Fútbol
El caso de Gorka Pérez: del ostracismo obligado a convertirse en el nuevo referente en la defensa
El vasco se ha asentado en el once en una demarcación en la que Dani Vidal no encuentra a su indiscutible

El jugador del Nàstic, Gorka Pérez, durante el duelo contra el Bilbao Athletic en el Nou Estadi Costa Daurada.
El partido entre el Nàstic y el Tarazona fue un ejemplo aberrante de fútbol en el que la lucha y los pelotazos marcaron el ritmo de partido. Fue un duelo en el que las defensas fueron las protagonistas y también el asentamiento de Gorka Pérez en el eje de la defensa.
Es una realidad que Dani Vidal no ha encontrado a su indiscutible en la retaguardia. Los cambios en el eje de la defensa han sido múltiples, con siete parejas diferentes a lo largo de la competición. Con todo, quien ha ganado bastante es Gorka Pérez, un jugador que ha pasado de perderse la mitad de la temporada por molestias en el tendón de Aquiles a ser el central con más presencia en los últimos siete partidos.
Contra el Tarazona sumó su quinta titularidad desde su recuperación completa. Se pasó el encuentro despejando centros para completar su segunda portería a cero de la mano de Antonio Leal. Esta era la pareja predestinada al inicio de la temporada.
Gorka Pérez fue el primero en llegar procedente del Lugo en el mercado de verano como sustituto de Pablo Trigueros y Nacho González, pero no llegó a disputar la primera jornada. En el último partido de la pretemporada recibió una vez fortuita que acabó convirtiéndose en toda una pesadilla de lesión.
Su presencia sobre el césped fue, desde entonces, más que escasa. No debutó hasta la cuarta jornada de liga contra el Tarazona, disputando sólo dos minutos. Este rol de jugar el último tramo de partido continuó en dos duelos más, hasta su primera titularidad en el funesto partido contra el Arenteiro. Desde aquel momento, su nombre desapareció, entrando y saliendo de las convocatorias durante meses, pero sin llegar a jugar. El motivo fue unas molestias en el tendón de Aquiles que no se acababan de curar nunca.
Después de su vuelta en el duelo contra el Amorebieta, Gorka Pérez destacó, visiblemente emocionado que «ha sido muy duro. He pasado muchas mañanas de levantarme de la cama cojo y que, en vez de ir a mejor, vas a peor». Además, añadió que «han sido meses de mucho trabajo, de horas en el gimnasio a solas sin ver la luz. Por eso doy las gracias a la gente que me ha ayudado en este tiempo». Esta lesión lo mantuvo en el ostracismo mientras que Dani Vidal rotaba entre Unai Dufur, Antonio Leal e, incluso, Óscar Sanz, para encontrar su pareja ideal.
Su vuelta no fue hasta el duelo contra el Amorebieta el 26 de enero. Su entrada, sin embargo, fue obligada. Con Unai Dufur lesionado, Borja Granero y Antonio Leal fueron la pareja de centrales titular. Leal fue sustituido al descanso en un cambio táctico después de ver una amarilla y su lugar lo ocupó Óscar Sanz.
No fue hasta que Granero sufrió una lesión que no entró Gorka Pérez. Con todo, su vuelta fue por la puerta grande, porque fue el encargado de marcar el gol del empate. Desde entonces, su presencia en el once ha sido continuada, perdiéndose sólo un duelo, el del Ourense, que tuvo que disputar a partir del minuto 20 después de la nueva lesión de Granero.
Sin muro grana fijo
Dani Vidal no ha encontrado a su indiscutible en el eje de la defensa. El año pasado, Nacho González y Pablo Trigueros eran una pareja inamovible. Este año, sin embargo, ya ha habido 7 combinaciones diferentes. De momento, Gorka Pérez ha sumado la importancia que Unai Dufur perdió de golpe. Con todo, ningún jugador tiene la posición garantizada en la retaguardia porque el más regular, Antonio Leal, ya se perdió el duelo contra el Barça Atlètic en favor de Óscar Sanz.