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Golpe al narcotráfico: caen dos organizaciones que introducían drogas y móviles en la prisión del Catllar

Entre los detenidos hay dos internos y un funcionario de la prisión de Mas d'Enric

Golpe al narcotráfico: caen dos organizaciones que introducían drogas y móviles en la prisión del Catllar
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Agentes de los Mossos d'Esquadra de la División de Investigación Criminal de Tarragona en una investigación conjunta con la Guardia Civil de Tarragona han desarticulado dos organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico que operaban principalmente a Cataluña y la Comunidad Valenciana. La operación se ha realizado en cuatro fases y ha permitido la detención de 15 personas y 4 investigados, a quienes se les atribuyen los delitos de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas de fuego, pertenencia a organización criminal y soborno. La droga intervenida desde el inicio de la investigación habría tenido un coste en el mercado ilícito de casi un millón de euros.

La investigación, tutelada por el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus, se inició a principios de julio del 2023 cuando efectivos de la Unidad de Entorno Penitenciario y del grupo antidroga de la DIC de Tarragona tuvieron conocimiento sobre una organización criminal dedicada a la introducción de objetos prohibidos en las instalaciones del centro penitenciario Mas d'Enric (El Catllar). Aparte de sustancias estupefacientes (cocaína, hachís, heroína), introducían teléfonos móviles, tarjetas SIM y cargadores. Les indagaciones policiales llevaron a la identificación de un funcionario de prisiones, que se encargaba de adquirir los productos prohibidos que le encomendaban los reclusos para después introducirlos clandestinamente cuando accedía para iniciar su turno de trabajo. Esta persona también actuaba como enlace entre uno de los internos y otras organizaciones criminales fuera del centro penitenciario.

Del estudio económico que se realizó sobre este funcionario se detectó que en los últimos meses había realizado ingresos en metálico en su cuenta bancaria que sumaban más de 70.000€, de los cuales no pudo justificar el origen. Contaba con la colaboración de internos del centro que lo ayudaban a conseguir clientes y a distribuir la droga y los teléfonos por diferentes módulos de la prisión.

Las gestiones de investigación iniciales condujeron a una organización criminal dedicada al tráfico de drogas. Cuando los dos cuerpos policiales detectaron que había personas investigadas sobre las cuales coincidían, se coordinó a través del CITCO la formación de un equipo conjunto de investigación.

A partir de vigilancias y seguimientos se pudo identificar un importante punto de venta de sustancias estupefacientes en la población de Vielha i Mijaran liderado por una parte de los miembros de la organización. El 6 de marzo de 2024 se desarticuló parcialmente esta organización con la detención de tres personas por un delito de tráfico de drogas. En este operativo conjunto se intervino una gran cantidad de drogas sintéticas como anfetamina y MDMA en formato roca, comprimidos y polvo, hachís y cocaína además de herramientas y productos para adulterar la droga.

Reuniones de narcotraficantes

La investigación sobre el resto del entramado continuó y se observó cómo el funcionario de prisiones investigado acudía regularmente a reuniones con líderes de otras organizaciones criminales para concretar los detalles de las operaciones de narcotráfico en las que participaban conjuntamente. Entre estas redes narcotraficantes destacaba una liderada por un hombre con residencia en la localidad de Salou, que sorprendió a los investigadores tanto por la alta capacidad que poseía para distribuir cocaína y por la extensión del territorio en que operaba (con alcance en las demarcaciones de toda Cataluña, La Rioja, Zaragoza, Valencia, Castellón o Teruel) como por el volumen, ya que los investigadores calcularon que podía distribuir una media de 100 kg de cocaína en el mes que podían generar el movimiento de más de 25 millones de euros al año. 

Los miembros de este segundo entramado investigado hacían centenares de kilómetros cada día para mantener reuniones presenciales con líderes de otras organizaciones, siempre en lugares diferentes, escogidos a última hora y con personas que vigilaban el entorno mientras los líderes concretaban el detalle de sus operaciones de narcotráfico.

La investigación permitió también detectar instalaciones dedicadas al cultivo de marihuana, como en las Franqueses del Vallès, en el Vallès Oriental; un gran número de vehículos a nombre de terceras personas o empresas, así como pisos, almacenes, locales y establecimientos comerciales que utilizaban muchas veces para mantener reuniones. Algunos de los miembros investigados eran empresarios que utilizaban sus comercios para justificar los ingresos que obtenían de la venta de droga. En este sentido, se averiguó que parte de los beneficios los destinaban a la adquisición de activos inmobiliarios en Dubái.

Esta organización criminal estaba totalmente jerarquizada con una distribución de funciones. Uno de los papeles más importantes entre los miembros de la organización lo tenían los transportistas de la droga y dinero. Conocían la ubicación de las guarderías, así como los puntos de encuentro con los proveedores de droga y los clientes de la organización. Se encargaban tanto del transporte de grandes cantidades de droga como del dinero que generaba su actividad delictiva. Para realizar su tarea con seguridad, utilizaban vehículos modificados con compartimentos ocultos que se abrían y cerraban a través de sistemas hidráulicos activados por Bluetooth desde un terminal móvil encriptado.

Mecánicos, empresas de alquiler de coches e informáticos al servicio del narcotráfico

La organización disponía de profesionales y expertos, como electromecánicos encargados de construir los compartimentos ocultos, así como de mecánicos que revisaban los vehículos periódicamente por si la policía había instalado algún sistema electrónico de vigilancia. También utilizaban regularmente los servicios de un informático experto en telefonía móvil que preparaba terminales encriptados; empresas de alquiler de vehículos que les facilitaba coches sin registrar al usuario que lo utilizaba aquel día.

