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Enrique Martín: «Quien quiera, ya sabe que se puede marchar, ya vendrá otro»

El técnico del Nàstic deja claro que «no me interesaba tener la pelota, sino marcar el segundo gol»

Enrique Martín

Enrique Martín: «Quien quiera, ya sabe que se puede marchar, ya vendrá otro»Olívia Molet

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Enrique Martín, entrenador del Nàstic, valoró después del partido que «ya comenté que empezábamos una Liga de seis meses que nada tiene que ver con el anterior». Así, el entrenador reconoció que cualquier cosa podría haber pasado con el tipo de partido que se pudo ver: «Ha habido momentos de mucha igualdad, ellos han podido empatar y en las dos áreas ha podido haber alguna jugada complicada para el árbitro».

Martín es bien consciente de que los suyos podrían haber ganado claramente si hubieran tenido más acierto, ya que «hemos tenido un par de ocasiones, pero no hemos podido materializarlas». Sobre el hecho de no dar entrada ni a Rocha ni a Javi Márquez y sí ingresar en el césped a Pol Valentín, el entrenador del Nàstic apuntó que «no me interesaba tener la pelota, sino marcar el segundo gol».

Hizo una petición a los socios y aficionados, que fue que «le pido a la afición que no mire atrás» y, sobre fichajes, dejó claro que «llevamos jugando tres o cuatro partidos con la misma defensa. Se incorporará gente, pero no jugarán antes que los que están aquí. Sudarán mucho si les quieren quitar el sitio».

El mercado

Entrando más en el capítulo del mercado de invierno, avisó de una cosa: «Sólo quiero aquí gente al 700 por ciento. Quien quiera, se puede marchar y si Albentosa cree que se tiene que marchar, encantado. No quiero a nadie a medio gas en los entrenamientos, porque me estropeará la sesión. Si hace falta, traeré a cuatro más de la Pobla. Todo el mundo, por parte del entrenador, tiene libertad para marcharse». Habló de Albentosa porque fue por el jugador por el cual le hicieron la pregunta en sala de prensa. Él, sin embargo, tiene bien claro que los que hay ahora están rindiendo y, para poner un ejemplo, dejó claro que «quien|quién quiera sacar a Salva del once, tendrá que sudar sangre».

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