Martí Casas hace campeón de la Copa del Rey al Reus Deportiu (4-5)

El Reus Deportiu Virginias es el campeón de la Copa del Rey. El conjunto reusense completó la gesta superando el Lleida Lista por 4-5 en una final vibrante que vino con remontada y sufrimiento incluido. Los rojinegros celebran el primer título en ocho años, después de la Copa de Europa del 2017. Un título merecido de un equipo que este año se ha hecho gigante y en el cual ha vuelto a vibrar el de siempre: Martí Casas, que se llevó el MVP de la final completando una manita de goles.

Reus Deportiu y Lleida vivieron lo que significa una final desde el primer minuto. La tensión llenaba el ambiente del pabellón Joan Ortoll, pero fueron los leridanos quien entraron con más fuerza. El dominio reusense se rompió con una transición de Jordi Badia, que obligó en Càndid Ballart a aparecer con un doble paro. Con todo, no había tiempo para respirar porque el portugués Nuno Paiva alargó la posesión por detrás de la portería y encontró la rendija que nadie vio para poner el 1-0 en el marcador en el tercer minuto de partido.

Tocaba remar y el Lleida seguía poniendo el dedo en la herida. Los azules tuvieron el segundo en un contraataque de dos hombres, pero Ballart fue, de nuevo, el muro insuperable. Los rojinegros dominaban la bola cuando el partido bajó las revoluciones, pero no se encontraban en ataque. El Lleida se defendía en un bloque que dejaba poco margen para la imaginación, así que Jordi Garcia detuvo el partido con un tiempo muerto para reorganizar las ideas. Alguna cosa había cambiado en el ambiente del partido con el conjunto reusense cada vez más cerca de la portería rival. El Reus Deportiu había vuelto.

La bestia despertó y puso el empate en el electrónico. Martí Casas interceptó una pelota muerta en el área para marcar su primer gol de la jornada. A pesar del tiempo muerto del Lleida, el Reus ya se había hecho dominador del partido. Casas apareció de nuevo. El de Mataró vio el agujero en una falta a media distancia y puso la bola en la escuadra para marcar el 1-2. La remontada rojinegra hizo temblar las piernas a los leridanos que, acto seguido, cometieron un error fatal dejándose la bola atrás cuando iniciaban una posesión. El sheriff Casas no dejó pasar ningún error y soltó la bola muerta hacia la escuadra para marcar el 1-3.

En una final un equipo no muere con facilidad, y el Lleida se supo levantar en el tramo final del primer tiempo con un gol de Tombita Torres. El protagonista del partido, Martí Casas, no dejó margen a la esperanza y completó su póquer marcando el 2-4 culminante un contraataque de Maxi Oruste.

La segunda parte fue un ejemplo de gestión de energía y de minutos. Eso sí, a pesar de no forzar esfuerzos, los rojinegros no rebajaron ni un milímetro la competitividad para aprovechar cualquier ocasión. Martí Casas completó su manita personal desde la falta directa. Quedaba un mundo para el final y más todavía cuando Nuno Paiva puso el 3-5 en el rechazo de un penalti que erró. Tocaba aguantar durante 13 minutos de intensidad leridana y el Reus se encomendó a Sant Càndid Ballart, que respondió.

Los segundos pasaban cada vez más lentes para los intereses del Reus Deportiu. Los rojinegros estaban cerrados con todo, pero no quedaba otra que el camino del sufrimiento. Nuno Paiva añadió picante en los últimos minutos marcando el 4-5 con un remate desde la frontal hacia la escuadra. La tensión creció todavía más con la décima falta del Reus. Càndid Ballart tenía que parar el empate y así fue. Lo levanta y pica de Darío Giménez se estrelló en el travesaño y Ballart detuvo la acometida final con un Lleida volcado al ataque ya sin portero. Marc Julià pudo culminar el partido con la última falta directa que sirvió para matar los 4 segundos restantes en el cronómetro y celebrar la octava Copa del Rey rojinegra.