Fútbol
Victoria para crecer (1-0)
El Nàstic de Cristóbal Parralo ganó por la mínima gracias a la eficacia de Marcos Baselga

Óscar Sanz durante el duelo.
Una victoria para crecer. El Nàstic vuelve a sonreír en el Nou Estadi con una victoria sufrida contra el Marbella. Marcos Baselga devolvió y salpimentó el partido con un gol que fue suficiente. Brilló más el resultado que el juego grana; que apostó más al conservar el resultado al segundo tiempo.
Parralo se estrenaba en el banquillo del Nou Estadi y lo hizo con un clásico 4-4-2. Marcos Baselga volvió al once por la puerta grande con Jardín de nuevo por la izquierda y Pau Martínez por la derecha.
El Nàstic empezó con electricidad y, en la primera jugada, forzó un córner que Cedric remató en el primer palo hacia fuera. Este empuje duró un primer minuto, porque, después, el Marbella estableció su bloque defensivo con cinco hombres y los grana empezaron a sufrir. Los de Parralo tenían la pelota, pero el control no conseguía romper el medio del campo. El conjunto andaluz esperaba cerrado sin presionar más de la cuenta y los grana se desesperaban.
Faltaba una conexión más en medio del campo para agilizar el juego. Los grana estaban demasiado estáticos y la única respuesta era buscar a Jaume Jardí. Anclado de nuevo a la izquierda, el reusense volvió a iluminar el partido, pero más alejado del área de lo que es habitual y un poco desperdiciado.
Con todo, la insistencia provocó las primeras aproximaciones, la primera con un remate demasiado alto de Jardín y, acto seguido, en una jugada en pelota parada que César Morgado envió fuera.
El Marbella demostró poco después de que estaba preparado para aprovechar su oportunidad. Una desconexión en medio del campo ofreció el primer chute de los andaluces, que aprovecharon para empezar un corto dominio que no inquietó a Dani Rebollo.
La izquierda era el mejor carril del Nàstic y por allí llegó el juego. Eso sí, fue confeccionado entre Marc Montalvo i Moi Delgado. El de Riudoms abrió banda hacia el lateral que, engañando su marca, devolvió la pelota a Montalvo. Este centró en el área donde Cedric la controló. Era penal, un defensor lo tiró al suelo y el árbitro se puso el silbato en la boca, pero, en la duda, surgió Marcos Baselga para atrapar la pelota y, con un chute envenenado, marcar el 1-0.
El árbitro revisó la jugada, con dificultades con un VAR inoperativo, para determinar un fuera de juego que era inexistente. Cámara, que defendía en Moi Delgado, habilitaba la jugada por completo y, después de unos minutos de tensión, el Nou Estadi volvió a celebrar el gol. Con el 1-0 el partido fue al descanso, un premio a las insistencias, pero el Nàstic necesitaba algo más en ataque, más velocidad y concentración y con esta tarea se marchó al descanso.
Les órdenes, sin embargo, fueron al contrario al inicio del segundo tiempo. La conjunta grana bajó las revoluciones, quiso calmar el partido contra un Marbella que, poco a poco, aprovechó la falta de proactividad grana para generar peligro.
El Nàstic quería que surgieran espacios entre las filas andaluzas, y estos llegaron. Jaume Jardí perdonó primero en un contraataque con un tiro que bloqueó la defensa visitando. Poco después la tuvo Cedric. Morgado inició la acción con una pasada en medio del campo que Cedric habilitó en la banda. El punta se levantó y corrió hacia el área. Allí llegó la pelota y, a solas, ejecutó un coscorrón demasiado blando. No acabó aquí, Pau Martínez también la tuvo, pero Manu García sacó una mano mágica para detener la acción.
El Nàstic perdonó, pero tampoco brilló. Les oportunidades las consiguió por desajustes del Marbella que por un impulso propio. De hecho, los grana tiraron más atrás y Parralo buscó presión y encerró con Fernando Torres en el campo.
Tocaba defender, tocaba a sufrir para aguantar el resultado y el Nou Estadi contuvo el aliento en más de una ocasión. Sobre todo cuando el árbitro revisó en el VAR una cogida dentro del área grana, pero, por suerte, no silbó penalti.
Los minutos pasaron con la tranquilidad de un Nàstic convencido por sellar la victoria y un Marbella que se quedó a medio camino. Los grana sumaron tres puntos con un juego mejorable, pero con la primera piedra de la era Cristóbal Parralo en el Nou Estadi.