Fútbol
A la deriva cargados de errores
El Nàstic encajó una segunda derrota preocupante que deja al equipo sin rumbo

El lateral del Nàstic Sergio Santos en un duelo con George Andrews, del Europa.
La del sábado fue una derrota muy dura porque se vio a un Nàstic decreciente, castigado por sus propios errores. Un equipo a la deriva después de comprobar cómo un recién ascendido les superaba en intensidad, en los duelos y, sobre todo, en acierto. Ahora, a digerirlo en posiciones de descenso.
Del mismo modo que contra el Sanluqueño, los grana perdieron por sus propios errores. En aquel momento, sin embargo, se fueron desangrando poco a poco con dos expulsiones y dos fallos atrás para acabar mostrando coraje y buscar el empate. Eso sí, el sábado no hubo ni tiempo para el coraje.
El Municipal Nou Sardenya era una caldera. El ambiente empujaba a los locales y Luis César optó por aguantar y esperar su oportunidad. De este modo, la primera parte fue un Nàstic resistiendo en defensa contra un Europa que, poco a poco, incrementaba el asedio a la portería de Dani Rebollo. El meta volvió ayer a la titularidad y, por suerte, sus buenas intervenciones sirvieron para evitar una sangría al final del partido. En este primer tiempo se vio cómo los problemas en las bandas persisten, aunque esta vez fue la derecha. Sergio Santos se vio superado una y otra vez, pero el Nàstic aguantó de forma sólida.
Como marcaba el guion, el Nàstic tomó el timón al inicio de la segunda. Ahí el conjunto grana se cargó la primera losa. En cuestión de cinco minutos, los grana remataron entre los tres palos en cuatro ocasiones. Álex Jiménez y Jaume Jardí tuvieron dos disparos a puerta, el más claro fue para el reusense tras quedarse mano a mano con Flere, pero ninguno entró. El partido se abrió y el Europa ya avisó de que no se echaría atrás con un tiro al travesaño de Ibuki, aunque, aun así, el Nàstic dispuso de dos más muy claras para adelantarse en el marcador.
La primera fue de nuevo de Álex Jiménez con un disparo dentro del área que fue directo al muñeco, y Cedric empujó un centro que la defensa local sacó. Sin el gol, el partido pasó de la defensa épica a la debacle total en cinco minutos.
Los errores llegaron en defensa, con el problema del lateral izquierdo haciéndose más evidente. David Juncà, que volvía de su lesión, cometió un penalti más que evitable: un empujón por la espalda que el árbitro castigó con la pena máxima. El segundo en cuatro partidos, un dato que Luis César destacó como uno de los motivos por los que su equipo ha comenzado la liga con 8 goles en contra en 4 encuentros. Como paréntesis, el año pasado, aun sufriendo también en defensa, en la jornada 4 los de Dani Vidal solo habían recibido 2 goles y sumaban 8 puntos.
Penalti y gol de Jordi Cano y el equipo se desconectó. Simplemente, el equipo se apagó y el Europa castigó con el segundo tres minutos después. Un pase en largo fue suficiente para romper la frágil línea defensiva y dejar a Jordi Cano mano a mano con Dani Rebollo. De hecho, también llegó el tercero en diez minutos de pesadilla, pero, por suerte, fue anulado por fuera de juego.
Falta fijar el rumbo
En cinco jornadas de liga el Nàstic solo ha mostrado media hora de juego sólido, la primera contra el Algeciras antes del apagón. Desde entonces, se ha visto a un equipo cambiante táctica y sobre el césped, sin saber muy bien cuál es su identidad. Eso debe encontrarse pronto. Las derrotas pesan mucho y el Nàstic dormirá en posiciones de descenso. La espada de Damocles ya pende sobre Luis César y caerá si el técnico no encuentra soluciones contra el Eldense.