Empate frustrante (1-1)
El Nàstic de Tarragona empató contra el Osasuna por 1-1 en un partido frustrante. Los grana fueron de más en menos, aprovecharon las acciones que tuvieron a la primera mitad, pero se fueron desinflando en la segunda para acabar sumando un punto que sirve de bien poco. De esta manera, el Nàstic desperdició una oportunidad de ponerse a seis puntos del play-off de ascenso.
Los grana sabían que debían una victoria en el Nou Estadi Costa Daurada después del último empate a cero contra la Nucía y empezaron el partido con el cuchillo entre los dientes. La primera acción ofensiva del partido, sin embargo, fue del Osasuna Promesas. Su lateral, Moreno, centró una pelota en el área que se envenenó y acabó en los pies de Benito en el segundo palo, pero el extremo visitante, por suerte, no pudo rematar. Con esta acción, el Osasuna Promesas se presentó como un filial diferente que destaca por su fútbol directo. El Nàstic no retrocedió y entre Tirlea y Lupu se montaron un contraataque que no remató Lupu por poco. La réplica del filial navarro fue al instante y, de nuevo Benito, culminó una jugada con uno remado que Manu García paró. Los primeros minutos del partido eran frenéticos, los dos equipos se intercambiaban golpes como dos boxeadores sobre un ring.
Los grana se mostraron con las ideas claras. A diferencia del duelo contra la Nucía, los de Dani Vidal avanzaban con pocos pasos, pero más directos. La primera del Nàstic llegó por la izquierda. Entre Aarón Rey y Joan Oriol pusieron la pelota en el área y Marc Fernández remató el chute, pero este salió fuera. El Osasuna no bajaba los brazos y, si no ponía el peligro sobre la portería de Manu García de córner, lo hacía con contraataques incisivos que llevaban más de un dolor de cabeza la defensa grana.
Manu García tuvo que actuar más de la cuenta porque, con el paso de los minutos, la igualdad inicial se fue decantando a favor del conjunto rival. En esta pelea sobre el ring, el Osasuna cogió la iniciativa y el Nàstic no podía hacer otra cosa que encerrarse en defensa. El mordisco inicial se perdió e, incluso, aparecieron algunas dudas en defensa.
En las postrimerías de la primera mitad, la dinámica se rompió. El Nàstic despertó, primero con una acción individual de Tirlea por banda y, después, con una ocasión para Marc Fernández, que paseó la pelota para la frontal del área sin encontrar el remado. El partido se acercaba al descanso y era el turno del Nàstic de atacar. Joan Oriol cedió el esférico a Lupu en un servicio de lado y el delantero grana, bregando con los defensores, arrastró el esférico desde la banda hasta el punto de penalti. Cuando pudo rematar, los defensas la pararon y dejaron la pelota muerta en el área. Allí estaba Guillermo que, sin hacer un gran partido hasta aquel momento, apareció cuando se lo necesitó, para empujar la pelota al fondo de la red. El Osasuna tuvo tres claras, pero el partido se marchó al descanso 1-0.
Al inicio de la segunda mitad, la igualdad volvió sobre el césped. El conjunto navarro buscaba el empate, pero el Nàstic también encontraba agujeros gracias a las acciones individuales de Tirlea por la banda. Santi Castillejo quiso revolucionar el partido con un triple cambio, y lo consiguió. El técnico visitante puso sobre el césped a su pichichi, Barbero y, en la primera acción que tuvo, marcó. El peligro del Osasuna llegaba por la banda de Tirlea. Iker Benito ganó el duelo por la banda y centró una pelota a la línea, justo antes de que saliera fuera. Barbero se alzó por encima de Eric Montes Arce al área pequeña y marcó el empate a placer, porque Manu García estaba en el primer palo.
El gol fue un cubo de agua fría y Vidal quiso cambiar la dinámica del partido con cambios. Pablo y Robert Simón entraron al campo, sin embargo, el segundo, en la primera que tuvo se rompió el tendón de Aquiles con un mal gesto. El partido se calentó progresivamente a causa de las acciones dudosas del árbitro y, el Osasuna, tuvo ocasiones para marcar. A pesar de eso y los siete minutos de añadido, el Nàstic acabó empatando contra el Osasuna Promesas, en un partido frustrante y decreciente.
