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El Gobierno quiere retirar el monumento franquista del Ebro en Tortosa el próximo verano

La obra, con un presupuesto de 200.000 euros, prevé desmontar el monolito por piezas

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El Gobierno prevé retirar el monumento franquista del Ebro enTortosa el próximo verano, según han anunciado este viernes a la consellera de Justícia, Ester Capella, y el vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonès. Justícia ya ha licitado los estudios geotécnicos para poder instalar una grúa en el cauce del Ebro y poder desmontar el monolito por piezas, de arriba abajo. La obra tiene un presupuesto de 200.000 euros y se prevé adjudicar en marzo. El ejecutivo asegura que no hay marcha atrás y que el monumento tiene los días contados. Además, se ha mostrado confiado que el gobierno español no pondrá «palos en las ruedas». Aragonés y Capella han defendido que el franquismo no se puede normalizar y que retirar el monolito supone dignificar a las víctimas.

Si los trámites no se atrasan, las obras se licitarán en enero y se adjudicarán en marzo. La previsión es hacer el desmontaje en verano, cuando el caudal del Ebro es más bajo, de forma que se pueda situar la grúa que retirará las piezas en la playa del cauce del río. Por este motivo, se ha iniciado la licitación de un estudio geotécnico que asegure que el cauce aguanta el peso de la máquina, de 300 toneladas.

Retirar el monumento franquista del Ebro enTortosa durará tres semanas y costará unos 200.000 euros. Así lo ha concluido el arquitectotortosíAntoni LópezDaufí, que es el autor del proyecto que ha certificado la viabilidad de la retirada y ha definido la manera de proceder «más factible, menos costosa y con más garantías». La propuesta consiste ensituar una grúa en la playa de arena que hace el río Ebro en este lugar y construir un andamio de 36 metros de altura que envuelva el monumento. Desde allá los técnicos retirarán las esculturas existentes e irán segmentando la estructura a trozos, de arriba abajo, en un proceso inverso a su construcción. Lo harán con el método del oxicorte, que consiste enseccionar el hierro a 800 grados.

El arquitecto Antoni LópezDaufíes el autor del estudio de viabilidad encargado por el Departamentde Justícia para determinar si la retirada del monumento franquista del Ebro es posible. El documento concreta el procedimiento «más factible, menos costoso y con más garantías», a partir del cual se ha desarrollado el proyecto ejecutivo.

Procedimiento

Para conservar todas las partes y todas las piezas, la propuesta de LópezDaufíplantea un «proceso inverso» a su construcción, desmontándolo de arriba abajo. Los elementos clave en esta actuación, como concreta el estudio, son una grúa y un andamio -los medios auxiliares que se necesitan para sacar y trasladar las piezas.

La grúa se situará en la playa de arena que el río Ebro ha creado de forma natural al lateral derecho, en sentido sur, del monumento franquista. A pesar de que inicialmente se priorizaba, se ha descartado situarla en la Rambla FelipPedrell–donde no cabía- o en el paseo del Ebro –donde quedaba demasiado lejos del monolito-. La playa de arena del Ebro tiene un acceso desde el paseo del Ebro que habrá que consolidar y suavizar para hacer bajar la grúa y los camiones. La grúa tendrá que tener una fuerza bruta de 300 toneladas y un radio de giro de 44 metros, suficiente porque el brazo pueda mover cargas de hasta 6,7 toneladas con una inclinación de 45 grados.

El peso real del monumento franquista del Ebro no se conoce. Por su magnitud parece muy pesado pero el arquitecto ha minimizado su «aspecto macizo pétreo». «Es como una torre eléctrica vacía y hecho de perfiles laminados de acero calados y forrados con planchas de hierro atornilladas», ha detallado.

El monumento se envolverá con una construía tubular, metálica yautoestableque irá desde la base de la pilastra del antiguo puente de la Cinta hasta el coronamiento del monolito. El andamio, de 3 metros de ancho por 8 metros de largo y 35 metros de altura, se montará desde una plataforma de acceso por acope de materiales, de unos 16 metros cuadrados, que se instalará en la base. Desde allá podrán acceder físicamente los operarios encargados del desmontaje. Las reparaciones que el ejército hizo en los años 80 después de que el viento decantara la figura del soldado enla parte más alta del monumento se ha tomado como referencia para ratificar que se puede instalar este andamio y trabajar desde ella.

El estudio de viabilidad propone desenganchar las piezas que lo forman y hacer cortes -un máximo de dieciséis- para conseguir que las piezas sean manipulables por la grúa. Se prevé aplicar la técnica del oxicorte, que se hace con acetileno y oxígeno. El acetileno calienta el hierro hasta 900 grados y para cortar se abre el oxígeno que separa las piezas.

La empresa Treballs Metàl·lics i Complements (TMC)de Tortosa ha hecho una demostración de un proceso que es rápido y preciso. Allí donde encuentren óxido, tendrán que desviar los cortes, pero desdeTMChan considerado que es un trabajo que pueden hacer tres soldadores.

Las piezas se cargarán con la grúa a los camiones, situados en la playa del río Ebro o en el paseo del Ebro, y se trasladarán a los almacenes de la Generalitat, que todavía trabaja en «el escenariopostretirada»y en cuál será el destino del monumento. También se retirará la placa franquista del pedestal del antiguo puente de la Cinta.

Los cortes no tienen que malograr el monumento. «Se conservará en su integridad así como todos los elementos que tienen un valor artístico», ha apuntado el arquitecto. Estos elementos son los vitrales del artista plástico barcelonésForneigPlan, el soldado, la estrella o rosa de los vientos, e incluso el águila. «A pesar del que simboliza, tiene un valor artístico por sus detalles y hay dudas que no se han resuelto sobre el material con que se hizo - que podría ser bronce, hierro o cobre-», ha explicado LópezDaufí.

El monumento se desmonta pero no se destruye. «Se podrá volver a reconstruir, como otros montajes que se han hecho piedra a piedra. Cada pieza se enumerará, a pesar de que siente una sección troncocónica no habría demasiados problemas para hacerlas encajar», ha explicado el autor del estudio.

LópezDaufíha asegurado que comotortosinono le ha supuesto «ningún problema» elaborar el proyecto de viabilidad de la retirada del monumento franquista del Ebro. «El patrimonio se tiene que ir actualizando, no es una cuestión cerrada. No representa el presente ni tiene consenso y una ciudad como Tortosa tiene que poder resolver estos conflictos y tratar los temas patrimoniales de este modo, con un debate técnico, no solo con decisiones políticas», ha apuntado. El arquitecto ha dicho que «se ha tardado demasiado» a plantear sacarlo y que con el paso del tiempo «el miedo» a actuar ha ido aumentando. «Esto no pasa si lo haces en el momento adecuado», ha añadido.

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