Fútbol
Detalles que cuestan puntos
El Nàstic se dejó empatar contra el Zamora con un único error en el tiempo añadido

El delantero del Nàstic, Marc Fernández, durante una de las jugadas del partido contra el Zamora en el que el agua fue la protagonista.
Hay errores que cuestan puntos. El Nàstic de Tarragona tuvo que conformarse con un punto amargo en el campo del Zamora por culpa de un gol evitable en el tiempo de descuento de Pito Camacho. Los grana hicieron lo más difícil. Superaron las adversidad de un césped lleno de charcos de agua anotando un gol de prestigio y controlando el partido con solvencia. Hasta el tiempo de descuento. Entonces, el único error en todo el partido te saca dos puntos. Dani Vidal fue más contundente con la sensación general: «Nos marchamos con cara de tonto».
El Nàstic es un equipo que ya se ha acostumbrado al fútbol acuático. Después del partido disputado contra la Real Unión, los grana enfrentaron otro en el que los charcos de agua no dejarían circular la pelota de ninguna manera. De hecho, así fue. A lo largo del duelo tanto Zamora como Nàstic fueron beneficiados y sufrieron el estado del terreno de juego. Dani Vidal, en el postpartido, dejó claro que tanto él como Juan Sabas, técnico del Zamora, apelaban a cancelar el encuentro después de que las lluvias fuertes dejaran el Ruta de la Plata como una piscina, pero el partido salió adelante.
El estado del terreno de juego presentaba dificultades para los futbolistas, y, así, en media hora, Dani Vidal vio cómo dos de sus futbolistas claves tenían que ser sustituidos por lesiones. El primero fue Pablo Fernández, que notó molestias y, aunque quería continuar, el técnico grana fue precavido. Cuando sólo quedan 9 partidos en juego, cualquier lesión puede ser letal. El otro fue Pol Domingo, y este sufrió molestias en los isquiotibiales, precisamente, por resbalar en un charco de agua en un contraataque. El de la Pobla de Montornès iba a interceptar la jugada, pero el agua afectó en la trayectoria y forzó que el lateral se recolocara con un gesto que lo dejó KO. A pesar de todo eso, la realidad es que el Nàstic supo sobreponerse a las situaciones.
En el juego del fútbol directo, un error en medio del campo en un control de Montalvo provocó la acción más peligrosa del Zamora. Romero dribló al defensor para plantarse delante Rebollo, pero el portero grana se hizo enorme para parar el mano a mano y enviar el duelo en el descanso con el 0-0 inicial.
EN la segunda mitad, el Nàstic fue todavía más práctico con dos protagonistas. Roberto Torres y Antoñín demostraron ser la pareja perfecta. El navarro, que tiene un guante en el pie, puso una pelota a espaldas de los defensores y Antoñín, como es habitual, ganó el duelo y marcó con la planta del pie. Juego sencillo y necesario. Con el trabajo hecho, los grana pudieron matar el encuentro. De nuevo, el mago de Arre hizo un pase en profundidad hacia el delantero andaluz. Este se plantó delante de Sobrón, pero el tarraconense Edu Campabadal lo tiró al suelo con una entrada por detrás. Era penal y bastante claro. El árbitro no lo vio y fue una de estas acciones que sólo te acuerdas cuando acaba el partido.
Los grana lo tenían todo controlado. El Zamora bien lejos del área y sólo generaban con centradas con poco criterio. El Nàstic se defendía bien. El partido estaba acabado. Pero la última jugada lo definió todo. Una centrada lejana botó en el punto de penalti para alzar de nuevo el esférico y Pito Camacho remató a gol entre Migue Leal, Antonio Leal y Unai Dufur, que sólo fueron invitados de piedra de una fiesta enala que se apuntó, Rebollo con una mala salida. Un único error en todo el partido, y fue un detalle que costó 2 puntos.
El punto se hace más amargo todavía después de que, al acabar la jornada, todos los equipos de play-off fueron derrotados y el líder empató. Con todo, seamos positivos. La imagen fue buena a pesar de todo. Este es el camino y ahora toca superar un duelo de altura contra el Ponferradina.