Fútbol
Los efectos secundarios del VAR
El Nàstic se conformó con un punto contra el Betis en un duelo de dos caras diferenciadas

El delantero del Nàstic de Tarragona Cedric Omoigui presionando al central del Betis Deportivo Félix Garreta.
El Nàstic se sumó un punto contra el Betis Deportivo en un partido de dos velocidades. Fue un duelo sin muchas polémicas, a pesar de los dos penaltis y los cuatro goles, pero fue el mejor ejemplo de los efectos secundarios del VAR.
Entre los cuatro goles que subieron al marcador, los dos penaltis, las seis revisiones, y la pausa para la hidratación, el Nàstic acabó jugando una primera parte de 54 minutos oficiales que concentró toda la acción y una segunda parte de 50 minutos en la cual los dos equipos se dieron la mano y dejaron pasar los minutos sin arriesgar más de la cuenta.
De hecho, la primera parte dio para mucho. A los primeros treinta segundos de partido, Álex Jiménez ya forzó la primera pena máxima. Era una acción clara, igual que el provocado por Óscar Sanz minutos después, pero con la tarjeta del Challenge en la mano, era razonable que los dos técnicos la utilizaran para intentar corregir la decisión arbitral.
Cada pausa marcó el ritmo del juego como un diapasón. El Nàstic golpeó primero con un penalti ejecutado a la perfección por un inspirado Jaume Jardí. Después el Betis tuvo bastante tiempo para reorganizarse y coger el partido por los cuernos contra un Nàstic que se había replegado demasiado.
El tono ascendente del filial andaluz fue imparable hasta que el árbitro lo dictaminó con la pausa para la hidratación. Entonces, fue el Nàstic quien aceptó de buen grado el paro para refrescar las ideas.
Acto seguido, los grana reavivaron y alcanzaron el segundo con una gran jugada combinada. Con todo, nueve minutos de añadido dieron para muchos ataques desesperados y el Betis tuvo bastante con 7 para empatar y dar por acabada una primera parte con un ritmo trepidante.
Sea por las altas temperaturas en Sevilla, por la intensidad en el juego en el primer tiempo, por los paros y tiempo extra cargado en las piernas, por la falta de rodaje de los dos equipos a la jornada 2 o por una combinación de estos motivos, los dos equipos bajaron mucho la velocidad a la segunda parte, contando un remate entre los tres palos de cada uno antes de firmar un empate justo.
Cara y cruz
El Nàstic también tuvo la cara y la cruz sobre el césped. La parte negativa es que la situación en la banda izquierda parece que está por solucionar. Sin Juncà y con Moi Delgado en una pretemporada particular, Luis César optó por situar a Pau Martínez en el lateral derecho y Camus en pierna cambiada.
El primero cumplió a la perfección y, el segundo, sufrió de lo lindo contra dos balas: Sossu e Ian Forns. Los jugadores del Betis hicieron un agujero por la banda donde Camus estaba demasiado solo y vio cómo todos los ataques llegaban por el mismo lado.
Por otra parte, el punto más positivo es la nueva sociedad creada entre Jaume Jardí y Álex Jiménez. Los dos jugadores fueron los protagonistas absolutos del encuentro. Jardí firmó un doblete que ratifica que la posición de mediapunta es donde saca más jugo a su talento, mientras que el segundo, en su primera titularidad, presionó, provocó un penalti y sirvió un gol en bandeja mostrando una buena relación con el 10 grana.