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El Nàstic pierde fiabilidad en casa: en siete duelos ha igualado las derrotas de todo el año pasado

La conjunta grana tiene dificultades para dominar al rival en el Nou Estadi, hecho que fue una especialidad la última temporada

El jugador del Nàstic Cedric Omoigui rodeado de rivales durante el duelo del domingo contra el Alcorcón.

El jugador del Nàstic Cedric Omoigui rodeado de rivales durante el duelo del domingo contra el Alcorcón.Gerard Martí

Arnau Montreal Quesada
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El Nàstic no ha conseguido que el Nou Estadi sea un fortín este año. El pasado domingo se vivió una derrota dolorosa. El conjunto grana no se sintió cómodo con la pelota y los errores penalizaron para sumar la segunda derrota en casa en cuatro partidos. Además en siete jornadas, se han perdido los mismos duelos que en toda la temporada pasada.

Lo que el año pasado se daba por hecho, esta temporada está costando construir. La última temporada el conjunto grana –entonces entrenado por Dani Vidal- se convirtió en el mejor local de la categoría. Cualquier equipo temía visitar las tierras tarraconenses, porque la gran mayoría acababan siendo pasados por encima y así se demostró con goleadas recordadas como el 5-1 contra la Ponferradina. Con todo, el equipo era bipolar y fuera de casa no sumaba. Este año, sin embargo, se ha girado la tortilla y es fuera de casa cuando se han visto mejores planes de partido y, en cambio, en el Nou Estadi las cosas no acaban de funcionar.

Este año, el conjunto de Luis César ha sumado dos victorias ante la afición y todas han tenido un regusto amargo. En el estreno contra el Algeciras el conjunto grana tuvo una media hora inspirada donde se adelantó en el marcador, pero después del apagón el juego se amargó. Contra el Eldense fue una goleada engañosa. El equipo fue exuberante e incisivo, pero sólo durante diez minutos. Antes del golazo de Baselga, transcurrieron sesenta minutos de incertidumbre.

En el duelo contra el Alcorcón se vieron los motivos que provocaron no sólo esta derrota, sino también la vivida contra el Atlético Sanluqueño: errores defensivos e incomodidad con la pelota.

A este Nàstic le está costando dominar. El conjunto madrileño decidió bajar revoluciones, hacerse fuertes en defensa con una línea de cinco y ceder la pelota a los grana mientras esperaban su oportunidad. Así fue y el Nàstic no sabía qué hacer. La versión del equipo que atemorizó el Ibiza fue una veloz. Domingo, con un equipo cerrado detrás, el juego pausado no ofreció alternativas para generar peligro.

A pesar de eso, el Nàstic las acabó teniendo. Espoleados por la necesidad, en el segundo tiempo el equipo llegó más al área. Primero para forzar un penalti gracias a una gran acción de Cedric y, después, con un mano a mano del mismo delantero que no acertó. Quizás el partido habría cambiado de haber hecho este 2-1, pero también, quizás, de haber ejercido un papel más proactivo con la pelota se habría generado más de una ocasión como esta.

Los errores detrás volvieron a penalizar. En el primer gol, un rechazo en defensa se convirtió en un duelo en el que Alba erró, Rebollo se adelantó más la cuenta y Carmona lo aprovechó. Finalmente, el duelo también se decidió por otro. Un córner a favor acabó con el 1-2 con un remate en el aire de Pujol y un rechazo defensivo que Santos –que se disculpó con la afición por las redes– no interceptó.

El domingo el Nàstic tiene una nueva prueba de fuego en casa y será contra el Tarazona. Un equipo que, precisamente, se quedará detrás y obligará al Nàstic a dominar. Este será el mejor momento para dar un paso adelante en el juego y solucionar una carencia que, de momento, hace que el equipo no sea tan fiable en casa como el año pasado.

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