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Se tiene que exigir más

El Nàstic sumó tres puntos, pero todavía no encuentra una fórmula clara en su estilo de juego

El extremo grana Christos Almpanis durante una acción del duelo del último domingo contra el Tarazona.

El extremo grana Christos Almpanis durante una acción del duelo del último domingo contra el Tarazona.Gerard Martí

Arnau Montreal Quesada
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El Nàstic venció el domingo contra el Tarazona, pero no convenció. El conjunto de Luis César solucionó el partido en cinco minutos de desorden donde mostraron sus virtudes ofensivas, pero sufrieron mucho en una segunda parte en la que el equipo fue sometido contra un Tarazona que, por suerte, el ataque no es un punto fuerte. A pesar del triunfo, se pide más de este Nàstic. Primero, porque es capaz de ofrecer más de juego por la calidad de los jugadores y, segundo, porque sin una fórmula consolidada con argumentos, se dificultan las victorias a medio y largo plazo.

El duelo contra el Tarazona se preveía duro desde un inicio y así fue. El Nàstic una vez más mostró dificultades a la hora de generar juego con la pelota contra un conjunto aragonés organizado detrás.

Luis César siempre destaca que quiere establecer un fútbol controlado, pero, precisamente, fue en el descontrol cuando el Nàstic brilló. El gol de Montalvo desató el caos y el equipo navegó a la perfección. Un estilo que se parece más a las transiciones vistas contra el Ibiza y que demuestra que el equipo tiene el punto fuerte en las decisiones rápidas y tiene el talento para desequilibrar a sus contrincantes. En definitiva, el Nàstic funciona mejor cuando puede apretar el acelerador y no con el freno de mano puesto. Esta visión, sin embargo, no la acabó de compartir Luis César cuando en la rueda de prensa argumentó que «el camino a largo plazo que creo que es correcto es el control para ser estable. El descontrol, a la larga, es malo porque no siempre te sonríe».

Quizás, a la larga, se tiene que encontrar un punto a medio camino. Se tiene que mantener el control y saber cuándo gestionar el descontrol para aprovechar las virtudes de la plantilla. Con todo, de momento, no se ha conseguido y, sobre todo en casa, se requiere más que vivir de cinco o diez minutos de inspiración, se necesita un plan de partido efectivo como lo que se vio contra el Ibiza a domicilio. De hecho, si se suman los 20 minutos de acierto contra el Algeciras, los 10 minutos magníficos contra el Eldense y los 5 minutos contra el Tarazona, no se suma ni una media parte redonda en cinco partidos disputados en el Nou Estadi.

Luis César fue autocrítico. En la rueda de prensa posterior al duelo apuntó que «me marcho contento por la victoria, pero preocupado. En la segunda parte no rescato absolutamente nada aparte de la resiliencia defensiva». Un mensaje, quizás dirigido a la plantilla, pero que muestra que todavía hay un camino a recorrer para crecer. Eso sí, estamos ya a la octava jornada y han pasado casi tres meses de competición.

Notes positivas

El partido también dejó notas positivas a pesar de todo. Marc Montalvo dio un paso adelante en medio del campo con más presencia ofensiva. Primero con un tiro desde la frontal surgido de una buena presión y después con el gol. Por otra parte, Álex Jiménez aprovechó la oportunidad de la titularidad con gol y asistencia para premiar sus esfuerzos. Jaume Jardí mantuvo su nivel y su estabilidad es una buena noticia. Tres argumentos que muestran que hay materia prima para exigir más.

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