Diari Més

Tortosa recuerda a las víctimas de la Guerra Civil cuando hace 80 años de los bombardeos fascistas sobre la ciudad

El acto, donde han participado varios supervivientes, ha acabado con el lanzamiento de 80 claveles en el río

Primer pla de diversos supervivents als bombardeigs durant l'acte d'homenatge amb un clavell a la mà preparat per llençar al riu.

Tortosa recuerda a las víctimas de la Guerra Civil cuando hace 80 años de los bombardeos fascistas sobre la ciudadACN

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Tortosa ha recordado este domingo el bombardeo fascista que asoló la ciudad hoy hace 80 años. La aviación fascista italiana, aliada de Franco, dejó caer más de una veintena de toneladas de bombas sobre la ciudad el 15 de abril de 1938 al mediodía, justo cuando se ha programado el acto de conmemoración y de homenaje a todas las víctimas de la Guerra Civil. El acto, organizado por Amigos y Amigas del Ebro, la empresa Tierra hacia Allá y Amigos de los Castillos, ha contado con la lectura de relatos sobre el episodio, como la crónica de Ernest Hemingway, ‘Bombing of Tortosa’. Varios supervivientes han participado en el acontecimiento, como Cinta Llasat, que ha celebrado que se haya hecho este acto de reconciliación y paz. «La herencia que tengo es el padre muerto, pero la madre perdonando a quien lo mató; y esta es la lección mayor que he tenido: no he tenido rencor a nadie», ha explicado. El momento más emotivo ha sido cuando desde el Puente Encarnado, por donde pasaba la línea férrea cruzando el Ebro, se han tirado 80 claveles al río. Los organizadores no descartan mantener el acto porque «la memoria histórica no se hace sólo un año».

El presidente de Amigos y Amigas por el Ebro, Marc March, ha considerado que el acto de reconciliación y paz «se tendría que hacer cada año, porque la memoria histórica no se hace sólo un año». «Puede ser que, si las instituciones no lo quieren recuperar, seremos la sociedad civil quien lo tendrá que hacer», ha considerado. Por su parte, Andreu Caralt, de Tierra hacia Allá, ha celebrado que la ciudad se haya unido a conmemorar los hechos: «lo que pasó aquí fue muy grande, de la misma escala de lo que pasó en Lérida o Barcelona, donde se hacen actos de conmemoración; así que ya era hora que en Tortosa se hiciera».

Durante el acto se han hecho varias lecturas de relatos en catalán, castellano e inglés de escritores tortosinos como Josep Subirats Piñana, Manuel Pérez Bonfill o Gerard Vergés. Además, tres clarinetistas de la Escuela de Música de Tortosa han aportado la nota musical. El acto ha acabado con el lanzamiento de 80 claveles en el río. Excepto los supervivientes, quiénes lo han hecho desde la rambla Felip Pedrell, el resto de participantes han subido al Puente Encarnado para hacerlo. Ha sido un acto simbólico desde el puente que fue hundido y que al mismo tiempo representa el diálogo y la voluntad de reconciliación estableciendo puentes.

Según Caralt, el frente dividió la ciudad y la aviación franquista, con el objetivo de cortar la comunicación entre Barcelona y Valencia, se obsesionó con la destrucción de los dos puentes, el del ferrocarril y el del Estado, por donde pasaba la carretera nacional que unía las dos ciudades; así como la estación de tren, desde donde se enviaban tropas y suministros en el frente, o la pequeña industria de guerra.

Los recuerdos de los supervivientes

En el acto han participado varios supervivientes, como Tomàs Carot, Cinta Llasat o Teresa Blas, que ha recordado el episodio cuando «pasó el primer avión, el más bajito que habíamos oído pasar y temblaba toda la tierra». «Cuando empezaron a tirar|echar bombas en mi barrio, aquello era un temblor de abajo a arriba que no sé como explicar». «Eso queda gravado aquí para siempre», dice señalándose la cabeza, «y lo recordaré mientras viva». Blas ha explicado que cuando salió del refugio, busca de casa suya y su madre, encontró el edificio en el suelo sin que hubiera cogido a nadie dentro. «En cambio, en la siguiente cogió a una mujer con un niño de nueve meses». «Mi madre y la suegra de aquella chica muerta estaban allí abrazadas y eso me quedará gravado aquí para siempre, con todas las casas a tierra,» ha explicado.

Llasat, de 88 años, ha explicado que tiene los recuerdos «bien vivos» y que les puede explicar; en cambio, «los sentimientos, no». Ella perdió al padre cuando tenía seis años y recuerda hasta tres episodios de bombas. «La primera, estaba en Tortosa y me habían operado de la pierna, y tenía que correr para ir a ponerme en el refugio y llegaba la última; la segunda, desde la montaña, veía cómo entraban los aviones por el Coll de l'Alba». Desde aquí, recuerda el terror de esconderse dentro de una casa e incluso intentar tapar con un pañuelo un ojo de la cerradura para que no entrara nada de luz del exterior. El episodio de las bombas del Viernes Santo son las que más recuerda: «se vio todo un resplandor muy grande y la gente vino diciendo que habían bombardeado los puentes. Se veía una luminaria», relata.

De este mismo episodio habla Tomàs Carot, de que explica que durante los bombardeos estaba en la montaña y que la gente decidió bajar hacia Tortosa para ver en qué estado se encontraba la casa el Viernes Santo, una fecha señalada en que se consideró que «se respetaría y no vendrían» los aviones. En cambio, «fue el bombardeo mayor y más desastroso», lamenta Carot, que ahora tiene 90 años.

Pla mig d'una dona llençant un clavell al riu des del Pont Roig de Tortosa en l'homenatge a les víctimes de la Guerra Civil.

Tortosa recuerda a las víctimas de la Guerra Civil cuando hace 80 años de los bombardeos fascistas sobre la ciudadACN

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