Diari Més

Jarra de agua fría en el Nou Estadi (3-3)

El Nàstic empata un partido que se ha complicado más de la cuenta con un golazo del Sanluqueño a cinco minutos del final

Jarra de agua fría en el Nou Estadi (3-3)

Jarra de agua fría en el Nou Estadi (3-3)Nàstic

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El Nàstic lo vuelve a hacer, empata contra el Sanluqueño y suma el tercer partido consecutivo sumando un punto en el duelo con más goles al Nou Estadi Costa Daurada esta temporada. Los grana se han repuesto de una primera parte nefasta a partir de la lesión de Manu Garcia y han remontado el partido con una muy buena segunda parte que se ha quedado manchada por el golazo de Alfonso que daba el empate final.

Raúl Agné volvió a modificar el once inicial para volver a encontrar la fórmula de la victoria. Algunos de los cambios han sido forzados, Quintanilla finalmente no ha llegado al cien por cien al partido y el técnico ha decidido apostar por un eje defensivo casi inédito esta temporada, formado por Aythami y Pol Domingo. Estos dos jugadores sólo se encontraron al once inicial en el partido de la primera vuelta contra el San Fernando. A causa del movimiento de Domingo, Carlos Albarrán ha devuelto a la titularidad en banda derecha, una posición que le birló el de la Pobla de Montornès esta temporada. La otra sorpresa ha sido la presencia de Edgar Hernández en la punta de ataque al lado de Dani Romera. El delantero grana no era titular desde el partido que se lesionó, en diciembre en casa del Cornellà. De esta manera Raúl Agné volvió a confiar en un jugador que tantas alegrías le dio la primera vuelta. En el lateral izquierdo será Joan Oriol, que se ha enfrentado con su hermano, Edu Oriol, también titular con el Sanluqueño. El centro del campo lo formaron la pareja indispensable de Ribelles y Pedro del Campo, con Bonilla de nuevo en la banda izquierda. La aventura por la derecha de Bonilla contra el Villarreal B no salió como querría al técnico grana y para este partido ha decidido volver a confiar Robert Simón en banda derecha.

La pelota empezó a rodar sobre el césped y el Nàstic empezaba presionando al ataque. Una maniobra que se ve a menudo en los partidos y que consiguió su recompensa muy pronto. El primer aviso iba por banda derecha, con una jugada de Robert Simón que acabó provocando una falta peligrosa perfecta para una centrada. El Nàstic avisaba y pocos minutos después la presión dio sus frutos. Dani Romera estuvo atento y cuando los dos defensas del Sanluqueño dudaron a la hora de controlar una pelota, el delantero se coló entre los dos y se la llevó. Cuando estaba armando la pierna para disparar a gol, uno de los defensores lo tiró al suelo, que bien podría haber sido penal, pero que no importó porque Robert Simón estaba atento a la jugada y soltó la pelota para marcar el primer gol del partido. Volvía el extremo grana cuando el Nàstic más lo necesitaba, no fallaba en la definición y puso el marcador a favor muy temprano, en el minuto 4. Este era un primer paso para Robert Simón de reivindicarse, después de su ausencia al once titular del último partido.

El partido se ponía cada vez más grana, el Nàstic dominaba el esférico sin muchos problemas, pero a los diez minutos de partido empezó la mala suerte. Manu García chocó con un atacante después de una salida por atrapar una centrada con las manos y tuvo que ser atendido. El juego se reanudó con él bajo los palos, pero pocos minutos después no se notó bien físicamente y Agné lo tuvo que sustituir por Gonzi. Los minutos que se gastaron atendiendo a Manu calmaron el partido a su reanudación, pero el Nàstic no quiso perder la estela ganadora y tuvo dos acciones que bien podrían haber sido el 2-0. La primera la tuvo a Dani Romera. El andaluz recibió una pelota dentro del área gracias a un toque de espuela de gran calidad de Edgar Hernández, pero un defensa bloqueó el remado. Pocos minutos después, Albarrán soltó una centrada desde fuera del área, pero no pudo encontrar la comodidad del chute y el remado salió desviado.

