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El Nàstic se deshace como un azucarillo (2-0)

El conjunto de Luis César muere en cuestión de unos diez minutos muy flojos después de todo un partido de combate

Cedric Omoigui durante el duelo contra el Europa.

Cedric Omoigui durante el duelo contra el Europa.Nàstic/Joan Baseda

Arnau Montreal Quesada
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En diez minutos el Nàstic se ha deshecho como un azucarillo. El conjunto de Luis César vivió un infierno en el Nou Sardenya. Fue un partido de combate de plena intensidad, con una primera parte centrado defiende y se reactivaron en el segundo tiempo. Con todo, de nuevo un error defensivo, esta vez un penalti evitable de David Juncà, hizo que los tarraconenses, en diez minutos, cayera derrotado, sin ideas ni recursos para sumar la segunda consecutiva.

Luis César ejecutó una pequeña revolución al once después de la derrota contra el Sanluqueño. David Alba entró por el expulsado Morgado y Montalvo y Cedric volvieron a la titularidad. También hubo movimiento drástico en la portería, devolviendo Dani Rebollo en la portería grana y dejando Fuidias en el banquillo.

El Nàstic aterrizaba en una caldeera. El Nou Sardenya hervía completamente lleno, con medio millar de nastiquers animando el equipo y el Europa lo aprovechó. Los de Aday Benítez querían la pelota y dominar el partido y lo consiguieron. Les primeras aproximaciones fueron de los escapulados. A pesar de la lesión de Sgrò en los primeros cinco minutos de duelo, el ritmo del juego no se cortó.

El Europa salió con todo. En quince minutos ya habían conseguir molestar a Dani Rebollo, mientras que el Nàstic sólo apareció en ataque con una jugada de Álex Jiménez. De hecho, eso fue todo, porque los grana no hicieron más en ataque en toda la primera mitad. El Europa dio un paso adelante y el Nàstic tuvo que asumir su papel en defensa.

El Nàstic aguantó a pesar de no sufrió. El único susto llegó al descuento cuando Camus y Rebollo no se entendieron y el portero hizo una media salida. En la duda, Andrews ganó la jugada y remató a puerta, pero Enric Pujol salió del nada para evitar el gol.

En la segunda parte entró el Nàstic renovado. La idea era clara: aguantar en la primera parte y atacar a la segunda y, dicho y hecho, en los primeros tres minutos de juego los grana tuvieron tres ocasiones de gol. El primero estuvo por Jardí con un tiro desviado desde la frontal, después Álex Jiménez con un tiro cruzado dentro del área y, finalmente, Cedric remató al primer toque una pasada en largo de Dani Rebollo. La más clara, sin embargo, llegó diez minutos después. Juanda Fuentes sirvió una centrada deliciosa en el segundo palo, Cedric la dejó pasar y Jaume Jardí, a solas, remató en el cuerpo de Flere.

Después de errar el posible 0-1, el Europa abrió de nuevo el partido. El conjunto barcelonés intensificó sus ataques y Dani Rebollo tuvo que aparecer con un paro de calidad después de que una centrada rebotara en Enric Pujol y se envenenara.

Deshechos

De un partido de idas y vueltas el partido se devolvió en una pesadilla para el Nàstic. De nuevo, todo empezó con un error defensivo. David Juncà, que volvía después de su lesión, cometió un penalti más que innecesario con un empuje por detrás. El Europa ya había conseguido un chute en travesaño poco antes, y ahora tenía un penalti regalado.

Jordi Cano hizo el trabajo y superó a Dani Rebollo para poner el 1-0. Y el Nàstic se deshizo. En cinco minutos, todo el trabajo y el combate hasta ahora quedó en nada, porque cinco minutos después, Jordi Cano ganó la espalda a la defensa grana para marcar el 2-0 a placer. De hecho, podría haber sido un castigo mayor, porque el Europa marcó el 3-0 un minuto después, pero fue anulado.

El partido se acabó. Ni los diez minutos finales ni el tiempo de descuento revivieron en un Nàstic que ya estaba derrotado sobre el césped. Un Nàstic que suma la segunda derrota consecutiva y, de nuevo, por los errores defensivos. La peor defensa de la categoría.

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