Diari Més

Dimite el presidente del CF Reus, Xavier Llastarri

El directivo explica en un comunicado que ha tenido que aguantar insultos y acoso y defensa la actuación de Oliver al frente del club

Xavier Llastarri y Joan Oliver.

El CF Reus debe actualmente más de cinco millones de eurosCF Reus

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El presidente del CF Reus, Xavier Llastarri ha decidido tirar la toalla y abandonar su cargo a la directiva del club reusense. Afirma, en un comunicado publicado esta tarde en la web de la entidad, que no está dispuesto a aguantar más insultos y denuncia que ha sufrido acoso a causa de la situación por la cual atraviesa la entidad.

Llastarri defiende la tarea de Joan Oliver en estos años y considera que las denuncias de los jugadores, que considera justificadas, han llevado al límite en el club. El hasta ahora presidente considera que ahora ya está consolidada la solución a los problemas que ha sufrido el CF Reus y es el momento de dejarlo.

Con respecto a las causas, Llastarri apunta al criterio aplicado por laLiga y los condicionantes presupuestarios que han aplicado sobre el club.

Carta de Xavier Llastarri

Queridos accionistas, abonados, aficionados y amigos, Creo que ha llegado el momento de tomar una de las decisiones más difíciles de mi trayectoria como Presidente y, al mismo tiempo, compartir con todos vosotros unas reflexiones personales. Y como que no poco hacerlo con todos vosotros personalmente, he decidido hacerlas públicas mediante esta carta. Llevo muchos años en el club. Soy de Reus y del Reus y siempre he hecho lo que he creído que era lo mejor, tanto para el CF Reus como para la ciudad de Reus. Hace 6 años, con la reciente entrada de la Junta de nuevo en el club, comprobamos que tanto el primer equipo como las categorías inferiores-fútbol base son deficitarias y que, difícilmente, se podrán atender los gastos más allá del primer mes. Por otra parte, desde el consistorio, se nos comunica que la subvención al fútbol base se reduciría a menos del 50% de lo que se daba antes. Nada que decir, ya que eran tiempos difíciles para todo el mundo. Tampoco las empresas del territorio, en plena crisis, nos podían ofrecer una esponsorización suficiente, a pesar de la buena voluntad de algunas, a las que siempre estaremos agradecidos. Con este panorama, se nos presenta una persona, el sr. Joan Oliver, dispuesto a invertir en el club en un proyecto a largo plazo y ambicioso, que quería consolidar el club a la categoría en la Segunda B y, después, intentar dar el salto a Segunda A. Todo eso implicaba hacer a una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) donde el inversor estuviera el máximo accionista y, al mismo tiempo, preparar jurídicamente el club porque, en caso de ascenso, la SAD es un requisito indispensable. Lógicamente, se nos abría una puerta inmensa para resolver los problemas del momento y para pensar en un proyecto muy ambicioso. Como creo que hubiera hecho cualquier presidente, lo valoré y convoqué una Asamblea General de Socios para explicar cómo estaba la situación, dar detalles del proyecto y poner a votación entre todos los socios si se quería constituir o no una SAD. El resultado fue abrumador: 260 votos a favor, 14 en contra y 3 en blanco. Por lo tanto, los socios decidieron apostar para hacer la SAD, en un proyecto que consideraron estimulante, y pasar de ser socios a abonados, a que es lo que requiere una SAD. Vale a decir que algunos socios, incluso, decidieron adquirir acciones de la nueva SAD. La verdad es que la varamos acertar todos, ya que el resultado no podía ser mejor. En dos años, el equipo consigue lo inimaginable tanto por el club como por la ciudad de Reus. Tener un equipo militando enla Segunda División A con todo lo que eso representa: ver equipos en el Estadio que sólo habíamos visto por la televisión, una fuente de ingresos para la ciudad de millones de euros, una imagen sin precio del club y de la ciudad y dar un salto de calidad en todos los aspectos. En las dos primeras temporadas al fútbol profesional, el todo fue cojonudo. Fueron dos temporadas admirables para unos novatos como nosotros, todo y que, como también era lógico (al ser los más pequeños en presupuesto, de estadio, de abonados, etc.), con algunque otro problema económico, pero que se trampeaba como se podía para poder seguir adelante. Y así hasta que llega esta temporada, la 2018-2019, en la que LaLiga se pone más dura que nunca por la experiencia de lo que había pasado con anterioridad en otros equipos de Segunda División A. A partir de aquí, LaLiga adopta una postura rígida: no aceptan nuestras previsiones presupuestarias y nos exige un depósito de 3 millones de euros antes del 31 de agosto para poder inscribir jugadores y tener un límite salarial como lo que propone el club. No se consigue este dinero y el resto ya lo sabemos todos. Estos últimos días, las denuncias de los jugadores porllevartres meses sin cobrar (igual que el resto de personal, entrenadores, coordinadores, filial, fútbol base, oficinas, tienda, etc.) nos han llevado al límite de la desaparición. Estaban en su derecho, pero el presidente no sólo piensa en los jugadores, sino en TODO el personal del club sin dejarme a nadie, en proveedores y en el club en sí. Porque las personas pasamos por el club, pero el club tiene que trascender a las personas. Actualmente, cuando la continuidad del club está garantizada, puedo detenerme, respirar y compartir estas reflexiones. He tenido que vivir con muchas incógnitas, nervios y noches sin dormir, imagino que igual que el resto de consejeros. Pero a mí me ha tocado aguantar cosas que van más allá de la crítica de la masa social. Insultos hacia mi persona y mis hijos, acusaciones sin fundamento, acoso en mi domicilio... que creo que no tengo que soportar. Los que compramos acciones del club en su día, no lo hicimos con ánimo de ganar dinero, sino de seguir formando parte de la institución. En mi caso, sin embargo, acepté -junto con mi compañero Francesc Sabaté- formar parte del Consejo de Administración, a pesar de estar en minoría y no disponer de una capacidad efectiva de decidir. Pero entendí que tenía que estar, a pesar de ser consciente de que eso podría suponer asumir responsabilidades económicas, igual que los otros cuatro consejeros. Todo eso queda eclipsado por los gritos y los insultos. En estos momentos, creo que ha llegado la hora de dar un paso al lado y dejar el club. No estoy dispuesto a seguir escuchando inmerecidamente insultos y amenazas contra mí y contra mi familia, que ya ha sufrido lo suficiente mi ausencia durante todos estos años que he estado en el CF Reus. Por lo tanto, el partido de este domingo contra el CAOsasuna será mi último partido como presidente del CF Reus Deportiu. Quiero agradecer a TODO el personal del club su dedicación y entrega, así como en los miembros de la Comisión de Supervisión, que son los excompañeros la Junta Directiva anterior, todo lo que han hecho por el CF Reus Deportiu. Me habría gustado que mi despedidafuera de otra manera, pero las circunstancias son las que son y hay que afrontarlas. ¡Gracias a todos, buenas fiestas y viva el CF Reus! Xavier Llastarri Verdeny Reus, 21 de diciembre de 2018

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