La fortaleza defensiva del Nàstic en alerta después de dos partidos de sufrimiento

Si el Nàstic de Tarragona tiene una máxima, una verdad que ha mantenido el equipo durante toda la temporada es la solidez defensiva. Para un equipo con tan poca presencia ofensiva, el muro defensivo es crucial y es el que ha mantenido a los grana en buena racha en esta segunda vuelta. Agné decía que estos partidos se ganaban «desde la defensa», con un Nàstic superando a sus rivales por la mínima y aguantando todo el partido. Esta ha sido casi la única manera de sumar de tres en tres esta temporada y el factor que ha hecho posible la gransegunda vueltade los grana. En los últimos dos partidos, la característica se ha tambaleado.

El Nàstic ha recibido cinco goles entre el partido contra el Sanluqueño y el del Linares, los mismos goles que había recibido durante toda la segunda vuelta hasta aquellos partidos. Teniendo en cuenta los tres goles que recibieron los grana en el fatídico partido contra la Andorra, el equipo sólo recibió dos más, uno para empatar el partido contra el Baleares por un descuido defensiva a la salida de un córner, y el otro contra el Costa Brava en una jugada en pelota parada cuando el Nàstic estaba con un jugador menos. Este último empate fue el inicio de la situación actual.

Agné remarcó después del partido contra el Linares que el problema no estaba «de medio del campo hacia abajo», y si se miran las estadísticas podría ser una realidad: los grana siguen siendo el equipo menos goleado del grupo 2 de Primera RFEF con 25 goles encajados, pero las sensaciones del equipo en los últimos dos partidos no dejan la conciencia tranquila.

Durante el partido contra el Sanluqueño, el equipo recibió tres goles, uno de ellos fue un auténtico golazo, pero el primero y el segundo vinieron por imprecisiones grana, más destacable la segunda, con un mal rechazo de Joan Oriol que acabó regalando la pelota al delantero rival. Contra el Linares volvieron Quintanilla y Trilles en el eje de la defensa, pero durante todo el partido los extremos Carracedo y Carnicer dieron más de un dolor de cabeza a la defensa grana. Los grana volvieron a recibir un gol en una jugada de estrategia y, el segundo, con un servicio de portería que no supieron rehusar.

La línea defensiva grana aguanta una presión añadida por la falta de gol del equipo. El amo de partidos que el Nàstic gana se hacen a partir de la defensa y, si esta empieza a temblar en el momento más exigente de la temporada, el equipo se queda sin cartas en esta última mano.

El Nàstic tiene contra el Castellón este domingo una verdadera final, y todo el conjunto de Raúl Agné tendrá que dar un paso adelante para sumar los tres puntos.