Cuando todo parecía que el partido sería tranquilo, con un segundo gol en cualquier momento, el Sanluqueño marcó el gol del empate. El muro defensivo grana empezaba a resquebrajarse, Gonzi intentó rehusar una pelota, pero un mediocampista del Sanluqueño estuvo atento y le ganó la partida a Atyhami. El jugador filtró la pelota a un delantero que chutó a puerta, pero Gonzi paró el remado y la mala fortuna concedió el rechazo a Navarro, que no falló y marcó el empate con la portería vacía. El gol fue una jarra de agua fría para el Nàstic y eso se trasladó en el juego. Los grana estaban más imprecisos y, tres minutos después del primer gol, Joan Oriol falló cuando intentaba sacarse de encima la pelota y le regaló el esférico a Toni García. El atacante visitando a rematar en portería con la fortuna que el chute rebotó con un defensor, hecho que despistó en Gonzi y acabó resultando el 1-2. Este segundo gol acabó de dejar aturdido a los grana que tuvieron que sufrir hasta que el árbitro silbó la media parte.

Alguna cosa tenía que cambiar para hacer reaccionar al Nàstic a la segunda mitad y Agné movió banquillo, dando entrada a Buyla i Pablo para devolver el dominio en medio del campo. El Nàstic mejoró y eso se tradujo en ocasiones de gol. Primero la tuvo Dani Romera con uno remado de hacia el área pequeña. El delantero grana tuvo la mala fortuna de enviar la pelota justamente a manos del portero. Esta no fue la única, Bonilla generó una ocasión marca de la casa intentando un gol olímpico desde el córner, pero el remado acabó estrellándose con el palo. El Nàstic se encontraba cómodo sobre el césped, pero el Sanluqueño tuvo su oportunidad de ampliar distancias, pero Gonzi, imperial, paró el remado con un puñetazo.

Este susto no fue suficiente para desequilibrar en el Nàstic y a la jugada siguiente Joan Oriol empató el partido con un auténtico golazo. El cambrilense soltó una centrada tal como le venía desde el frontal izquierdo y envió la pelota a la escuadra. Los grana empataban el partido, volvían a sonreír y daban un paso adelante en su juego. Poco a poco los grana se acercaban en el área rival y el peligro se recompensó con un penalti a favor del Nàstic. Después de una jugada rocambolesca, con tres acciones diferentes que podrían ser penal, dos caídas dentro del área, fue la tercera, cuando un defensor tiró al suelo con una fuerte entrada a Robert Simón y el árbitro no dudó. Bonilla, el encargado de los penaltis, no falló y marcó el 3-2. El Nàstic había remontado un partido que se había puesto muy difícil a la primera mitad y todo indicaba que podrían llegar más goles todavía. Dos jugadas posteriores protagonizadas por Buyla podrían haber acabado dentro, pero el acierto no estaba de cara al jugador grana. A cinco minutos del final, el Nàstic recibió una nueva jarra de agua fría. Si Joan Oriol empató el partido con un golazo, Alfonso, del Sanluqueño, volvió a empatar el duelo con otro golazo desde una posición muy similar a la de Joan Oriol. El punta rival remató con potencia y eso sorprendió a Gonzi.

El dominio del partido cambiaba de nuevo y el Sanluqueño bien podría haber marcado el gol de la victoria durante los minutos de descuento. Canillas hizo una jugada maratoniana, marchante de tres defensores para plantarse delante de Gonzi, pero el portero, una vez más, salvó un punto parando el remado. El Nàstic vuelve a pinchar y las opciones de play-off quedan cada vez más lejos.

La celebración del gol de Robert Simón.

Joan Oriol empata con un golazo de voleaNàstic de Tarragona

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