Fútbol
Es complicado, sin embargo, ¿y si...?
El Nàstic goleó al Unionistas y se permite soñar con asaltar el liderazgo

El extremo del Nàstic, Víctor Narro dando un grito de rabia para celebrar el primer gol del partido.
Ya ha empezado la Semana Santa. Son días de fe en Tarragona y, después de la goleada del Nàstic contra el Unionistas de Salamanca del último sábado, también hay en el mundo del fútbol. El conjunto de Dani Vidal no había ganado ningún partido contra los salmantinos en Primera Federación. De hecho, ni siquiera había marcado y a duras penas había conseguido chutar entre los tres palos contra los de Acciari.
El sábado pasado eso quedó atrás. Los grana mataron a su bestia negra con una nueva exhibición de goles que, aprovechando la derrota de la Cultural Leonesa, abren la puerta en el camino de la fe. Los grana llegarán al Reino de León este domingo a 7 puntos del líder y con la posibilidad de ponerse en 4. El ascenso directo es muy complicado, se necesita una regularidad que el equipo todavía no ha demostrado fuera de casa, pero el sábado, fue inevitable que todo nastiquer mirara hacia arriba y pensara: y si... ¿y si se puede asaltar el liderazgo?
El sábado, el Nàstic volvió a mostrar su mejor versión. En el Nou Estadi el Nàstic se transforma –o quizás está a la inversa, y el cambio es fuera de casa– y contra el Unionistas volvió el equipo más abrumador. Con el reciente cambio de entrenador y en dinámica negativa, el conjunto visitante estableció una línea defensiva de seis hombres para parar las balas grana. Eso fue eficaz durante un tiempo, pero los extremos del Nàstic no sólo son buenos buscando la espalda de los rivales, sino también desde la frontal. Así lo demostró Víctor Narro para romper el hielo antes del descanso.
Aunque el duelo acabó siendo como una balsa de aceite, también hubo momentos de susto. Dos pasadas en largo para el Unionistas fueron suficientes para que sus extremos ganaran la espalda de los defensores. Por suerte, Rebollo se reivindicó por enésima vez en el Nou Estadi.
El rock and roll continuó en el segundo tiempo con un protagonista habitual que hacía semanas que no aparecía por lesión. Pablo Fernández hizo su retorno y, cinco minutos después, vio puerta. Como todo un killer, cazó una pelota muerta en un córner para poner el 2-0 y enviar un mensaje: si Antoñín quiere el pichichi, tendrá que sudar. A partir de aquí, el partido fue como un paseo por un campo de flores: hubo momentos de tranquilidad y también de disfrutar del viaje. Sobre todo, fue el momento de Marc Fernández, que necesitaba un duelo como este para reivindicarse. El tigre de Corbera facilitó el tercero de Gorostidi y provocó un penalti que él mismo transformó en el 4-0 final y que celebró con rabia.
La pregunta inevitable
El líder, la Cultural Leonesa, perdió en el campo del Tarazona. Como su entrenador, Raúl Llona, destacó en rueda de prensa, el equipo está tocado y es que sólo ha ganado un partido de los últimos siete. Sin embargo, mantiene un cojín de cinco puntos respecto al segundo, la Ponferradina, y siete del Nàstic. Son muchos puntos a falta seis jornadas de competición, pero es un camino a la esperanza y la fe.
El técnico Dani Vidal fue el encargado de responder a la pregunta inevitable, teniendo en cuenta que el próximo partido de los grana es en el Reino de León. Vidal destacó que «si queremos tener una pequeña opción de coger el primer puesto tienes que ir allí a ganar».
Eso sí, el camino es más espinoso que el duelo contra el Unionistas. Más allá del líder, el Nàstic tiene buenos perseguidores: la Ponferradina es el segundo con 53 puntos y la Real Sociedad B está igualado con los grana con 51 puntos. Ganar a la Cultural no garantiza nada. Los grana recortarían cuatro puntos. Sin embargo, después de un año cargando una cruz particular, se tiene que tener fe. Eso sí, se tiene que vencer el domingo en el Reino de León. Domingo de Resurrección.