideran que se trata de una medida importante. Especialmente, para aquellas especies que no pueden encontrar hábitatsalternativos.

Un proceso de convivencia de medidas para potenciar la biodiversidad faunística del Delta y las necesidades agronómicas –focalizadas en la lucha contra la plaga del caracol 'maçana'-, que Curcó, asume, «no será fácil». Con todo, recuerda, cree que resulta técnicamente «posible» hacerlo compatible en gran medida y partiendo del conocimiento sobre los efectos que medidas como la inundación pueden tener sobre especies concretas que aportan estos estudios.

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