Xavi Molina, el guerrero que siempre aparece en momentos de dificultad del Reus
El de la Canonja lideró el Reus en la victoria contra el Andratx marcando el 2-1 y dejándose la piel en defensa

Xavi Molina celebrando el gol de la victoria contra el Andratx.
«Tenemos a Xavi Molina para rato». Estas fueron las palabras del técnico del Reus FC Reddis Marc Carrasco después de la épica victoria contra el Andratx del último sábado. Y con razón, porque el central de la Canonja, con 20 años de carrera deportiva en las piernas, se convirtió en el guerrero que lideró el equipo cuando se quedó con un hombre menos y tocaba defender, y apareció para certificar la victoria en inferioridad numérica.
A sus 39 años y sumando su tercera temporada en las filas rojinegros, sigue rindiendo con la importancia del primer día. Su físico privilegiado y la capacidad de liderazgo ha permitido que Molina no se pierda casi ni un solo partido al once titular reusense y en duelos como el del sábado, queda claro que es incombustible.
Xavi Molina ha vivido mil y una batallas en el mundo del fútbol, y por eso fue él quien primero reaccionó. Con toda la segunda mitad en frente y el marcador a favor, tocaba defender contra un rival motivado. Entonces, el empate llegó y tocaba apretar los dientes para salvar un punto. Al lado de Andy Alarcón, siempre su mejor escudero, fue el primero al realizar esfuerzos por evitar cualquier acción de peligro.
El técnico Marc Carrasco lo tuvo claro a la hora de subrayar el trabajo de Molina: «En los momentos de necesidad es cuando sale el carácter de los jugadores y los perfiles que nos tienen que guiar. Xavi tiene eso. Liderazgo, saber estar y aconsejar a los jóvenes». En aquel momento de necesidad, el guerrero también apareció para salvar el equipo en ataque. En la salida de un córner, Xavi Molina se liberó de la marca para anotar el 2-1 de la euforia en el Estadio Municipal. Él mismo se unió esta melodía celebrando con rabia, la mejor manera de mostrar su implicación en el proyecto.
Como buen líder, Molina es el primero al llegar en los entrenamientos, el primero al sacrificarse, el primero al dialogar con el técnico, el primero al aconsejar los suyos y el primero al acatar el plan de partir a la perfección y, por este motivo, muchas veces los duelos han dependido de sus botas. De hecho, contra el Espanyol B tuvo un papel similar. Fue un partido movido y de goles y él fue el encargado de abrir la lata del 3-2 final. Su esfuerzo fue reconocido, porque la afición le brindó el MVP del partido, igual que la semana pasada. Y no será el último.
Molina obra en el Reus como lo ha hecho siempre en su carrera deportiva, con esfuerzo y carácter. Carrasco confesó en la rueda de prensa posterior «que le quiero mucho» y se entiende, porque, como demostró el sábado, el de la Canonja siempre estará allí en los momentos de necesidad.