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El CBT cae en Mataró en un partido señalado que fue marcado por un mal primer cuarto (75-66)

El fichaje AJ Plitzuweit tuvo un debut estelar con 21 puntos, pero fue insuficiente

AJ Plitzuweit en una acción de tiro libre.CBT

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El Ibersol CBT no ha podido llevarse la primera de las seis finales que le quedan para conseguir eludir el descenso a EBA y cayó en Mataró por 75-66, un resultado engañoso. Un mal primer cuarto, el saber hacer de Juanola (25 puntos y 28 de valoración), un pobre 35% de acierto en lanzamientos de campo y, también, varias decisiones arbitrales muy discutibles en el tramo final han condenado unos tarraconenses que habían conseguido ponerse a sólo 3 puntos del Mataró a 4 minutos para el final después de una remontada brillante, comandada por el escolta norteamericano A. J. Plitzuweit, que con 21 puntos ha tenido un debut estelar.

El primer cuarto empezaba con muchos errores por parte de los dos equipos, pero el acierto desde los tres puntos del Mataró y el buen trabajo de intimidación de sus interiores permitían que los locales cogieran una ventaja inicial (11-4, en el minuto 5). El CBT no fluía en ataque: no había acierto desde fuera ni capacidad para hacer daño cerca de la canasta. En esta dinámica, el Mataró superaba los 10 puntos de diferencia en el minuto 7, con un 15-4 que empezaba a ser preocupante. El desacierto en el tiro (3/17 en tiros de campo), los tarraconenses sumaban las pérdidas de pelota para cerrar un cuarto para el olvido: 23-8 y muy malas sensaciones.

La dinámica no cambiaba al empezar el segundo periodo y el Mataró se ponía ya más de 20 puntos de agujero, con uno 29-8 en poco más de un minuto. La falta de control del rebote defensivo se añadía a la lista de los pecados de los del Serrallo concediendo segundas oportunidades en el Mataró, que sin demasiadas estridencias, pero con el juego ordenado que lo caracteriza mantenía a raya los tímidos intentos de reacción del CBT. El recurso de la defensa en zona lo desmantelaba un triple del Mataró al primer ataque que ponía el 39-18 a falta de 4 minutos para el descanso, aunque los habitantes de Mataró, poco a poco, perdían fluidez y acierto. En los últimos minutos del periodo, los tarraconenses conseguían invertir la dinámica con un Boe Nguidjol inspirado en ataque y la irrupción de los dos debutantes, el base Jahmal Jones y el escolta A. J. Plitzuweit. El 42-31 del descanso seguía siendo una diferencia importante, pero no insalvable.

El reto inmediato al empezar la segunda parte era bajar de la barrera psicológica de los 10 puntos. Buenas sensaciones iniciales, pero el objetivo se resistía. Finalmente, un triple de A. J. Plitzuweit en el minuto 4 ponía a un 49-41. El mismo escolta norteamericano acortaba todavía más la distancia finalizando un contragolpe. La respuesta del Mataró llegaba desde los tres puntos, pero A. J. Plitzuweit continuaba inspirado y volvía a ejercer de tirador, la misión con la cual ha llegado a Tarragona. El Mataró, sin embargo, aguantaba el tipo en turno de esta línea simbólica de los 10 puntos gracias al talento de Juanola, demasiado cómodo en ataque. Justamente, una canasta del máximo anotador de la categoría impedía cerrar el cuarto mejor de lo que había empezado. El 62-51, con ya sólo 10 minutos por delante, era una tarea difícil, pero posible.

Hacía falta alguna cosa más. Uno parcial de 0-5 completado por un triple estratosférico de Plitzuweit en transición después de una recuperación suya ponía a un 65-60 que invitaba, ahora si, al optimismo con todavía 7 minutos por delante. En este punto, los tarraconenses desperdiciaban varias oportunidades de acercarse todavía más, pero finalmente era Ferran Torres con una de sus demostraciones de oficio el que ponía el CBT a sólo 3 puntos: 67-64 a falta de 4 minutos. Un triple de Juanola, quien sino, enfriaba los ánimos después de uno errado de Ousmane N'Dour que habría supuesto el empate. Una pelota perdida en el ataque posterior y una muy rigurosa falta antideportiva permitían que los locales se subieran a los 8 puntos con ya menos de dos minutos por jugarse. Una diferencia ya definitiva en manos de un cirujano de la estocada como Juanola, que resolvía una circulación de pelota con una magistral finalización: 75-64 a menos de un minuto para el final, una distancia ya insalvable que quedaba en el engañoso 75-66 en que reflejaba el marcador al acabar el tiempo reglamentario.

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