Sant Jordi
El Morell ‘hace pueblo’ por la Diada de Sant Jordi
Unos pocos puestos, un pintacaras y un dragón vistieron ayer la rambla Pau Casals en un acto pequeño, pero con toda la tradición

Un niño con el Dragón del Morell, que presidía los actos de la rambla Joan Maragall.
Los libros y las rosas inundan durante Sant Jordi cada rincón del país. Eso se puede ver incluso en pequeños municipios como el Morell, que también se vistió de gala por esta tradición. Ya hace más de veinte años que la rambla Joan Maragall acoge puestos y varios actos por Sant Jordi. Así lo recuerdan Josep Maria y Montse, propietarios de la librería del Estanc. Este comercio, junto con floristería Flores y Plantas del Morell fueron los primeros a ocupar este espacio durante Sant Jordi. En este tiempo, la tradición se ha ido ampliando y ahora también se pueden ver otras mesas de comercios locales y actividades por los más pequeños como un pintacaras. Desde hace poco, el Dragón del Morell también se convierte en protagonista, pero su figura en vez de atemorizar a los chiquillos los invita a dejarle sus chupetes y ‘hacerse mayores’. A pesar de ser joven, los vecinos del Morell aseguran que esta es una tradición «consolidada».
Pero si hay una cosa que no ha cambiado son las ganas de «hacer pueblo», tal como detalla Josep Maria. Su negocio no es «una librería de fondo», aclara, y admite que mucha gente «acaba bajando a Tarragona o Reus durante este día». Sin embargo, afirma que casi todos «hacen una primera parada» en la rambla. Su negocio no siempre incluyó la venta de libros, pero relata que «desde que lo hicimos, siempre hemos vendido, y por Sant Jordi se nota todavía más».
Unas buenas perspectivas que también comparte Montse, quien estima que se pueden vender unas 800 rosas en un día como este. Sin embargo, lamenta que «ahora están en todas partes», apuntando que los supermercados y las escuelas también venden durante la Diada. Sin embargo, la propietaria reivindica la alegría que generan estos tipos de actos en el municipio. «Es el día del año que más gente voces paseando por la rambla», apunta.
Así lo corrobora también la Maria Dolors, vecina del pueblo, quien afirma que cada año celebra Sant Jordi «en mi pueblo», descartando bajar a otras poblaciones más grandes y apostando por «el ambiente familiar» que se genera en el Morell. También se expresa con orgullo Toni, joven morellense que este año se encarga del pintacaras. «Está bien ir a otros lugares, pero tenemos que trabajar para hacer bonito a nuestro pueblo», declara.