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El Nàstic, a la conquista de Murcia para mantener vivo el sueño del ascenso

Al conjunto grana solo le vale la victoria en un estadio que espera con 30.000 espectadores en la grada

Antoñín Cortés, pidiendo apoyo a la afición durante el duelo del sábado.

Antoñín Cortés, pidiendo apoyo a la afición durante el duelo del sábado.Gerard Sala/Nàstic

Arnau Montreal Quesada

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Matar o morir. Nadar o ahogarse. No hay red de seguridad. Estas son algunas de las frases que ha utilizado Luis César para describir el tramo de la temporada. Ahora, estas se hacen realidad. El Nàstic de Tarragona afronta mañana toda una final contra el Real Murcia. A los grana solo les vale la victoria para mantener vivo el sueño del ascenso y es hora de sacar todas las armas para conquistar el estadio Enrique Roca.

El conjunto murciano arañó un empate valioso en el Nou Estadi. El pasado sábado, los de Fran Fernández aterrizaron en Tarragona para hacer brillar su estilo defensivo en bloque bajo y aprovechando los contraataques de sus jugadores de calidad. Al Nàstic le faltó atrevimiento, pero demostró en el segundo tiempo que el Real Murcia no es un equipo invencible.

El estadio Enrique Roca se prevé con 30.000 almas en la grada y la presión por el ascenso en la ciudad murciana también está al orden del día. Aunque el hecho de jugar en casa tendría que significar ver a un Real Murcia más proactivo, el guion que se espera en el partido será similar al visto en Tarragona. Nadie quiere cometer un error y al Real Murcia le vale el empate para pasar la eliminatoria.

Romper una maldición

El Nàstic no necesita un milagro, solo ganar un partido. Con todo, sí que tendrá que romper la maldición de este curso. Desde el 1 de febrero que el conjunto grana no vence a domicilio. Entonces, fue un 0-1 en Balaídos, un resultado que le valdría al Nàstic para pasar a la final.

Luis César sabe de bien cierto este factor y moverá fichas para liderar el juego de presión que tendrá lugar durante todo el partido. Se esperan cambios en el once, sobre todo con la aparición de Pablo Fernández, el pichichi grana. En defensa queda la duda de la continuidad de Enric Pujol en el eje. El sábado pasado demostró que es más que válido, pero ahora será un escenario hostil.

Los peligros del Real Murcia son claros. La velocidad de Pedro Benito y Loren Burón hicieron daño en el partido de ida, pero la defensa grana tiene que tener controlado el delantero Flakus, que está en estado de gracia en casa. Un millar de aficionados acompañará al equipo en Murcia y otro millar, como mínimo, estará en el Parc Francolí para dar apoyo a distancia. El objetivo es el mismo, conquistar el estadio Enrique Roca.

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