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Una cuarentena de voluntarios espigan mandarinas en Santa Bàrbara para darlas a entidades sociales

La Fundació Espigoladors recupera 30 toneladas de cítricos en las espigadas hechas en les Terres de l'Ebre

Una caja llena de mandarinas y los voluntarios que han participado en l'espigolada organizada por la Fundació Espigolers en Santa Bàrbara.

Una cuarentena de voluntarios espigan mandarinas en Santa Bàrbara para darlas a entidades sociales

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Una cuarentena de voluntarios han participado este sábado de una espigada organizada por la FundacióEspigoladors en una finca del municipio de Santa Barbarà (Montsià). Prevén recolectar entre 5.000 y 6.000 kilos de mandarinas durante la jornada, que se darán a entidades sociales y bancos de alimentos. De esta manera, se quiere evitar el despilfarro alimentario y dar salida a productos que no cumplen los estándares de venta o bien porque las explotaciones agrarias no son rentables. La entidad ya ha recuperado 30.000 kilogramos de cítricos en las actividades solidarias hechas en les Terres de l'Ebre desde el noviembre pasado.

Desde de buena mañana, los voluntarios han cogido mandarinas sin descanso ni un segundo y han llenado decenas de cajas que se llevarán a entidades sociales para que las repartan entre las personas más vulnerables. Marc Farrés, responsable del área de Espigolaments de la FundacióEspigoladors, explica que el objetivo de las espigadas es recoger todos los productos que no se han cogido durante la campaña a fin de que no se queden en los árboles. «Desde la fundación lo que hacemos es prevenir las pérdidas y el despilfarro alimentario; en años comoeste con grandes volúmenes de fruta que se quedan en los árboles, nuestra tarea social, voluntaria, es de venir al campo y recuperar toda esta fruta y entregarla a personas que lo necesitan», ha destacado.

En la jornada solidaria de este sábado tienen previsto espigar alrededor de 5.000 y 6.000 kilos de mandarinas, que se sumarán a los 30.000 que ya han recuperado desde el comienzo de la campaña de cítricos. En las nueve espigadas organizadas han participado unos 200 voluntarios. Con todo, desde la entidad hacen un llamamiento al voluntariado, ya que encaran la recta final de la cosecha de las mandarinas y muy pronto arrancarán la recolecta de las naranjas. «Pedimos que nos vengan a echar una mano en estos tiempos convulsos, todo el mundo puede aportar su grano de arena viniendo unas horas en el campo», ha señalado Farrés.

Una de las voluntarias que no ha dudado a volver a participar en una espigada es Laura Mauri. Esta vecina de Ulldecona ha calificado el proyecto de los Espigoladors de «genial» y ha asegurado que hacen una tarea importantísima para la sociedad. «Me parece terrible la cantidad de cítricos que se tira cada año por las incongruencias del mercado, por cómo se están pagando los productos y por las dificultades que tienen los productores; las espigadas son una manera fantástica de cerrar un ciclo y que se dé vida a esta producción», ha valorado.

Denuncias de incumplimientos

La semana pasada, Unió de Pagesos denunció que empresas compradoras de cítricos están incumpliendo los acuerdos de compraventa con productores de les Terres de l'Ebre, dejando la fruta en los árboles y poniendo en peligro la viabilidad de estas explotaciones. Según el sindicato agrario, afecta especialmente productores individuales, que no son miembros de cooperativas ni organizaciones.

Así, los agricultores calculan que con el incumplimiento de los contratos, porlos cuales los compradores se hacen cargo de coger la fruta, se deja entre el 40 y el 70% de la producción en los árboles. Eso, según Unió de Pagesos, ha supuesto pérdidas de más de 7 millones de euros con respecto a los ingresos previstos y ha provocado que no se cojan unas 40.000 toneladas de mandarinas. Como consecuencia de esta situación, una veintena de productores del Baix Ebre y el Montsià se han dirigido a la fundación para dar parte de su cosecha desde noviembre del año pasado.

La FundacióEspigoladors dispone de 1.500 voluntarios

La FundacióEspigoladors se creó el año 2014 con el objetivo de impulsar el aprovechamiento alimentario, garantizar el derecho a una alimentación saludable para todo el mundo y generar oportunidades laborales para personas con riesgo de exclusión social. Desde entonces, la red de voluntarios ha crecido y ya suma 1.500 personas a su bolsa. La entidad, ubicada en el Prat de Llobregat, se ha extendido por el área metropolitana, en el Maresme, y las comarcas tarraconenses y ebrenses desde el abril pasado.

Aparte de las actividades de recogida de hortalizas y fruta, la fundación también tiene un obrador donde se elaboran conservas vegetales de los excedentes de los alimentos. Asimismo, también hace campañas de sensibilización y proyectos educativos a las escuelas y talleres sobre el despilfarro alimentario.

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