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El análisis del partido

Análisis del Nàstic: El ataque no funciona

El Nàstic volvió a tener mejor resultados que sensaciones contra el Villarreal B

El delantero del Nàstic Álex Jiménez en una de las pocas aproximaciones al área de la conjunta grana contra el Villarreal B.

El delantero del Nàstic Álex Jiménez en una de las pocas aproximaciones al área de la conjunta grana contra el Villarreal B.Villarreal B

Arnau Montreal Quesada
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La rueda del tiempo gira y, para el Nàstic, se vuelve a repetir el ciclo de esta temporada. Después de una victoria para crecer contra el Marbella, en la cual no se brilló, el equipo no creció el viernes y repitió el hecho de sumar más puntos que sensaciones. Sí, se sumó un punto de oro y una portería a cero más, pero fue más por desacierto de un Villarreal B que tuvo dos palos y tres ocasiones claras más. ¿Con respecto al Nàstic? En ataque nada. Alguna cosa no funciona sea en el esquema, estilo, jugadores o todo.

El del viernes fue un duelo complicado en el cual el filial groguet se mereció ganar. Dos palos y una buena actuación de Sant Dani Rebollo lo avalan. Pero lo que sí que se hizo notar es la falta de progresión al ataque. Esta propuesta de un juego más rápido, proactivo y agresivo no se vio. Más bien se notó un estancamiento que Parralo definió en micrófonos de Tarragona Radio como «falta de personalidad» y «falta de profundidad».

En Villarreal el Nàstic renunció a jugar con dos puntas puros y estableció un 4-2-3-1 con Álex Jiménez de mediapunta y Jaume Jardí exiliado en la banda izquierda. Durante gran parte del partido se notó que las piezas ofensivas luchaban por su cuenta, con todo un abismo entre ellas. Marcos Baselga se desgastó al máximo luchando en los duelos con los centrales y pescando pelotas. La mayor parte de las veces que lo conseguía, el aragonés tenía que retrasar mucho la posición para buscar a un socio en medio del campo, porque no tenía ningún acompañante entre las líneas enemigas. De hecho, sólo en una ocasión durante el partido pudo conectar con claridad, filtrando una pasada a espaldas de la defensa hacia Álex Jiménez, pero este no aprovechó la ocasión. El delantero fue uno de los destacados, pero estaba demasiado solo para poder brillar y ni siquiera recibió ninguna pelota por poder rematar en portería. La que tuvo la tuvo que generar él mismo con un chute lejano que se tiene que ser muy optimista para considerarlo ocasión.

En la segunda mitad llegó otra ocasión clara, esta vez fabricada por Marc Montalvo con el mismo protagonista de la primera mitad, Álex Jiménez. Esta vez tampoco hubo acierto individual para transformar uno mano a mano en una ocasión de gol.

El Nàstic no tuvo profundidad en las bandas. En gran parte, por los perfiles de sus protagonistas. Ni Pau Martínez ni Jaume Jardí tienen la velocidad ni la capacidad de driblar su marca para llegar a la línea de fondo. En el caso de Jardí, siempre ha aprovechado su calidad para hacerse un agujero hacia la frontal donde probar el tiro, pero a la izquierda esta libertad la pierde. De hecho, los mejores minutos del Nàstic llegaron al final del primer tiempo y, casualmente, fueron cuando el reusense salió de la izquierda para dar apoyo a otras zonas del campo.

Con respecto a Pau Martínez, se notó falta de mordedura y carácter en los uno contra uno, pero también, porque tampoco recibió apoyo por su parte con el lateral. Ni Moi Delgado ni Sergio Santos pisaron el campo contrario y eso se tradujo en la falta de profundidad que destacaba Parralo.

Sin incisión por las bandas y con una isla en forma de delantero centro, era imposible generar un fútbol que fuera temblar la defensa grogueta, más allá de las gélidas temperaturas.

En definitiva, el Nàstic tiene que dar un paso adelante a nivel individual, y también nuevas probaturas en el esquema. Se extraño ver en tres jornadas jugadores como Almpanis, Juanda Fuentes i Katpoum pasan de alternativas a no contar y no rascar ningún minuto. Cristóbal Parralo todavía tiene mucho trabajo por hacer y la Primera Federación no espera.

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