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Recogen firmas en Tortosa para que el uso de los petardos se regule y se limite a la celebración de la verbena de Sant Joan

La iniciativa pone el acento en los trastornos que el ruido de los petardos provoca en muchas personas y mascotas

Un niño observante el mostrador de una tienda de petardos los días previos a la verbena de Sant Joan.

Sant Joan 2019 llega con un incremento de ventas de petardos respecto del año pasadoACN

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En Tortosa, una campaña, a través de la plataforma Change.org, está recogiendo firmas para reclamar que el uso de la pirotecnia se limite a la verbena y la festividad de Sant Joan y se restrinja en una franja horaria que no interfiera en el descanso vecinal. Más de 300 personas se han adherido a la iniciativa que se presentará al Ayuntamiento de Tortosa para pedir una regulación de uso de los petardos. Su promotora, la educadora Cinta Baubí, remarca que muchas personas con trastornos y enfermedades sufren «ansiedad, pánico o inseguridad», unas alteraciones que afectan también a muchos niños, personas mayores y animales. «No todo el mundo lo vive igual y busco la empatía, no prohibir la verbena de Sant Joan», ha apuntado.
Las personas que sufren alta sensibilidad a los ruidos de la pirotécnica ya buscan la manera de aislarse o aislar sus mascotas durante la festividad de Sant Joan. El problema, como recuerda Cinta Baubí, es que los estallidos de los petardos empiezan muchas semanas antes y duran muchos días después de la verbena. Cinta Baubí decidió iniciar la campaña para reclamar una regulación al consistorio a principios de junio, una noche que los petardos ya sonaban al centro histórico de Tortosa donde vive, no le permitían dormir y asustaban a su perro.

Ha recibido el apoyo de más de 300 personas e intentará que la petición sea escuchada al Ayuntamiento de Tortosa. «Para intentarlo no se pierde nada y al menos se habla de esta cuestión», ha apuntado Baubí. Si este año no lo consigue, lo seguirá intentando el próximo verano.

Como maestra de educación especial, ve en sus alumnos el sufrimiento que les suponen los ruidos de los petardos en estas fechas. También tiene una mascota que sufre un trastorno desde que alguien le tiraron un petardo a encima. Previendo el sufrimiento, Baubí ha llevado su perro a una guardería aislada de la ciudad. «Sé que el 23 de junio lo tengo que dejar, pero lo puedo dejar allí un mes y medio», ha apuntado. «Te puedes preparar si tienes personas que lo sufren en casa, pero si empieza un mes antes no sabes como prevenirlo», ha insistido.

«No quiero prohibir la verbena, he sido pequeña y me han comprado petardos, pero me han enseñado que se tiran el 23 de junio. Lo que pido es una regulación en tiempo y horas», ha dicho. Ciudades como Vic han regulado la potencia de los petardos en el centro histórico y entidades animalistas también han pedido en Terrassa cambiar la pirotecnia ruidosa por luminosa.

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