Arte
Una exposición al Castell de Vila-seca reivindica la aportación artística del Camp de Tarragona al modernismo
La muestra tiene piezas de Gaudí, Jujol, Rusiñol, Casas o Llimona y se podrá visitar hasta el 14 de septiembre

Escultura que representa el personaje de Manelic d'Àngel Guimerà, hecha por Josep Montserrat i Portella.
El Castell de Vila-seca, en el Tarragonès, acoge la exposición 'Modernisme', que como dice el mismo nombre, contiene piezas de esta corriente artística y cultural de finales del siglo XIX e inicios del XX. La muestra reivindica la aportación artística del Camp de Tarragona a un movimiento que se volvió universal. El comisario de la exposición, Damià Amorós, explica a la ACN que la propuesta es una "celebración del modernisme" y que recorre el hilo de la "participación, el genio y el talento tarraconense" en esta corriente. Hay obras de Gaudí, Jujol, Rusiñol, Casas o Llimona y se podrá visitar hasta el 14 de septiembre en el Castell de Vila-seca. Amorós señala que es una exposición "de país" y que el espacio, reformado los primeros años del siglo XX, es una pieza más.
La muestra se divide en cinco ámbitos donde se destacan varias facetas del modernismo: desde los "tótems" de la arquitectura modernista como son Antoni Gaudí y Josep Maria Jujol, hasta el modernismo más "social" que captó escenas cotidianas de la sociedad catalana. Amorós afirma que la relación del Camp de Tarragona con el modernismo es un camino "de ida y de vuelta". Por una parte, hay los prohombres que salieron del territorio para hacer obra. "No entenderíamos la Barcelona modernista sin Gaudí, Jujol y Ramon Casas," este último era hijo de padres torrencs, subraya el comisario.
Por otra parte, hay todo un grupo de artistas que se quedan, vuelven o se instalan en el Camp de Tarragona y dejan su huella. Un ejemplo es el barcelonés Joaquim Mir, que estuvo ingresado en el instituto psiquiátrico Pere Mata desde donde "descubre" el Camp de Tarragona. "Se le abre una ventana en nuestro mundo, en el mundo del campo", comenta al historiador. A la exposición se pueden observar varias pinturas inspiradas en paisajes de Siurana, en el Priorat, l'Aleixar y Alforja, en el Baix Camp, o la Catedral de Tarragona.
El comisario confiesa que quería mostrar el "dinamismo" del Camp de Tarragona y la aportación de este territorio al modernismo. "Mucha gente lo enfoca a Barcelona, en Sitges; nosotros lo hemos querido llevar a nuestra casa", indica. El museólogo destaca la necesidad "de explicarnos tanto aquí como a fuera" a través de la pintura, la escultura, el mobiliario o el cartelismo.
Piezas inéditas
A la hora de diseñar la exposición, Amoroso quiso meter obra de Gaudí y de Jujol, pero se encontró con un "problema". "No podemos ir al paseo de Gracia a llevarnos la Casa Balló o la Casa Milán, tampoco las pinturas de las paredes de Jujol". Por eso, buscaron elementos "móviles". El arquitecto reusense está representado con un fragmento de la denominada "loseta Gaudí" y Jujol con un conjunto de cerámica hasta ahora nunca expuesto.
Con respecto a piezas inéditas, destacan estas cinco jarrones de cerámica de Jujol, que pintó y decoró para uso propio. Habían estado en la casa de la familia, a Els Pallaresos (Tarragonès) y por primero vez se han expuesto en una vitrina.
También se exhiben por primera vez una escultura de Josep Montserrat i Portella del personaje Manelic, creado por Àngel Guimerà, y unos dibujos de Evelí Torent y de Francesc Sardà.
El Castell de Vila-seca, la pieza 48
La exposición se encuentra en el Castell de Vila-seca, un edificio documentado desde el siglo XII y que fue adquirido en 1899 por Isidre de Sicart, que ostentaba un título nobiliario. Entonces, encargó una reforma del inmueble al arquitecto Enric Fatjó. De esta manera, el Castell se convierte en un ejemplo más del modernismo camptarraconense. La muestra tiene 47 piezas, y el comisario dice que el mismo edificio es la número 48. De hecho, Amoroso reivindica Fatjó "poniéndolo al nivel de Gaudí y de Jujol, de este modernismo fuerte y potente que hubo en nuestra casa."
"Un movimiento cultural"
Amorós remarca que el modernismo es "más que un movimiento artístico, es un movimiento cultural". Hay un cambio "en el diseño de las sillas, la pintura de las paredes, como se afeitan los hombres, como se peinan las mujeres, incluso cambia la calle con la iluminación que pasa de gas a electricidad". El comisario dice que este cambio de siglo representó unos años "muy potentes para la economía, para el comercio y para la creación artística en Cataluña".
Entre los últimos años del siglo XIX y los primeros del XX la sociedad catalana se "transforma". "Lo tenemos que entender como un tsunami, como una ola que hace xof sobre la gente y que, de sopetón, sin ser conscientes, son modernistas.
Colaboración con el MNAC
La exposición ha sido posible gracias a la cesión de obras de varias colecciones privadas e instituciones del país como el Museo de Arte Moderno de la Diputación de Tarragona, el Museo de la Cau Cerrat de Sitges, el Museo Diez del Vendrell y el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), entre otros. Se trata de la primera muestra fruto de un acuerdo de colaboración firmado entre el MNAC y el Ayuntamiento de Vila-seca.
El comisario destaca que el MNAC es el "museo del país". "Es nuestro Louvre, nuestro Prado," describe. "Tiene que ser la puerta de acceso al modernismo". Aunque la sede está en Barcelona, Amoroso invita a la ciudadanía a "creerse que es un museo nacional". Apunta que si eso pasa "será el inicio de una nueva visión de la museografía de la museología" en Cataluña.