Fútbol
Pablo levanta el Nàstic en el primer asalto (1-1)
La conjunta grana se presentó a la disputa cuando su pichichi salió del banquillo y ahora toca ganar a toda costa en Murcia

El Nàstic-Murcia.
El Nàstic estaba en la lona y Pablo Fernández lo levantó. El pichichi grana propulsó el equipo con un golazo en un partido en el cual la conjunta grana fue de menos además. El Real Murcia lo tuvo fácil: aprovechó un error grana y se pasó el partido a la defensiva contra un Nàstic que se ahogaba consigo mismo en la salida de la pelota. Cuando Pablo salió al campo, todo cambió. Eso sí, los grana se tuvieron que conformar con un empate que el Murcia firmaba desde el cero a cero. Si se quiere pasar a la final, se tiene que ganar en el estadio Enrique Roca. No queda otra.
Luis César hizo una revolución al once inicial que sorprendió a todo el mundo. Pablo Fernández se quedó en el banquillo y Álex Jiménez ocupó su lugar en el once. Rebollo superó a Varo y Enric Pujol hizo su debut a la línea de central al lado de Unai Dufur.
El partido arrancó con la tensión de todo un play-off. Nàstic y Real Murcia protagonizaron unos primeros minutos de control grana y presión tímida del Real Murcia. Nadie quería dar un paso en falso. Con todo, en primero al dar un paso adelante fue el Nàstic. El peligro grana llegó por las bandas y Antoñín, como protagonista, forzó un par de faltas peligrosas. En una de estas, el conjunto grana tuvo la primera llegada. Enric Pujol recogió la centrada y cedió el tiro a Roberto Torres, pero este fue fuera.
Poco a poco, el partido se animaba por la derecha con un Víctor Narro incisivo contra un Real Murcia que se notaba nervioso, con varios errores en la salida de la pelota. Con todo, el tiempo y el paro para refrescarse dio ventaja al conjunto murciano.
El Nàstic desperdició una primera media hora de control, pero sin peligro. Poco a poco, el Real Murcia empezó a sentirse más cómodo para implantar sus ideas. Una pérdida de Roberto Torres provocó un contraataque que Retoño pudo interceptar en el área. Este sólo fue el inicio. Poco después, una centrada desde el medio del campo rompió la línea defensiva del Nàstic. El joven Enric Pujol saltó para interceptarla, pero no la tocó y Pedro Benito no desperdició el regalo. Ante Rebollo, Pedro Benito no falló y puso el 0-1 que heló a todo el Nou Estadi.
El gol también hizo saltar los plomos en el Nàstic. De repente, la conjunta grana se quedó sin ideas. La pelota estaba bloqueada en la salida y las posesiones se alargaban con pasadas entre los dos centrales del Nàstic. Nadie del medio del campo se podía ofrecer con una presión de cuatro hombres en la medular. Además, no había Pablo Fernández en el terreno de juego para salvar la jugada con un pelotazo. De esta manera, entre nervios y sin saber que hacer, el partido fue al descanso.
A la segunda mitad ocurrió el cambio necesario. Pablo Fernández entró en el terreno de juego y Víctor Narro volvió a la izquierda, allí donde brilló. Con todo, con el marcador a favor, el Real Murcia empezó su show particular.
El lateral David Vicente y el central Alberto González del Murcia empezaron a repartir juego duro y enfrentarse con Narro y los diferentes atacantes grana. Además, Gazzaniga, arañaba minutos y perdía tiempo desde el 0-0, pero con el 0-1 se acentuó. La intención era clara: romper el partido y sacar de quicio en el Nàstic. Y lo consiguieron, como mínimo, por un rato. De hecho, en esta situación el Real Murcia tuvo un nuevo contraataque que Enric Pujol contrarrestó a la perfección.
Al Nàstic le costaba reaccionar, pero había un hombre que todavía no se había rendido delante de la muralla defensiva del Murcia. Pablo Fernández tenía entre ceja y ceja el gol y, por este motivo, pidió la pelota a la frontal tan pronto como le cayó a los pies de Jaume Jardí. El 10 del Nàstic intentó encarar al defensor, pero rápidamente se la sirvió a Pablo que, al primer toque, envió un chute colocado que acabó en el fondo de la red.
El gol hizo reventar de emoción el Nou Estadi Costa Daurada y el Nàstic se levantó con las 13.897 almas presentes en la grada. De esta manera, la conjunta grana recargó las armas y volvió a disparar. Los grana insistían, pero el Murcia, que se conformaba con el empate, se defendió hasta que el árbitro los dio una tregua silbando el final del partido. Todo se decidirá en Murcia y el Nàstic tendrá que ganar a toda costa.