Desarticuladas dos organizaciones criminales

Una vez determinado el alcance de esta segunda organización criminal, identificando los integrantes así como los roles que desarrollaban, los investigadores establecieron la estrategia para decapitar completamente las dos organizaciones criminales investigadas.

El pasado 7 de enero se pudo interceptar en Salou un transporte destinado a la compra de una partida de droga y se intervinieron 200.000 euros que se estaban transportando por carretera.

Dos meses después, el 28 de marzo, los investigadores interceptaron un vehículo en la AP-7 en Torredembarra, en el cual se realizaba un transporte de cocaína. Esta estaba oculta mediante un sistema de «caleta» consistente en un dispositivo de alta sofisticación, lo cual requirió una gran pericia por parte de los agentes actuantes para poder localizar los espacios donde se encontraban «fabricadas» las caletas, que una vez descubiertos disponían de un sistema de apertura complejo que permitía el acceso a la droga.

Después de localizar el compartimento oculto del vehículo e intervenir 15 kg de cocaína de alta pureza, se realizaron dos registros domiciliarios, donde se intervinieron dos máquinas contadoras de dinero, 342.368 euros en metálico, un revólver municionado con siete proyectiles, munición para armas de fuego de otros calibres (38 especial y 9 mm), una pistola detonadora, cantidades menores de sustancias estupefacientes (cocaína, hachís y marihuana), un vehículo «caleteado» y diversa documentación.

Derivado de las actuaciones, se procedió a la detención tanto del líder de la organización como de la persona encargada del transporte de droga, dos hombres de 44 y 54 años respectivamente, como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.

El 14 de abril se llevó a cabo un nuevo dispositivo policial encaminado a desarticular el resto de miembros de la primera organización criminal. En este dispositivo se detuvieron un total de cuatro miembros de la organización inicial, entre los cuales había el funcionario de prisiones y dos internos del centro penitenciario, uno de ellos el líder de la organización que operaba desde la prisión y que se encontraba cumpliendo condena por asesinato y tráfico de drogas.

Avanzada la investigación sobre la segunda organización criminal e identificados todos sus miembros y los roles dentro de la estructura delictiva, los investigadores llevaron a cabo el pasado 6 de mayo la fase final de la investigación con el objetivo de decapitar completamente el entramado criminal dedicado al tráfico de drogas y se realizaron siete entradas y registros, cinco de las cuales en la demarcación de Tarragona (Salou, El Catllar, Segur de Calafell y Cambrils) y dos en las localidades de Burriana (Castellón) y Montserrat (Valencia).

El resultado de estas entradas y registros fue la detención de siete personas de entre 43 y 58 años, así como la intervención de un arma corta de fuego municionada y con un puntero láser, dos cargadores, un chaleco reflectante del Cuerpo de Policía Nacional, una pistola de airsoft, una máquina contadora de dinero, 13.300 euros en metálico, varios terminales de teléfono móvil, pequeñas cantidades de sustancias estupefacientes, un cultivo indoor de marihuana con 111 plantas y un turismo «caleteado».

También se desmanteló un taller mecánico de vehículos, que operaba de manera ilegal, y donde se manipulaban los coches para fabricar dobles fondos «caletas» muy sofisticadas, donde poder ocultar la droga u otros efectos, para evadir la acción policial en caso de ser registrados.

El balance total de la operación resultaron con la desarticulación de dos organizaciones criminales con un total de 15 personas detenidas, 7 de las cuales entraron a la prisión, y 4 personas investigadas. Se intervinieron cerca de 600.000 euros en metálico, más de 15 kg de cocaína de alta pureza, 2 armas cortas de fuego reales y munición, unos 4 kg de hachís, varios kg de marihuana, drogas sintéticas (MDMA y éxtasis), 4 vehículos modificados con compartimentos ocultos, teléfonos encriptados, y documentación de la actividad criminal de las organizaciones investigadas, entre otros objetos.

Durante las diferentes fases de explotación de la operación policial, han participado miembros de la DIC de Tarragona, de la Unidad del Entorno Penitenciario (UPEN), del Área Central de Medios Técnicos (ACMT), de la Unidad Territorial de Policía Científica (UTPC), de la Unidad de Información (UINF), de la Unidad Canina (UCAN) y del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO). Con respecto al Cuerpo de la Guardia Civil, agentes adscritos a la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) y del servicio Cinológico para la detección de drogas, de la USECIC y de las Unidades territoriales de la Comandancia de Tarragona; agentes de la Unidad Especial de Intervención (UEI) y de la Agrupación de Reserva y Seguridad (ARS) y de la Unidad Técnica de Policía Judicial (UTPJ); y agentes de las unidades territoriales y del servicio Cinológico (drogas y armas) de las Comandancias de Valencia y Alicante. También se ha contado con la colaboración de miembros del Área de Información y Seguridad (AYS) de la Secretaría de Medidas Penales, Rehabilitación y Atención a la Víctima del Departamento de Justicia.

Con esta operación conjunta, se da un paso más en la lucha contra el crimen organizado vinculado al narcotráfico y se reafirma el compromiso de las fuerzas de seguridad que operan en Cataluña al garantizar la seguridad pública y la legalidad en todos los ámbitos.

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