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La incertidumbre de atletas que afrontan los últimos Juegos de sus vidas

Tokio 2020 está en el aire y hay deportistas que están muy atentos a cualquier novedad al respecto

'Chuso'García Bragado, en una imagen de archivo.

La incertidumbre de atletas que afrontan los últimos Juegos de sus vidasEfe

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A causa de la incertidumbre por el posible aplazamiento de los Juegos Olímpicos de Tokio, previstos para este verano (del 24 de julio al 9 de agosto), hay un grupo de deportistas que está especialmente atentos a cómo se desarrollan de los acontecimientos que provoque los efectos de la pandemia del coronavirus. Se trata de aquellos que disputarán los últimos Juegos de su vida.

«Si tuviera lugar un aplazamiento en lo que queda de 2020 simplemente significaría retrasarlo todo. Pero si se aplazara al 2021 o al 2022 sería otro escenario en el cual mi participación quedaría en función de cómo esté mi condición física entonces y de si me respetan las lesiones. Y cada año es más difícil resguardarse de ellas», dijo Chuso García Bragado. A sus 50 años, si finalmente Bragado participara en los 50 kilómetros marcha en Tokio, sumaría ocho Juegos en su carrera (los primeros fueron los de Barcelona'1992) y así superaría a la jamaicana Merlene Ottey como el atleta que ha disputado más en la historia.

En una situación similar se encuentra Dani López Pinedo, portero de la selección española de waterpolo, quien en Tokio participaría en sus terceros Juegos. «Seguro que serán los últimos para mí. Si se celebran este año iré y, si los aplazan uno o dos años, ya será más complicado. Pero, de momento, me encuentro bien físicamente», dijo.

Por su parte, Maialen Chourraut (Lasarte-Oria, 1983), la piragüista que en los Juegos de Rio consiguió el oro en la modalidad de slalom en K1 y el bronce en Londres, no quiere plantearse los de Tokio como los de despido, aunque lo puedan ser. Así lo sentenció: «Simplemente, son los Juegos que ahora están presentes y para los cuales me he clasificado». En los siguientes, los de París 2024, llegaría con 41 años.

David Alegre

Quienes sí que tiene claro al cien por cien que son los últimos es David Alegre (Barcelona, 1984), jugador de la selección española de hockey hierba. «Serán mis últimos Juegos. Aunque es verdad que si en Rio me hubieran preguntado si eran los últimos también habría respondido que sí. Nunca sabes el que puede soportado el cuerpo y, en este caso, ha aguantado. Sin embargo, a partir de ahora, ya entran en juego las prioridades vitales y tengo otras cosas para hacer que hasta ahora he dejado de lado», admitió.

Los cuatro deportistas han visto cortadas de golpe sus preparaciones para los Juegos, como el resto de olímpicos españoles, por culpa de la pandemia del coronavirus. Este es un contratiempo importante para todos, pero especialmente para los que se dedican a los deportes de agua.

«El cuerpo técnico del club (el waterpolista Dani López Pinedo juega al Atlètic Barceloneta) nos ha confeccionado una preparación física en seco para llevarla a cabo con los instrumentos que tengamos en casa. Hacemos cuatro sesiones diarias de entrenamientos. Físicamente nos mantendremos, pero otra cosa son las sensaciones en el agua, que las perderemos durante estas semanas», reconoció el jugador.

En la misma línea se expresó Chourraut: Nunca he estado tanto de tiempo sin tocar una piragua como lo que me veré obligada a estar ahora. El día antes del parto de mi hija subí a una piragua y dos semanas después ya volví a subir otra vez». La piragüista vasca, que está confinada en la Seu d'Urgell, explicita su frustración para vivir muy cerca del río Segre y no poder entrenarse. «Con tener una lámina de agua me conformaría, pero las órdenes son que nos quedamos en casa y estas son iguales para todo el mundo», señaló Chourraut.

El CAR de Sant Cugat

En García Bragado es habitual verle marcharse por la ribera del río Besòs (vive en Sant Adrià del Besòs), pero también en la escuela de atletismo del Prat de Llobregat o en el CAR de Sant Cugat. Precisamente en este recinto tenía pensado ir para seguir entrenándose antes de que lo clausuraran por la epidemia. «Entonces pensé en ir a entrenar al Pirineo francés, que es un lugar habitual para nosotros en verano cuando queremos marcharnos en altura. Al final lo descarté porque intuí que allí acabaría pasando el mismo que aquí», explicó. En su casa utiliza fitballs, esteras y algún aparato de gimnasia para hacer acondicionamiento físico. E intuye que la situación de confinamiento va para largo. «Cuando volvemos a la actividad habitual yo creo que tendremos que hacer como si empezáramos de nuevo la temporada porque me temo que estaremos algunas semanas más que 15 días, considera el atleta madrileño, quien en condiciones normales acumula una media semanal de entre 120 y 140 kilómetros marcha».

Alegre también está siendo creativo a la hora de entrenarse en su hogar. «Estoy utilizando el sofá, las sillas y las botellas para poder hacer ejercicios que me sean útiles», informó.

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