Sostenibilidad
Torredembarra reprende las espigadas urbanas
La campaña ‘De la Torre a la Taula’ quiere evitar el despilfarro con voluntariado y arranca este jueves y viernes con la recogida de algarrobas

Imagen de archivo de una espigada de algarrobas en Torredembarra, el otoño del año pasado.
Este mes de septiembre se reprenden las espigadas urbanas en Torredembarra, impulsadas por el Ayuntamiento a través de la Concejalía de Sostenibilidad y la Fundació Espigoladors. La iniciativa, bajo el nombre De la Torre a la Taula, tiene como objetivo evitar el despilfarro alimentario y dar un nuevo uso en los frutos que crecen en árboles de titularidad municipal.
Durante el otoño, la campaña se centrará en la cosecha de algarrobas y olivas, mientras que en invierno será el turno de la naranja amarga, en diferentes espacios públicos de la villa. Estas acciones cuentan con el apoyo de la brigada de jardinería y la implicación de entidades sociales, colectivos locales y voluntariado ciudadano.
La participación del voluntariado es imprescindible para que el proyecto tenga éxito. Sin manos dispuestas a colaborar, muchos de estos frutos se perderían y no podrían transformarse en alimentos para quien más lo necesita. Todas las personas participantes recibirán apoyo técnico y material, y como reconocimiento se obsequiará con un tarro de mermelada de naranja amarga elaborada con la cosecha del año pasado. La inscripción previa es obligatoria por motivos de organización.
Las próximas espigadas de algarrobas tendrán lugar este jueves y viernes, 18 y 19 de septiembre, de 10 a 13 horas, con inscripciones disponibles en línea a las siguientes páginas web: https://goo.su/uPBk, para mañana, y https://goo.su/TtrW, para el siguiente. En octubre también habrá nuevas sesiones, todavía pendientes de confirmar según el clima y el estado del fruto.
La concejala de Sostenibilidad, Angie Muñoz, ha destacado que «las espigadas sólo son posibles gracias a la participación de manos voluntarias, dentro de un marco organizado y con todas las garantías. Así nos aseguramos de que los frutos del arbolado urbano pasan los controles para ser aptos para el consumo humano. El papel del voluntariado es clave para transformar la fruta urbana en un recurso seguro y aprovechable para la comunidad».
Balance del año pasado
El año 2024, el proyecto alcanzó cifras destacadas: se realizaron seis espigadas y al inicio de este año ya se habían celebrado dos más. Se recogieron un total de 2.280 kg de frutos (naranja amarga, algarrobas, olivas y moras), 72 litros de aceite de oliva virgen extra y 2.000 puedes de mermelada de naranja amarga.
Los productos se transformaron a través de empresas de inserción social y cooperativas como im-perfect, de la Fundación Espigoladors, o la Cooperativa de la Nou de Gaià. Posteriormente, se distribuyeron a entidades locales como Càritas Torredembarra, Fundación Onada, Fundación Pere Badia y la Escuela Antoni Roig. 193 voluntarios participaron en un proyecto que combina sostenibilidad, economía circular y justicia social.