El adiós más cruel de Alberto Varo con el Nàstic

El Nàstic ha cerrado una era y, con esta, se han marchado un total de ocho nombres. Entre ellos hay uno que resalta por encima del resto y este es Alberto Varo. El Águila de la Canonja ha cerrado su segunda temporada en el Nàstic de la forma más cruel, marchándose por la puerta de atrás acabando el contrato y sin ofrecida de renovación un año después de haberse ganado el premio Arconada al mejor portero de la categoría.

Los jugadores de la casa merecen una consideración especial y más con el impacto que tuvo con su entrada en el equipo. El curso 23/24 fue el primer fichaje del Nàstic. La primera exgrana al volver al equipo para formar parte de un proyecto con entrenadores y jugadores de la casa. Lo hizo de la mejor manera posible, destacando como el mejor portero de la categoría y volante como el Águila de la Canonja por parar auténticos golazos. Todo el mundo recuerda su estirada en el campo del Celta Fortuna para salvar el empate parando una falta directa en la escuadra. Con 21 partidos en la espalda y 19 porterías a cero, fue galardonado con el premio Arconada, el galardón otorgado al mejor portero de la Primera Federación.

La segunda temporada fue un paso atrás. El rendimiento de Varo no estuvo al nivel del primer curso y tuvo errores que costaron puntos. Eso hizo que compitiera por la titularidad con Dani Rebollo, hasta que la acabó perdiendo en favor del de Lepe. Con todo, Rebollo no superó con garantías el nivel de Varo.

El rendimiento de esta temporada lo puso en el punto de mira primero de los entrenadores, porque tanto Dani Vidal comoa Luis César lo acabaron relegando al banquillo, pero también en el palco. La zona noble de la entidad no estaba conforme ni con su rendimiento ni con su figura, hecho que ha sido clave para certificar el punto final a la segunda etapa al Nàstic del de la Canonja. Un final cruel para un hombre de la casa que, como el resto, merecía más consideración, porque su rendimiento, comparado con el de Dani Rebollo, era suficiente para mantenerlo en la portería. Desgraciadamente, no ha sido la primera vez ni tampoco la última que este perfil se marcha por la puerta de atrás.