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Plan desescalada

Bares y restaurantes de Tortosa reabren con la ilusión contenida porque temen la post-Navidad

El sector avisa de que otra sacudida será difícil de remontar y lamentan que se les ha ayudado lo suficiente

Los clientes desayunando en la terraza del Bar Ester del Mercat Municipal de Tortosa.

Bares y restaurantes de Tortosa reabren con la ilusión contenida porque temen la post-NavidadACN

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Los bares ya servían decenas de clientes a primera hora de este lunes en Tortosa, que esperaban con ganas la reapertura del sector. También los restaurantes han vuelto a preparar mesas, medir distancias, y sobre todo habilitar las terrazas, quién las tiene, que les permitirán atender a más clientela. Los restauradores han reanudado la actividad con «ilusión y motivación» pero de manera contenida, con cierta desazón y muchas dudas de cuánto tiempo durará y el miedo a que los vuelvan a cerrar después de Navidad. El sector avisa de que otra sacudida será difícil de remontar, denuncian que las ayudas son y han sido insuficientes, y que ahora hay que levantar el confinamiento municipal para que la actividad sea rentable también los fines de semana.

«La clientela del Botànic nos esperaba con ganas, tenemos bastantes reservas hoy, no creo que llenemos, pero la gente que viene normalmente nos ha apoyado y vendrá hoy a la inauguración con más ganas que nosotros, creo», ha apuntado Jordi Mauri, copropietario de los restaurantes Botànic y Racó de Mig Camí de Tortosa. Las ganas para retomar la actividad estaban pero los recelos también. «Tenemos la ilusión que la gente vuelva a nuestra casa, abrir y poder trabajar poco a poco, pero hay dudas de si la clientela se tendrá que mantener a más distancia y vivimos en una crisis de salud y financiera muy agresiva y nuestros gobernantes ni se preocupan ni se preocuparán, solo miran al 14F», ha lamentado JaumeTrilla, gerente de la cafetería-restaurando Tertúlia de Tortosa.

«El primer día hemos empezado con ganas aunque solo trabajamos la terraza pero algo es algo», ha apuntado Lluís Duran, copropietario del Bar Ester. Con las sillas sobre la barra de su bar interior del Mercat Municipal de Tortosa, Duran y su mujer han atendido una terraza llena a rebosar ya desde primera hora y con los clientes quereescogían las mesas al sol, en una mañana que refrescaba en la capital ebrense. Unos y otros se han hecho saludos de reencuentro y se han exprimido los momentos recuperados con el miedo, de todos juntos, que vuelvan a cerrar el sector después de Navidad.

«Vengo a trabajar pensando si trabajo por algo o para nada. Si vuelven a cerrar será una sacudida y nos esperan años difíciles», ha apuntado Mauri. «Espero que no haya una parada tan severa porque llevamos desde el mes de marzo y la economía está resentida», ha añadido Duran. El gerente del bar la Tertúlia tiene claro que sería la estocada definitiva si llega otro cierre, para él que tiene la jubilación cerca, pero también para otros muchos. De hecho, algunos establecimientos sin terraza o con terrazas de pocas mesas no han abierto este lunes en Tortosa. Las condiciones y limitaciones en sala hacen insostenible la reapertura para algunos negocios.

Por primera vez también, habrá que estar muy atentos al tiempo, porque repercutirá en la caja. «Es un hándicap muy grave. Vamos a invierno y hoy hace un día de ángeles pero si se complica el tiempo... ahora bien, la cuestión es empezar para poder llegar a llenar el aforo al 100%, dentro y fuera», ha apuntado Trilla. «Con el recurso de la barra y el interior no pasa nada si hace mal tiempo, pero si se mantiene así, saldremos perjudicados», ha insistido Duran desde el Mercat.

El sector reabre con el sentimiento de haber sido criminalizado por los picos de esta segunda oleada. No se sienten culpables pero serán implacables haciendo cumplir las medidas de prevención. «Estaremos muy pendientes porque hay gente que le es igual pero hay gente que le afecta y aquí tiene que estar todo el mundo cómodo, sea reticente a todo esto o no», ha explicado Mauri. «Quién lo haga mal, se lo tiene que avisar y si no hace caso, sancionar», ha defendido Trilla.

Lo que han echado de menos son ayudas suficientes. Se sienten despreciados y consideran que las promesas de los gobiernos se hacen de cara al escaparate. «Nos obligan a cerrar y lo hacemos para prevenir contactos pero no nos ayudan», ha criticado Trilla. «Que llamen a la presidenta de Nueva Zelanda y les explique qué ha hecho», ha animado el gerente de La Tertúlia. «Han faltado ayudas del gobierno del Estado. La Generalitat hace lo que puede pero lo ha hecho mal y suerte de losERTE a los trabajadores que si no, esto sería insostenible», ha recordado Duran.

De cara a las próximas semanas, el sector de la hostelería de Tortosa reclama el levantamiento del confinamiento municipal. Tortosa es el polo comercial donde acuden vecinos de muchos municipios ebrenses y con los bares cerrados y las limitaciones de movilidad, el comercio también se ha resentido. «No es lo mismo la problemática de Tortosa que la de Barcelona y Tarragona. Los fines de semana mucha gente vendría a comprar pero no se pueden desplazar y si tenemos que vivir solo de las personas que viven en Tortosa es muy complicado. Necesitamos los pueblos de los alrededores», ha reclamado Trilla. «En Tortosa jugamos con la ventaja que hay población pero en un bar de Paüls o de losReguers, tenían mucha gente de fuera los fines de semana», ha recordado Mauri.

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