Fútbol
El Nàstic tiene que seguir la luz del Faro de Candás
El conjunto de Luis César sólo brilló contra el Real Murcia cuando el delantero Pablo Fernández estuvo en el terreno de juego

El delantero Pablo Fernández celebrando su gol con sus compañeros.
Pablo Fernández tiene que ser titular. Este fue una de las grandes conclusiones después del empate del Nàstic contra el Real Murcia del último sábado. El llamado Faro de Candás revolucionó el encuentro al segundo tiempo y puso el empate con un golazo asistido por Jaume Jardí. Este resultado fue agridulce. El Real Murcia, con un planteamiento de mínimos, alcanzó un gol y aguantó el resultado para acabar firmando la igualdad en el marcador que deja la eliminatoria para decidir en el estadio Enrique Roca. Eso sí, al Murcia le vale con repetir este resultado para pasar en la siguiente ronda y el Nàstic tiene que ganar sea como sea.
El duelo empezó con una revolución inesperada al once. Figuras habituales y necesarias como Marc Montalvo y el pichichi grana Pablo Fernández se quedaron en el banquillo en un movimiento que el técnico Luis César definió como una «gestión de recursos» para tener «un banquillo potente». La tensión era máxima y en el primer tramo de partido se definieron los roles de los dos equipos. El Nàstic dominaba el esférico e intentaba ser proactivo mientras que el Real Murcia se resguardaba en un bloque bajo y compacto, a la espera de su oportunidad al contraataque. Así fue durante todo el encuentro y resultó que el peor enemigo grana fue él mismo.
El Nàstic se ahogó con la pelota sin alternativas para penetrar en el muro del Murcia. La salida de la pelota se colapsó en los centrales y, cada vez que el esférico llegaba a Antoñín o Víctor Narro, el conjunto visitante enseguida tenía dos hombres preparados para no dejar inventar a los grana. Después del paro para hidratarse, el Murcia dio un paso adelante en confianza y, con el primer chute entre los tres palos, encontró un gol que intentó defender como un tesoro durante todo el partido.
Con el resultado en contra y la pelota de nuevo en su tejado, al Nàstic le costó generar. Todo el mundo echó de menos al referente del equipo: Pablo Fernández. Por una parte, Antoñín lo echó de menos en la lucha con Alberto González y Esteban Saveljich. Los dos centrales veteranos, con la ayuda de los mediocampistas resguardados en bloque bajo Yriarte y Moha, no dejaban estar a un delantero andaluz que, al lado de Pablo, está más liberado. Por otra parte, también se echaba de menos desde la salida de la pelota. El asturiano era la mejor alternativa cuando no hay manera de atravesar el medio del campo. No sólo baja todos los balonazos que le llegan, sino que también se ofrece en medio del campo y en la banda para liberar a sus compañeros.
Todo cambia al segundo tiempo
Luis César rectificó pronto y, a la reanudación, Pablo Fernández entró a escena. El barco del Nàstic, después de un primer tiempo a la deriva, encontró la luz del Faro de Candás y, pronto, mostró de nuevo su personalidad más ofensiva. La entrada de Marc Montalvo y la de Jaume Jardí fueron los últimos movimientos que necesitaba el Nàstic para agrandarse.
Poco a poco, el Nàstic sometió al Real Murcia en todas las áreas. De repente, el segundo clasificado del grupo 2 no resultó un rival tan temible y eso quedó patente con la conexión de los de siempre. Antoñín envió un centro lateral al área y Pablo, entre dos hombres, obligó a actuar en Gazzaniga para parar su coscorrón. El asturiano estaba convencido de que iba a levantar el encuentro y así se notó cuando, al llegar la pelota a Jaume Jardí, pidió efusivamente que se la devolviera a la frontal. Cuando la recibió, no dudó al rematar en el área para marcar un golazo de que hizo reventar de alegría y euforia al Nou Estadi Costa Daurada.
Finalmente, tuvo que conformarse con el empate, pero con la sensación que, si se hubiera visto una apuesta más valiente como ya se ha visto este año esta temporada en casa, quizás se podría haber dado un fuerte mordisco a un Real Murcia que firmaba el empate desde antes de coger el autobús dirección Tarragona.
Todo se decidirá el sábado en Murcia. El Nàstic no tiene que hacer nada extraordinario para pasar de ronda, sólo tiene que ganar un partido de fútbol. Esta es toda una final en la cual la conjunta grana no puede guardarse ninguna bala en la recámara. El Faro de Candás iluminó el sendero a recorrer, se ha demostrado que el Real Murcia no es invulnerable, y ahora sólo queda asaltar la Nueva Condomina.