Diari Més

Fútbol

Victoria de prestigio (0-2)

El Nàstic gana un partido trabajado a la perfección contra el Ibiza con unos excelsos Cedric y Dani Rebollo

Jaume Jardí durante el duelo contra el Ibiza.

Jaume Jardí durante el duelo contra el Ibiza.Ibiza

Arnau Montreal Quesada
Publicado por

Creado:

Actualizado:

El Nàstic ha encontrado el camino. El conjunto de Luis César da una vez sobre la mesa para desvanecer todas las dudas alcanzando el segundo triunfo consecutivo gracias a un partido trabajado contra el Ibiza. Fue una victoria de prestigio en la cual Dani Rebollo se alzó como un guardián imbatible y Cedric fue el director de orquesta de un ataque más que efectivo. Los grana desactivaron en un Ibiza que tuvo la pelota, pero el Nàstic, los goles.

Luis César hace seguir la máxima: Si funciona, no lo toques. La conjunta grana salió con el mismo once que ganó el Eldense y con la idea clara: aguantar el envite del Ibiza y hacer daño en el contraataque.

A pesar de la lucha de la posesión en los primeros minutos, el Ibiza se hizo con la posesión y el Nàstic hizo la tarea de defender y buscar el contraataque. Era el papel que el guion daba a los dos equipos y la conjunta grana estaba preparada para interpretarlo a la perfección. Con todo, en el minuto cinco de partido este se complicó con amarilla de Álvaro García. El lateral izquierdo se acondicionó y su banda lo sufrió. Todos los ataques del conjunto balear surgieron por aquella posición, pero estos se encontraron a un gran Dani Rebollo. El arquero brilló y, sobre todo, salvando una falta directa de Gallar.

Detrás el Nàstic aguantaba, pero no carecía al ataque. Cada vez que la conjunta grana birlaba una pelota, los puntas grana generaban peligro y la primera que tuvieron fue hacia dentro. Fue un contraataque de manual, después de robar una pelota en medio del campo, Cedric Omoigui salió disparado hacia el área rival. El delantero nigeriano, con la experiencia por bandera, se adentró en territorio de peligro y calmó la jugada para después cederla a Jaume Jardí. El 10 grana estaba completamente solo y no falló para poner el 0-1 en el marcador.

Efectividad en ataque y defensa

Como buenos romanos, el Nàstic hizo la formación tortuga. Resistir y atacar. Y funcionó con un Cedric inspirado y un Jaume Jardí que ha empezado la temporada tocado por una varita. En defensa, el muro no estaba bien cerrado. El Ibiza encontraba las rendijas del Nàstic y las aprovechaba, sobre todo por la banda izquierda. Eso sí, no podían superar al último guardián. Dani Rebollo lo paraba aun así lo demostró con después de volar para frenar un chute potente de Ernesto Gómez.

El Ibiza se centró al atacar de manera desesperada y llegaron a empatar, pero en una situación de fuera de juego claro. Ni Señé desde la frontal ni Sofiane con un cabezazo en el área pequeña sorprendieron a Dani Rebollo.

El plan de Luis César se cumplió a la perfección y, de nuevo, al de siempre: Cedric Omoigui. El delantero nigeriano llevó la batuta del ataque una vez más y, esta vez, alargó el contraataque hacia un Christos Almpanis que ya se había desmarcado. Fue una jugada de tres pasadas y el griego, ante el portero rival, no falló para poner el 0-2 en el tiempo añadido antes del descanso. Este fue una vez considerable que, incluso, podría haber sido más potente porque Cedric pudo marcar el 0-3 en la última jugada del descanso. Por suerte para los de Ibiza, Ramón Juan detuvo el chute cruzado en dos tiempos.

El guardián Dani Rebollo

Al inicio de la segunda parte Luis César solucionó la banda izquierda donante entrada a Sergio Camus y, a pesar del cambio forzado por lesión de Almpanis, el Nàstic no salió de su personaje. Tocaba defender y lo hizo con todo el equipo sacrificado tapando agujeros. El Ibiza buscaba el empate con la calidad de sus hombres, pero, simplemente, no pudo superar a Dani Rebollo. Lo probó en una triple acción, pero esta acabó con dos paradas de nivel del portero grana. Aquí no pasaba nadie, parecía que decía Rebollo y daba la sensación que el partido se podía alargar tres días más, que el portero seguiría parándolo todo.

El Ibiza cayó en la desesperación y el partido bajó revoluciones. El Nàstic lo aceptó de buen gusto e, incluso, pudo matar el duelo con el 0-3 en dos ocasiones. Primer Álex Jiménez con un tiro desde el interior del área que sacó a un defensor sobre la línea. Después, Fernando Torres, que debutó, remató por encima de la portería un centro preciso de Juanda Fuentes.

Con picardía y acierto, el Nàstic cerró el partido con un 0-2 que suma confianza y deja el gol average contra un rival directo en un buen punto. El Nàstic ha encontrado, por fin, el camino.

tracking